Investigadores planean analizar factores como la cultura y la crianza para comprender mejor por qué algunas personas aceptan más que otras los altibajos emocionales.
Una nueva investigación señala que las personas que habitualmente aceptan sus emociones negativas experimentan menos emociones negativas, lo que conduce a una mejor salud psicológica. Por el contrario, la presión para sentirse optimista puede hacer que las personas se sientan mal.
Las conclusiones fueron publicadas en la revista Journal of Personality and Social Psychology
Los investigadores examinaron el vínculo entre la aceptación emocional y la salud psicológica entre más de 1.300 adultos del área de la bahía de San Francisco y el área metropolitana de Denver, Colorado.
Los resultados sugieren que las personas que comúnmente se resisten a reconocer sus emociones más oscuras, o quienes las juzgan con dureza, pueden acabar sintiéndose más estresadas en términos psicológicos y que quienes en general permiten a sentimientos como la tristeza, la decepción y el resentimiento seguir su curso tienen menos síntomas de desórdenes del ánimo que quienes las critican o las rechazan, incluso seis meses después.
Se realizaron tres estudios separados en la Universidad de California, Berkeley, con varios grupos en el laboratorio y en línea y se tomaron en cuenta variables como edad, género, situación socioeconómica y otras variables demográficas, se indicó en un boletín de prensa de UC Berkeley.
En el primer estudio, más de 1.000 participantes respondieron encuestas para determinar si estaban de acuerdo o no con declaraciones como "Me digo a mí mismo que no debería sentir lo que estoy sintiendo".
Quienes por regla general no se sienten mal por sentirse mal mostraron niveles más altos de bienestar que sus compañeros con menor aceptación.
Después, en el laboratorio, se pidió a más de 150 participantes entregar un mensaje grabado en video de tres minutos para un jurado como parte de una falsa solicitud de empleo en la que debían mostrar sus habilidades de comunicación y otras cualidades relevantes. Tuvieron dos minutos para prepararse.
Tras concluir la tarea, los participantes calificaron sus emociones al respecto y, como se esperaba, el grupo que normalmente evita los sentimientos negativos registró más angustia que sus compañeros con mayor nivel de aceptación.
En el estudio final, más de 200 personas escribieron en un diario sus experiencias más difíciles durante un periodo de dos semanas.
Cuando se les analizó en relación con su salud psicológica seis meses más tarde, quienes normalmente evitaron las emociones negativas reportaron más síntomas de trastornos del ánimo que sus compañeros que juzgaron menos.
En este punto, los investigadores sólo pueden especular sobre el motivo por el cual las personas que aceptan emociones no agradables pueden desactivarlas como nubes negras que pasan rápido frente al sol y se pierden de vista.
Ahora, los investigadores planean analizar factores como la cultura y la crianza para comprender mejor por qué algunas personas aceptan más que otras los altibajos emocionales.