Aunque es fácil dejarse llevar por las emociones en un momento como este, estos tips pueden ayudarte a evitar malos ratos adicionales.
Según cifras del Poder Judicial chileno, los ingresos de causas por divorcio han aumentado en los últimos años. En 2010 se tramitaron 51.383, mientras que, en 2017, fueron 59.635. Pero no todos los procesos han sido iguales, ni han tenido las mismas consecuencias para la pareja y los hijos, ya que todo depende de la manera cómo se aborda el conflicto.
Lamentablemente, en muchos casos las diferencias son tan profundas que priman las emociones negativas y este proceso de transforma en “una guerra”, por lo que se pierde el foco, que siempre debiera ser el bienestar de la familia, especialmente de los hijos. Por ello, en estas situaciones se recomienda contar con la participación de un tercero que pueda mediar y, de manera imparcial, aportar a una solución equitativa y, sobre todo, que implique el menor daño posible para las partes, en todos los sentidos. En la actualidad, casi un 44% de parejas que permanece en conflicto por períodos prolongados que van más allá de 3 años.
Según explica la directora del Área Clínica de DeFam – Divorcio Sano, Paula Sangüesa, la separación legal “es una situación de vida que, siendo muy difícil, siempre se beneficia al ser abordada profesionalmente de manera integral, con las herramientas que nos entregan las disciplinas como el derecho y la psicología de familia, así como los conocimientos de las finanzas personales. De esta manera, podremos mirar la situación desde otra vereda, desde la cual los integrantes de la familia puedan resolver los problemas con el menor conflicto posible”. Por este motivo, la profesional entrega algunos tips para lograr un “divorcio sano”, teniendo en cuenta que, al existir una separación, la familia cambia, se transforma, pero no se destruye.
Siete claves:
Acepta la situación: El primer paso está en aceptar la ruptura. Es importante tomar distancia, porque es el momento cuando cada uno aprenderá a vivir solo. Hay que respetar la decisión del otro, sin amenazas ni chantajes.
Tómate un tiempo: Para un divorcio sano, siempre es bueno tener un tiempo prudente para pensar y decidir, y así poder negociar lo que es justo para todos. En caso de que existan hijos, es importante tener claro que el sufrimiento tuyo o de tu pareja también significa un daño para ellos.
Protege a tus hijos: Es necesario estar súper consciente de que, aunque estemos molestos con la ex pareja, siguen siendo padres o madres de nuestros hijos y ellos tienen derecho a tener el afecto de ambos. Además, es importante abstenerse a atacar y desvalorizar al otro delante de los pequeños, sino favorecer el entendimiento y acercamiento hacia él o ella.
Ordena tus finanzas: Luego de una separación es normal que exista la necesidad de regular y controlar los gastos personales, ya que probablemente existan bienes que dividir, pensiones que fijar y recursos que redistribuir.
Pide ayuda: Muchas veces se necesita ayuda de terceros para abordar el problema de mejor manera y al recibirla de especialistas como psicólogos, abogados y gestores financieros, se puede aprender a sobrellevar la situación de una manera más sana y consciente.
Maneja las emociones de manera inteligente: Existen distintas formas de comunicación con tu ex, algunas mejores que otras. La idea es elegir aquellas que permitan “pensar” antes de actuar (por ejemplo, enviar un correo en estos casos, es mejor que mantener una conversación vía WhatsApp). Además, es importante priorizar un estilo de comunicación centrado en los “hechos”.
Rodéate de personas que te apoyen en cerrar el ciclo de manera sana: Evita ser influenciado por personas que les cueste apoyarnos a mantener una adecuada relación con la expareja, muchas veces porque se encuentran enojados y dolidos con la situación.