El comediante Steve Coogan fue una de las víctimas del escándalo que dejó por el suelo la reputación de la prensa inglesa.
El actor británico Steve Coogan ganó una suma no divulgada por daños en una demanda contra Mirror Group Newspapers, cuyos periodistas ilegalmente escucharon sus mensajes de voz para lograr primicias, el capítulo más reciente de una saga que dañó la reputación de la prensa inglesa.
Famoso en Gran Bretaña por su interpretación del ficticio presentador de radio Alan Partridge, Coogan es una de las varias celebridades quienes, junto con políticos y ciudadanos comunes, fueron víctimas de la intervención de teléfonos.
El actor, también protagonista en la franquicia “Una Noche en el Museo”, ganó la demanda por daños contra el Mirror Group (MGN) -propietario de los diarios Mirror, Sunday Mirror y People- en relación con 62 artículos publicados que contenían información obtenida de los mensajes de voz.
“MGN reconoce que el señor Coogan fue objeto de actividades ilegales y que estas actividades fueron ocultadas hasta años después”, dijo un abogado de la compañía en un comunicado a la Alta Corte de Londres y que se entregó a los medios tras la audiencia.
“MGN se disculpa con el señor Coogan y acepta que él y otras víctimas deberían haber sabido la verdad hace mucho tiempo”, añadió.
El escándalo de la intervención telefónica estalló en 2011, cuando se reveló que News of the World, un rival del Sunday Mirror, había hackeado los correos de voz de Milly Dowler, una adolescente asesinada.
La indignación pública llevó a que el propietario de News of the World, el magnate de los medios Rupert Murdoch, cerrara el periódico, y que el entonces primer ministro David Cameron ordenara una investigación sobre la ética y las prácticas de la prensa.
Si bien al principio se centró en los diarios británicos de Murdoch, el escándalo luego se amplió cuando quedó claro que periodistas de los diarios de MGN que eran propiedad de Trinity Mirror también habían utilizado esa práctica ilegal.