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6 lecciones de liderazgo de "La Casa de Papel" que debes conocer
Viernes, Abril 27, 2018 - 10:30

¿Te sentiste representado por algún personaje de la serie? A continuación, analizaremos las personalidades que podrían ser beneficiosas o perjudiciales en una organización.

¿Viste la serie? Las dos temporadas que están disponibles en Netflix han causado furor en el mundo entero. La historia y sus personajes fueron claves en "La Casa de Papel": ocho ladrones que deciden entrar a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre en España comandados por el líder de la banda que articula el plan desde afuera.

Con toma de rehenes y manipulación a la policía, se desenvuelve un drama mostrando las personalidades de cada integrante, dejando entrever las fortalezas y debilidades que también ponen en riesgo el estudiado plan.

Se trata de una serie originalmente emitida en España, entre abril y noviembre de 2017, con 15 capítulos que llegó a transmitirse por las pantallas de Netflix a través de dos temporadas, confirmando ya una tercera para el próximo año. El Profesor (Álvaro Monte), Berlín (Pedro Alonso), Tokio (Ursula Corberó), Nairobi (Alba Flores), Río (Miguel Herrán) y Helsinky (Darko Peric), dejaron una huella que pasaremos a analizar a continuación.

Alfredo Alfaro, especialista en Psicología Positiva, Liderazgo y Empleabilidad, reconoce en estos ladrones acitudes propias de una organización a la hora de liderar o contribuir en la toma de decisiones. Para el director de Human Resources Development, sus acciones traspasan la ficción y pueden ser adaptadas perfectamente a la realidad. 

Los invito a que se interioricen en seis de sus protagonistas, en una análisis que seguramente provocará que te sientas aún más representado por alguno de ellos. 

El Profesor: liderazgo autocrático, transformacional y formador

Solo un líder tiene una visión distinta que nadie tiene aún y ello parece representarse en el Profesor, un idealista. Su plan es su vida y nada importa más que eso. Es un identificador de talentos y asigna los roles para que su equipo fluya; identifica sus puntos débiles para otorgar soluciones cuando estas florezcan. Es un líder por naturaleza: compromete con un plan desafiante, brinda seguridad y conocimiento, es la confianza que genera confianza.

Dentro de las organizaciones, sería un Líder Autocrático porque concentra la toma de decisiones y la estructuración del plan; sin embargo, también sería un Líder Transformacional, porque construye relaciones a través de una visión y unos “valores” compartidos, dotando de mayor significancia a las actividades. Asimismo, podría ser un Líder Formador, porque delega basado en las fortalezas de los integrantes y los compromete para cumplir los objetivos. Sin lugar a dudas, un líder con el que muchos integrantes quisieran trabajar y muchas organizaciones quisieran tener para diseñar sus planes estratégicos.

Berlín: liderazgo pragmático y autoritario

Liderazgo implica acción y toda acción conlleva algún tipo de desequilibrio y sacrifico. Berlín es la cabeza dentro del lugar de los hechos.

Pragmático, lógico y directo, se enfoca en el cumplimiento de los objetivos a como dé lugar; puede sacrificar las relaciones si algo sale incorrecto. Incluso, en situaciones complejas y de mayor estrés, su inteligencia emocional desaparece, siendo demandante y autoritario; pero al mismo tiempo puede poner en riesgo su integridad para cumplir al objetivo y resguardar al equipo. Es inteligente para dar las instrucciones, aprovechando la elocuencia en sus diálogos.

Dentro de las organizaciones, Berlín sería un Líder Pragmático y Autoritario. Ello es necesario para situaciones de crisis, donde se debe dar directrices claras sin pedir opiniones, sancionando al que no cumple lo establecido, permitiendo salir rápidamente de situaciones complejas.

Tokio: liderazgo carente de inteligencia emocional

Un líder no es quien siempre gana carreras, sino quien sale y lo intenta compitiendo consigo mismo tanto o más como contra otros. Tokio es la “wildcard”: a veces no sabes cómo va a reaccionar; puede haber diseñado el plan perfecto, pero decidirá qué hacer minutos antes de actuar. No obstante, en momentos de extremo peligro, puede ser útil para dar soluciones.

