Aunque esa práctica cada vez ha ganado más adeptos, en los menores, aseguraron los médicos, puede generar serios problemas.
El veganismo es “un régimen restrictivo que entraña carencias inevitables y necesita el seguimiento permanente de los niños para evitar retrasos irreversibles en el crecimiento".
Con esas palabras la Real Academia de Medicina de Bélgica resolvió un debate que empezó a generarse hace poco en ese país y que tenía posiciones encontradas: ¿Pueden los niños ser o no veganos? ¿Es bueno para ellos?
Las respuestas a esas preguntas las dio la Academia en un documento de nueve páginas luego de que Bernard De Vos, responsable de derechos de la infancia, le solicitara resolver esas dudas. Los siete especialistas que conformaron la comisión de expertos concluyeron, en pocas palabras, una cosa: no es bueno que los niños tengan una dieta vegana.
Aunque esa práctica cada vez ha ganado más adeptos, en los menores, aseguraron los médicos, puede generar serios problemas. Ausencia de vitaminas D y B12 o de calcio, nutrientes claves para el correcto desarrollo, son algunos de los inconvenientes que podrían resultar de una alimentación que excluya los alimentos de origen animal.
Como le dijo al diario El País de España Isabelle Thiébaut, pediatra experta en dietética que ha colaborado en documento publicado por la academia, de lo que se trata es de “retraso del crecimiento, psicomotores, desnutrición e importantes anemias".
“Cuando se es niño, el cuerpo fabrica células cerebrales, lo que implica necesidades más importantes de proteínas y ácidos grasos esenciales. El cuerpo no los produce, hay que recurrir a las proteínas animales", advirtieron los médicos belgas, según El País. "Ciertos desarrollos deben realizarse en un momento preciso de la vida y, si no se hacen, es irreversible", apuntaron más adelante.
La discusión, que ha vuelto a cobrar fuerza, no es nueva. En 2017 el debate alcanzó unos de sus puntos máximos, luego de que un bebé falleciera luego de ser alimentado únicamente con leches vegetales de maíz, arroz, avena y quinoa.