Conoce pensamientos que filósofos como Platón, Aristóteles o Séneca han transmitido a la humanidad, y cómo aplicarlos puede beneficiar ampliamente a un emprendimiento.
Descartes abrió la época moderna haciéndose unas de las preguntas más relevantes de la historia occidental en cuanto a filosofía y creencias se refiere. Sus interrogantes máximos postulaban en primer lugar la idea de dudar sobre la verosimilitud que ofrecían ciertos objetos a la vista de los humanos. Un remo reposando en el agua parecería quebrado cuando en realidad sólo se trataría de una ilusión óptica, objetaba el filosofo.
Así pues, la duda cartesiana siguió avanzando hasta preguntarse si en realidad una persona podría afirmar con 100 % de exactitud si estaba seguro de estar despierto o dormido. Es decir, para Descartes el soñar podría ser la verdadera realidad mientras que esta cotidianidad que vivimos todos tranquilamente podría ocurrir en un mundo onírico.
Luego, como no podía ser de otra manera, surgió la más profunda de sus preguntas al pensar en la existencia de un malvado genio que podría estar manipulando nuestros pensamientos y creencias, y de esa manera sin saberlo las personas estarían sintiendo, deseando y pensando lo que un ente superior dictamina.
Ahora, ustedes se preguntarán qué conexión tiene esta breve introducción filosófica basada en el “Discurso del método” con el título de este artículo, y sobre todo cuando el mismo promete enumerar o tal vez explicar qué cualidades y virtudes debe cultivar y sostener un emprendedor.
Porque la frase “Pienso, luego existo”, no en vano es tan conocida y aplicada. El emprendedor como cualquier ser humano sobre la faz de la Tierra tiene la potencialidad de pensarse a sí mismo.
Esta autoimagen que se tiene de sí es la base para generar acciones que devengan en éxitos o fracasos, en amores o desamores. Es por eso que la primera virtud de un emprendedor exitoso es justamente el:
1. Auto conocimiento
Conocerse no implica mirarse al espejo cada mañana al despertarse, ni saber a qué equipo de fútbol se alienta o qué tipo se ropa o tecnología se prefiere. Conocerse en el sentido amplio de la palabra es saber fehacientemente cómo es uno, por qué ha llegado a ser lo que es y qué se quiere ser en el futuro a corto, mediano y largo plazo. En el ínterin interminable del pensamiento hay que saber detenerse justamente en qué cambios se deben realizar para pasar del “ser en acto” al “ser en potencia” como formula Aristóteles.
Conocerse significa aceptación, amor y entusiasmo por uno mismo, por los talentos que se posean y por los defectos que se quieran cambiar o minimizar. Descartes entonces nos ayuda a replantearnos ciertos esquemas de pensamientos estáticos y darle lugar a la duda como elemento superador. Dudar de creencias negativas es el primer paso para emprender una idea de negocio exitosa.
“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”. Aristóteles.
2. Creatividad
Platón en aquella antigua Grecia tan alejada de los dispositivos móviles o redes de conectividad inalámbrica ya planteaba que coexistían dos mundos, uno sensible que se conformaba por meros objetos, y otro ininteligible al que el filosofo llamó “el mundo de las ideas.”
Desde la antigüedad hasta la era de la información que transitamos a diario, las IDEAS siguen teniendo un rol preponderante e inigualable. Es por eso que un emprendedor tiene que poseer una visión global del mercado y luego debe tomar acciones para llevar adelante el plan de negocio elegido, pero todos los pasos se tornan truncos cuando no se comienza en una buena idea, que sea creativa, innovadora y aporte un plus a lo ya existente.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Albert Einstein.
3. Pasión
Ese entusiasmo innato que nos lleva a dedicar horas y horas de nuestro tiempo realizando y disfrutando de una tarea es precisamente lo que se llama pasión. El espíritu emprendedor no puede concebirse sin ella, ya que el motor para luchar contra todas las adversidades, para crecer y luego sostenerse es precisamente comenzar un proyecto que te genere ese arrebato de alegría y realización.
“Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella”. Séneca.
4. Visión
Trazar, tener en claro y ajustarse a los objetivos planteados es una cualidad indispensable para emprender con éxito. Sin la visión que nos marque hacia dónde queremos ir y en qué lugar pretendemos aterrizar es muy posible perderse en los vaivenes personales y del mercado. “Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los ‘cómos”. Friedrich Nietzsche.
5. Valentía
No emprende quien se queda cómodamente sentado en un sillón esperando que las ideas sucedan por sí solas. Ser emprendedor es llevar tácitamente el coraje suficiente para poner en práctica las ideas sorteando obstáculos y arriesgándose a un posible fracaso.
Salir de la zona de confort es una premisa indiscutida de quienes se abalancen a la difícil, pero tan gratificante tarea de comenzar un sueño propio. “No es la dificultad la que impide atreverse, pues de no atreverse viene toda la dificultad”. Arthur Schopenhauer.
6. Inteligencia emocional
Ligada estrechamente al auto conocimiento, la inteligencia emocional es la virtud encargada de aprovechar las emociones positivas en pos de un objetivo, minimizando o erradicando los sentimientos tóxicos. Para ser asertivo, disciplinado, entusiasta, visionario es necesario contar con una estructura mental capaz de capitalizar las experiencias de forma tal que de cada tropezón se forme un aprendizaje y de que cada acierto se transforme en virtud.
“Dominar el mundo emocional es especialmente difícil porque estas habilidades deben ejercitarse en aquellos momentos en que las personas se encuentran en peores condiciones para asimilar información y aprender hábitos de respuesta nuevos, es decir, cuando tienen problemas”. Frases y Citas – Daniel Goleman.
7. Persistencia
Muchos de los que en la actualidad son considerados exitosos tuvieron en el pasado decenas de rechazos, negativas y hasta descalificaciones de sus talentos o ideas. Saber que no siempre se va a contar con respuestas favorables es primordial para no correrse del eje de acción ante la primera mirada despectiva de aquellos que, una vez triunfante, aplaudan la misma idea que desacreditaron.
Es por ello que seguir intentando es clave en la concreción de los objetivos. “Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres”. Albert Einstein.
8. Generosidad
Nadie por más auto suficiente y talentoso que sea llegó a la concreción de sus ideas solo. El ser humano es un ser social, y por ende siempre necesita del contacto con otro y de la sinergia que surja del trabajo en equipo.
Para que un grupo crezca sanamente, pueda proyectarse y producir es necesario que el alma del proyecto sea una persona generosa, que sepa dar antes de exigir, que escuche atentamente a los demás miembros y los haga parte.
“La venganza es un placer que dura solo un día; la generosidad es un sentimiento que te puede hacer feliz eternamente”. Rosa Luxemburgo.
Cada emprendedor sabe que para triunfar con una idea es necesario: el talento para ponerla en marcha, la tenacidad para no bajar los brazos, el equipo que sirva de sostén e impulse, la creatividad para destacarse y también un factor fundamental que es saber cómo, cuándo, dónde y a través de que medio se realiza la ejecución de la idea.
Encontrar las respuestas a todos estos interrogantes es saber tener sentido de la oportunidad. Encontrar las respuestas en el momento justo es tener sentido del tiempo. Ambas cualidades juntas podrán ser la combinación perfecta para que al fin la utopía que una vez se soñó, se convierta en una realidad tangible y duradera.
La filosofía puede brindarnos las herramientas para pensar cómo llevar adelante ese sueño, y aún cuando parezca difícil, saber que siempre es tiempo para ello. “La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún”. Tales de Mileto.
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