Las tiendas empiezan con las rebajas de precios y el deseo por comprar se puede volver en contra.
Para muchas personas, la esperada época de las liquidaciones da lugar a compras incontrolables. Habitualmente se escuchan frases tales como la que dice que "para la tristeza, el mejor remedio son las compras", o aquello de "era muy barato, no podía desaprovechar la oportunidad". Y es que comprar puede ser sin duda un gran placer, pero ¿realmente compramos lo necesario?
De acuerdo a un artículo publicado en Expansion.com, el 3% de la sociedad en España padece un problema de control de impulsos al que se denomina "adicción a las compras" o "compulsión por comprar", un trastorno que se conoce asimismo con el nombre griego de oniomanía, que significa 'locura por el consumo.
Las compras compulsivas y no planificadas, de artículos que no se necesitan, por un importe que supera sus posibilidades económicas, constituyen -a grandes rasgos- las características que definen a un adicto a las compras, un trastorno que, en muchas ocasiones, no se percibe como tal.
Los problemas derivados de ser un comprador compulsivo son múltiples y variados, ya que no es solo lo que muestra la conducta, sino la ansiedad que está detrás de ese comportamiento. Se trata además de una adicción silenciosa, porque no es fácil de identificar, no está mal vista por la sociedad, está muy enmascarada por las personas que la sufren y es difícil que reconozcan que la padecen hasta que las consecuencias son desastrosas, por lo que tiene un doble peligro.
Los síntomas de la 'oniomanía'
Pero ¿cuándo debemos alertarnos de la presencia de esta adicción? Los síntomas que señalan que una persona es dependiente de las compras son:
- Deseo muy intenso de realizar la compra, que muchas veces se describe como una sensación irrefrenable o irresistible.
- Sensación de pérdida de control para evitar, detener la compra o dedicarle menos gasto del inicialmente previsto.
- El hábito invade progresivamente todas las facetas de la vida de la persona y llega a ocupar un lugar preponderante entre sus acciones.
- Malestar cuando no puede llevarse a cabo la adquisición que se desea. Esto produce nerviosismo, impaciencia e irritabilidad.
- Consecuencias adversas (problemas económicos, laborales, familiares o sufrimiento personal).
¿Cómo evitar el frenesí y disfrutar de las liquidaciones?
- Para hacer un buen uso de las liquidaciones y evitar las compras compulsivas los expertos recomiendan realizar una lista de lo que se desea sin excederse y fijar un presupuesto máximo para gastar.
- Una vez en las tiendas es conveniente mirar el producto que se desea en varias de ellas, evitando las ofertas engañosas.
- No ir con apuro durante la jornada de compras e intentar detectar emociones tóxicas o síntomas de ansiedad.