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8 Secretos de grandes managers
Lunes, Abril 30, 2012 - 10:53

Sepa en qué coinciden grandes managers sobre la forma de guiar una compañía.

Por todas partes se repite que la motivación, claridad en los objetivos y ambiente colaborativo son condiciones previas para una mayor productividad empresarial. Sin embargo, la cuestión clave es cómo puede el manager lograr eso en sus empleados.

La publicación estadounidense INC. Magazine dedica un artículo a abordar el tema. Para ello hace un resumen de un grupo de nociones que grandes managers tienen en común respecto a cómo  entienden la dirección y el trabajo. Ellos coinciden en 8 convicciones:

1. Un negocio es un ecosistema, no un campo de batalla. Los jefes promedio miran los negocios como un conflicto entre compañías, departamentos y grupos, los competidores son "enemigos" y los clientes, "la presa" a conquistar. Sin embargo, los grandes jefes entienden la empresa como una simbiosis entre las más diversas firmas. Crean equipos que se adaptan fácilmente a nuevos mercados y pueden rápidamente asociarse también a otras compañías.

2. Una compañía es una comunidad, no una máquina. Un manager promedio considera que la empresa debe funcionar como una maquinaria donde los empleados son las piezas. Entonces crean estructuras rígidas con reglas inamovibles que les garantizan control. Pero los mejores directores ven su compañía como un colectivo de individuos con sueños y esperanzas, relacionados por un propósito mayor y compartido. Por eso buscan inspirar a los empleados a para que propicien tanto el éxito de sus colegas como el suyo propio. Así la compañía sale como la principal beneficiada. 

3. Management como servicio, no como mecanismo de control. Normalmente los jefes quieren que los empleados hagan exactamente lo que se les dice, y cuidan de generar ese tipo de mentalidad para la cual cualquier iniciativa de un empleado es recibida con un "esperemos a ver qué dice el jefe". En tanto, un gran líder establece líneas de dirección generales, y entonces intenta que los empleados se comprometan con estas, tratando al mismo tiempo de proveerles de los recursos necesarios para que estos completen sus tareas. Permiten que los equipos establezcan sus propias reglas de trabajo y estilos de funcionamiento, interviniendo sólo ante la inefectividad o en caso de emergencias.

4. Los empleados son colegas, no hijos. Un manager común suele ver sus enpleados como inferiores, seres inmaduros en los cuales no se puede confiar sin la supervisión de un patriarca. En cambio, un gran manager trata a un empleado como a su par, incluso trasmite la sensación de que él o ella puede ser la figura clave dentro de la organización. Así, se genera un ambiente donde la excelencia se espera de cada uno. Y los empleados sienten que deben estar a la altura de las expectativas.

5. La motivación se deriva de la visión, no del miedo. Un jefe promedio ve en el miedo -a ser despedido, a quedar en ridículo, a perder privilegios- una forma de motivar a las personas, pero sólo logra que el personal se paralice y no sea capaz de innovar ni de generar iniciativas. Mientras, los grandes managers inspiran a la gente, comunicándoles los lineamientos de un gran futuro del cual ellos pueden ser parte.

6. El cambio se equipara al crecimiento, no al dolor. La mayoría de los jefes ven el cambio como algo complicado, y amenazante, algo a lo que la compañía debe someterse sólo en casos desesperados. Pero los grandes jefes asumen el cambio como parte inevitable de la vida, y entienden que llevarlo a cabo con éxito es posible si los empleados trabajan también por esas ideas.

7. La tecnología es para dar poder a la gente, no para robotizarla. Un jefe común tiende a asumir el viejo dogma de que la tecnología sirve para reforzar los mecanismos de control y aumentar la predictibilidad. Mientras, los mejores managers visualizan la tecnología como una manera de liberar e incentivar la creatividad de las personas, así como facilitar las relaciones horizontales entre ellas.

8. El trabajo debería ser diversión, no tormento. Los jefes promedio actúan según la idea de que el trabajo es un mal necesario. Y si los trabajadores actúan contra su voluntad, eso los hace a ellos opresores incluso a nivel subconsciente. Pero los grandes jefes ven el trabajo como algo que debe ser en principio disfrutable, y por tanto están convencidos de que su labor más importante como líder es ubicar a la gente, tanto como sea posible, donde mejor produzca y se sienta satisfecho.

Si desea leer la versión íntegra del artículo, puede consultarla aquí.

Autores

AméricaEconomía.com