Tokio puede desarrollar sentimientos sinceros para con sus compañeros, pero todas sus acciones estarán enfocadas en su bienestar, aun cuando en su discurso pueda estar convencida de lo contrario. Es una líder dominada por sus emociones, que puede poner en “jaque” el plan consensuado por todos.

En una organización, Tokio es la líder carente de inteligencia emocional, generando desgastes innecesarios en el equipo. Incluso sus orientaciones serán cuestionadas por sus líderes y equipos, pues no hay coherencia entre lo acordado y la ejecución. Su energía es interesante, pero para ser aprovechada necesitaría de un mentor con mucha experiencia que la acompañe muy de cerca en su actuar.

Nairobi: liderazgo formador, paternalista y directivo

El ser respetuoso es primordial en todo líder. Nunca sabes cuándo puedes necesitar ayuda, y te ven como referente de apoyo y ejemplo. Nairobi, estructurada, comprometida y habilidosa, es experta en lo que hace, empática y con la madurez para ser la voz de la razón frente a los problemas.

De acuerdo con la situación, puede ser peón, palanca y líder. Sus decisiones están basadas en cumplir el objetivo, pero respetando la integridad de sus compañeros y de su equipo. No duda en asumir un liderazgo dando un “golpe de Estado” y quitándole el liderazgo a Berlín; pero con humildad se lo devuelve cuando la situación se estabiliza. Su paternalismo la lleva a entender los problemas y los tormentos de sus compañeros, sin juzgar, aconsejando y mostrando la lealtad hasta el último momento.

En una organización, Nairobi recorre todos los liderazgos presentes de acuerdo con la situación que se presenta. Ejerce un liderazgo formador, paternalista y directivo cuando tiene que serlo. Son esas personas con las que uno desea contar en su equipo, porque tiene experiencia, técnica y mucha conexión con sus compañeros.

Río: capacidad de aprendizaje inmediato y poco conocimiento

Rio es el más joven del grupo y actúa cómo tal, en base a su experiencia, visión del escenario y con un fuerte dominio tecnológico. Demuestra no tener la madurez suficiente a tal punto de tomar acciones basadas en el miedo o en la aceptación, o simplemente no siendo consciente del impacto de sus acciones. Resulta ser influenciable y todavía dependiente. Recordemos que incluso el Profesor trata de sacarlo de la operación por tomar algunas responsabilidades como un juego.

Rio es la figura con potencial dentro de una organización, con una capacidad de aprendizaje inmediato y poco conocimiento de la cultura organizacional. Todavía no entiende que una carrera profesional es una maratón y no una carrera de 100 metros planos. Río necesita la presencia de un líder formador y autocrático, para que lo ayuden a potenciar sus talentos; pero recordándole que debe respetar las reglas y los compromisos.

Helsinky: fidelidad y compromiso

Es el soldado que acata ordenes y no se desvía del plan. Es leal y cuida a los suyos como en una guerra. Su fuerza y su frialdad lo vuelven el soldado perfecto para Berlín. Pone los intereses grupales antes que los personales. Es un fiel compañero y pieza clave dentro del equipo. Si alguien hace algo que pueda afectar el objetivo final, tendrá problemas con él.

Aunque no ejerce un liderazgo marcado, es una pieza clave dentro de cualquier organización; pues cuidará que la “manada” no se desordene cuando el líder esté ausente. Es un integrante que toda persona quisiera tener como par, líder o liderado. Su fidelidad y su compromiso son su gran diferencial.

A través de sus singulares personajes, la Casa de Papel nos muestra estilos de liderazgo tan reales como aquellos que encontramos en el mundo laboral. Asimismo, ejemplifica cómo la sinergia y el foco en identificar y desarrollar las fortalezas del equipo son las claves para conseguir los objetivos.

Esta serie nos enseña lo siguiente: “Si tienes la oportunidad de hacer algo espectacular en tu vida, invita a alguien a que te acompañe”.

Autores

Josefina Martínez