Es fundamental identificar lo que es verdaderamente necesario y lo que se puede dejar para más adelante.
Diciembre es uno de los meses más comerciales del año. Los potenciales consumidores se mantienen constantemente estimulados a través de radio, televisión, internet, vallas publicitarias, volantes entregadas al azar en la calle, letreros de papel estampados con ofertas y un sinfín de creativas alternativas. Entonces, las compras se dan y todos contentos.
Pero, ¿qué sucede a corto y mediano plazo? Las tarjetas de crédito han sido usadas al tope, sale a relucir la cuota del préstamo que se debe y de repente, ya no hay decimosegundo, ni decimotercero, solo el cero. Y llega enero, en medio de la carestía. ¿Se siente identificado o conoce a alguien que esta repitiendo esta historia o está por hacerlo?
Si es así, le tenemos algunas recomendaciones que le ayudarán a encontrar ese equilibrio en las compras, entre lo que es verdaderamente necesario y lo que se puede dejar para más adelante. No se trata de eximirse.
Analice sus patrones de compras del año pasado. ¿Por qué se salió del presupuesto, qué pudo dejar para después y no lo hizo, tal vez, por la presión de comprar en vísperas de la Navidad?
En este 2017 equilibre sus gastos, tenga su presupuesto listo e invierta en lo necesario. Anote en su libreta los pendientes para diciembre (pagos por realizar, regalos y otras compras, y el dinero con el que cuenta); y los gastos que hace, así sean mínimos. Por si deja la libreta olvidada en el supermercado o prefiere algo menos tradicional, cuente con una aplicación móvil en su teléfono para control y organización de gastos, como Mobill, Toshl, Money Lover, Spendee o Monefy Pro. Esto le permitirá tener un panorama claro y ordenado de su economía.
Intercambio de regalos. El amigo secreto, dentro de la familia, es una manera simpática de no tener que comprarle algo a los pocos o muchos miembros. El intercambio se convierte, entonces, en una alternativa divertida para que todos se sientan bien sin gastar en exceso.
Busque ayuda confiable. Tener a los seres queridos en casa es placentero, al igual que reunirse con los amigos como una manera de fortalecer los lazos afectivos. Sin embargo, el ajetreo de la organización del bufet, la limpieza de la casa (antes y después de los encuentros); la música, la lista de invitados, y una larga lista de etcéteras, pueden causar estrés. Disfrute de sus veladas siendo previsivo y con la calma de que invertirá su tiempo en lo estrictamente necesario, dentro del mes del ‘corre corre’. Opte por relajarse. Para esto, puede valerse de Casera, una red local, segura y económica de asistentes domésticas que prestan sus servicios a domicilio por horas.
No asocie compras navideñas con caos. Opte por lugares no tan frecuentados (ferias artesanales, por ejemplo) o si necesita acudir a centros comerciales o con gran flujo de personas, dése un tiempo para hacerlo en los horarios menos concurridos, y si es posible con un mes o más de anticipación. Si le es casi imposible salir, opte, con antelación, por tiendas online seguras como Amazon, Linio o Aliexpress, que puedan enviarle sus productos a tiempo.
Muchos almacenes y marcas locales ofrecen también sus servicios de compras on line. Así podrá ahorrar, elegir con calma lo que necesita y se evita largas filas.
Movilícese cómodamente. Pruebe dejar su carro en casa y movilizarse en un taxi seguro, o caminar. En estas fechas encontrar parqueo es más complicado. Además, con la fiesta gastronómica que surge entre los grupos familiares, de trabajo o de estudio, un poco de ejercicio viene bien al siguiente día.
Si ya eligió su día de compras, vaya con el efectivo necesario. Deje las tarjetas de crédito en casa para evitarse una tentación innecesaria. Si usara tarjeta, lleve la que se mantiene con usted siempre y rétese a usted mismo el no gastar de más. Si tuviese dos o más tarjetas, deje las que no utiliza en casa. Solo el árbol de Navidad debe estar adornado, no los estados de cuenta con cuotas interminables e intereses.
No se salga del persupuesto. El amor a primera vista sigue en discusión, por eso no se deje enamorar fácilmente por eso tan lindo que vio en el escaparate. Téngalo en cuenta, pero así como con aquello, es menester buscar información sobre los productos que le interesan. De esa forma, elegirá la opción más idónea y menos costosa. Si no se pudo resistir, anótelo en su libreta (relea el primer tip), y analice qué puede dejar de lado de ahora en adelante. Recuerde que este ‘reto financiero’ consiste en no salirse de lo previamente presupuestado.
Consiéntase. Un regalo navideño o el detalle con el que quiere consentirse no debe ser oneroso. Lo caro no es siempre equivalente a algo bueno. Un producto seminuevo que cumpla con requisitos de calidad o uno hecho por usted mismo puede ser igual de interesante. Ni qué decir de un empaque creativo que da a cualquier presente un toque especial; hay un sinfín de tutoriales y otros soportes en internet que le pueden ayudar a canalizar sus ideas de forma más concreta.
Pinterest y búsquedas específicas en YouTube son de gran apoyo. Navidad es sinónimo de amor, de paz, de reunir a los seres queridos y sonreír juntos. Un detalle muy suyo encajaría perfectamente en ese contexto.
Vista bien. ¿Recuerda esa blusa que nunca se puso, ese pantalón que jamás estrenó, o ese vestido que ha perdido un poco el color, pero que está por demás intacto? ¡Úselos! El armario no debería ser un espacio para adornos, sino para piezas que realmente necesita. Tómese un tiempo para chequear lo que usa y lo que no, y tener la oportunidad de reutilizarlo. Lo que hace bulto, dónelo y si quiere usar ese vestido (pero, ya se lo vieron antes), tíñalo con su color favorito. El verse bien consiste más en ser creativo, que en usar innumerables recursos.
FOTO: PEXELS.COM