Ya fuera de la exitosa serie, Laurie Holden -cuyo personaje "Andrea" participó hasta la tercera temporada- forma parte de equipos de seguridad estadounidense. Trabajó en la caída de una mafia colombiana que prostituía a menores de edad.
La actriz Laurie Holden, recordada por su papel de "Andrea" en la exitosa serie de televisión "The walking dead", cambió de objetivo en su vida y dejó de luchar contra zombies para concentrarse en acabar con las mafias de prostitución infantil.
La rubia californiana de 44 años, cuyo rol en la serie de muertos vivientes terminó en la tercera temporada, logró acabar con una red de trata infantil en Cartagena, Colombia, hasta donde viajó encubierta como turista junto a los integrantes de Operation Underground Railroad, ONG fundada por el ex agente de la CIA, Tim Ballard, y así desmantelaron a la célula de pedófilos.
La historia, que fue registrada para el documental "El abolicionista", logró desbaratar una red de esclavas sexuales en Colombia y tuvo a la actriz con la misión de distraer a las mujeres –algunas menores de edad-, mientras el resto del equipo recogía pruebas para inculpar al jefe de la red.
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"Cuando me lo ofrecieron, realmente me dio miedo. Luego les pregunté que edad tenían estas mujeres y me dijeron que algunas tenían entre 12 y 14 años, y ahí acepté inmediatamente", afirmó Holden en una entrevista recogida por la revista Rolling Stone.
Por su parte, Ballard, que confesó haber trabajado más de una década para diferentes ramas de la seguridad del gobierno de los Estados Unidos, admitió que pasó toda esa época de su vida preparándose para ayudar a la gente con su organización en diferentes países.
El grupo que actuó como pantalla incluye camarógrafos, actores y hasta un entrenador de crossfit de los Marines, todos quienes alquilaron una mansión y organizaron una falsa despedida de solteros y simularon estar interesados en alquilar el servicio de prostitutas jóvenes para la fiesta.
Y si bien la prostitución está legalizada en Colombia, siempre que las personas que la ejercen sean mayores de edad, las cámaras ocultas colocadas alrededor de la mansión lograron captar a los proxenetas trayendo a las chicas –todas ellas menores de edad- y cobrando en efectivo de manos de Ballard y su gente.
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De esta manera, Holden, Ballard y el resto del equipo lograron obtener las pruebas suficientes para hacer arrestar a once personas, a las que ahora se puede acusar de trata de personas y también de pagar para poder mantener relaciones con las chicas, ya que a la fiesta llegaron también personas "extrañas" a ambos bandos.
Sin embargo, el éxito de la operación no se vio hasta que se produjo la liberación de las 55 víctimas de esta red de trata, entre ellas una nena de 11 años que había sido vendida por mil dólares por ser virgen y que fue acogida junto al resto por la agencia de protección infantil de Colombia.
Los acusados, en tanto, enfrentan cargos que les podrían acarrear entre 5 y 20 años de prisión de acuerdo al grado de responsabilidad que hayan tenido en esta actividad.
