Aunque se trata de un golpe económico y emocional es fuerte, lo importante para sobrellevarlo es mantener la calma y entender que es una situación temporal.
Según la Organización Internacional del Trabajo, la crisis sanitaria del COVID-19 podría hacer que el desempleo afecte a casi 25 millones de personas a nivel
mundial. En Chile, ya se están viendo los primeros efectos en el trimestre móvil enero-marzo, alcanzando su mayor nivel en 10 años, con un 8,2%, según informó el
Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Detrás de estas cifras, existe la realidad de miles de trabajadores que están enfrentando un escenario complejo, “en que las necesidades son muchas y las oportunidades escasas, por lo que tienden a aparecer sentimientos como la angustia y la depresión. Es por esto que puede ser una experiencia traumática para muchas personas”, explica el filósofo y economista Patricio Reyes, director de Consultora R-Yes.
Según el experto en cambios conductuales, el golpe económico y emocional es fuerte, sin embargo, lo importante para sobrellevarlo es mantener la calma y entender que es una situación temporal a la que debemos sobreponernos, poniendo en práctica algunas conductas útiles para esta etapa:
1. Evalúa tus opciones actuales: Antes de dejarte llevar por la autocompasión o la rabia, enfócate en aprovechar las opciones de apoyo que ha dispuesto el Estado. Lee, averigua, acude a la información disponible en las páginas web para no perder el tiempo haciendo una fila innecesaria. Además del seguro de cesantía en la AFC, existen bonos y beneficios en bancos y cajas de compensación a los que puedes recurrir. Sé proactivo en buscar estas opciones y prepara tus finanzas para esta crisis.
2. Analiza qué gastos puedes prescindir en esta etapa para hacer rendir tu presupuesto al máximo. Por ejemplo, cortar las suscripciones a la TV por cable, a Netflix, la membresía a un club, la suscripción a una revista. Todas esas cosas podrás retomarlas más adelante, hoy el servicio más importante es el Internet para informarte, buscar oportunidades de trabajo, promocionar un pequeño negocio y mantenerte comunicado con tu familia.
3. Maneja el estrés: El estrés es una respuesta de nuestro organismo para sobrevivir. Sin embargo, el cerebro no distingue entre una acción real y los pensamientos tóxicos, por eso es importante separar la realidad de la fantasía para no paralizarnos de miedo.
Cuando te sientas estresado, haz respiraciones conscientes, lentas. Luego medita para tratar de salir de ese circuito dañino, que comúnmente conocemos como “caldo de cabeza”.
4. Ten un aprendizaje continuo: Idealmente busca un conocimiento práctico que te permita mejorar en tu profesión o dedicarte a algo distinto que te puede generar ingresos en esta etapa. No te cierres a aprender algo totalmente nuevo. Plataformas como Domestika, SENCE, LinkedIn u otros entregan cursos permanentes, algunos de ellos gratuitos o de muy bajo costo.
5. Cada día reflexiona sobre el trabajo y tus estudios: Conviértete en una esponja de conocimientos nuevos y tecnologías disruptivas. Si no tienes mucha noción por dónde empezar, ten presente que las competencias que más se valorarán y buscarán en el futuro serán la empatía, el trabajo en equipo, la ética profesional, la creatividad, la responsabilidad individual, el liderazgo, el manejo de las emociones y el conocimiento técnico.
6. Busca un par de amigos, excolegas o conocidos que estén o no estén en tu misma situación, para aconsejarte o acompañarte en tus objetivos. Las redes siempre generan sinergias positivas, así que no las cortes ni te quedes solo.
7. Aprovecha de renovar tu currículum y establece tus objetivos con una visión de futuro a 1, 5 y 10 años. Quizás es la oportunidad de averiguar si de verdad te gusta lo que has estado haciendo o reencantarte con tu profesión para motivarte a salir a buscar el trabajo apenas puedas. Mientras tanto, haz una lista de las destrezas que necesitarás y del nivel de las que tienes.
8. Todo lo anterior tiene relación con asumir el control y verse como parte de la solución. Pasar a ser un jugador que piensa cómo y qué podría hacer ahora. Pregúntate qué cosas están en tus manos y qué cosas están fuera de tu control, para enfocar tus energías bien. Usa en tu lenguaje 'podría'; y deja de lado el 'debería';. En medio de la tormenta, podemos llegar a ser héroes de nuestra propia historia.