Adolfo Moreno Gallego, médico de la Universidad Metropolitana de Barranquilla y director del Cluster de Servicios de Medicina y Odontología de la Cámara de Comercio de Medellín, y participará en la segunda edición del Foro Latinoamericano de Salud organizado por AméricaEconomía en Ciudad de México. En esa oportunidad -tal como ahora- expondrá sobre los desafíos que supone el creciente turismo médico para la región.
Vicente Quijada B. Latinoamérica se encuentra en un momento clave en pos de aprovechar el potencial de sus instituciones médicas y de los pacientes que éstas atraen desde otras partes del orbe. Pero para ello es también fundamental esgrimir una estrategia.
Para Adolfo Moreno Gallego, médico de la Universidad Metropolitana de Barranquilla, la estrategia latinoamericana debe explotar "la excelencia médica es clave, ya que cuando estás en situación de enfermedad, lo que buscas son los mejores profesionales, las personas más autorizadas para que te acompañen a resolver la situación"; y respecto al marketing, este "debe realizarse a partir de un producto existente, es decir, tiene que haber una realidad en las instituciones que prestan servicios de salud que tienen un compromiso. Primero, con la seguridad de los pacientes, y segundo con equipos clínicos de alto desempeño buscando resultados". Moreno añade en tercer lugar que para la labor de marketing a nivel internacional "adquieren un gran valor los procesos de acreditación de calidad en las instituciones. Es mucho más fácil comunicarse así con mercados, y particularmente con aquellos con los que no tenemos vínculos tradicionales o poca experiencia previa".
Respecto a los pacientes que pudieran llegar de Estados Unidos, Moreno diferencia dos públicos en relación al idioma, ya que "la comunicación efectiva es fundamental para la seguridad del paciente": el hispanoparlante, de fácil acercamiento gracias a "la afinidad cultural y lingüística"; y el angloparlante, para el que el equipo clínico y el personal de contacto "debe tener una muy buena competencia comunicacional en inglés".
El médico colombiano agrega que "existen muchos casos -de instituciones que realizan marketing en EE.UU.-, claro que sí; hay clínicas que incluso han instalado oficinas en Florida o facilitadores médicos en Norteamérica".
En ese sentido, Moreno destacó la labor del grupo Promed en Costa Rica, ya que la considera "una organización interesante y que tiene una visión que hay que reconocer, ya que busca hacer el posicionamiento de Costa Rica como destino de salud y han tenido resultados importantes". Agregó que esto "es una tarea múltiple, que incluye desde participar en eventos internacionales del tema, a hacer comunicación directa con líderes de opinión, donde incluso ellos organizan sus propios eventos de conocimiento -previamente en Costa Rica y ahora también en Estados Unidos".
"Primero que todo, esto no es importación de mercancías, si no que movilización de personas, por lo tanto, los resultados no son medibles al final del día. Esto es un esfuerzo de largo aliento. Hay que ser muy persistente, y sobre todo estratégicos en la comunicación que se entrega y la visibilidad que se hace de las instituciones", afirmó.
-Ahora, pensando en el sentido inverso, ¿por qué se da la migración de pacientes hacia Estados Unidos? ¿Qué especialidades se ejecutan mejor allá?
-Es un mercado sofisticado, es decir, estamos hablando de un segmento de la población que tiene una alta capacidad de compra o que tienen seguros internacionales de cobertura amplía, ya que se tienen que preparar para pagar facturas muy grandes. Conclusión: es un mercado pequeño.
Los Estados Unidos tienen una oferta clínica de reconocimiento internacional y es un esfuerzo de años; procesos construidos de años fundamentados en un servicio diferenciado, en una relación muy clara en el sentido de lo humano, muy cuidadosos en la selección de sus profesionales médicos y muy dedicados a la producción de contenidos propios.
Hacen un trabajo de comunicación comercial muy importante, por ejemplo, la Clínica Mayo tiene oficinas en varios países de Latinoamérica y ahí se hacen responsables de la gestión directa con los pacientes. No sólo es un excelente producto, también hay muy buena comunicación.
Las capacidades de los equipos clínicos que tenemos en nuestra región son comparables con los equipos norteamericanos. Hoy en Latinoamérica podemos decir con toda tranquilidad que nuestra capacidad resolutiva es muy alta. Yo podría decir que casi no hay razón para que pacientes deban viajar a EE.UU por razones clínicas, y si lo hacen es por razones de confianza, de capacidad de consumo ampliado. Esa es una brecha que se ha ido cerrando. Nuestros profesionales hoy son tan buenos y tienen tantas competencias como allá.
-¿Qué países identifica como fuertes en nuestra región?
-México es el país más exitoso en cuanto a la atención de pacientes internacionales en la región, ya que tiene la ventaja de la frontera con Estados Unidos y por ende hay mucho flujo migratorio en busca de soluciones médicas. Lo mismo sucede con Costa Rica. Otros países que destacan son Colombia, Panamá y el entusiasmo de República Dominicana, con líderes que buscan posicionar al país como destino. Brasil es otro punto importante, particularmente por el trabajo realizado en Sao Paulo.
-¿Qué área desarrollan mayormente?
-Es importante diferenciar tratamientos de alta complejidad -trasplantes, medicina cardiovascular, cáncer-, con los de baja complejidad -oftalmología, ortopedia y odontología estética-, que son particularmente los que han hecho "famoso" el concepto de turismo médico, ya que el paciente está interesado en conocer los destinos turísticos y recibir tratamientos allí. Cuando se trata de procedimientos de alta complejidad -en esta área Moreno destaca el trabajo de México, Costa Rica, entre otros- lo que prima es quiénes son los profesionales, instituciones de respaldo y servicio que el paciente necesita.
-¿Hacia dónde ve el futuro del turismo médico en Latinoamérica, crecerá? Si es así, ¿qué sector se verá más potenciado?
-Necesariamente crecerá y los factores serán la gestión tecnológica, la incorporación de nuevas terapias, de nuevas opciones terapéuticas, sobre todo en los hospitales de alta complejidad. Cada vez hay más necesidad por la limitación en la oferta de determinado país o por el costo que significa una intervención. Es normal que existan personas interesadas en viajar fuera de su país de origen buscando cómo recibir tratamientos médicos. Una alternativa al costo médico que deben soportar los países a través de los seguros -cada vez es menor la capacidad- es buscar destinos de salud que cuenten con excelencia clínica y condiciones de seguridad para el paciente, a costos muy inferiores.
Tanto el sector de alta como de baja complejidad crecerán. La clave está en que -sobre todo en temas de baja complejidad- se haga un manejo muy cuidadoso de la imagen y el prestigio de los destinos. Desafortunadamente hay personas inescrupulosas, médicos que no tienen las competencias, que quieren aprovechar el flujo de los pacientes internacionales y entregar un servicio deficiente.
Respecto a las paridades monetarias que existen entre países, y que podrían abaratar costos para los pacientes, hay que diferenciar entre procedimientos con fines meramente de salud, con los estéticos. En el primer caso, dependerá de la relación que exista entre el médico prescriptor y la institución de salud a la que asistirá el paciente. En el segundo, depende completamente del bolsillo del paciente y por ende es él quien buscará la alternativa más conveniente donde hay un impacto evidente de las diferencias monetarias entre países.
-Tenemos el caso especial de Cuba que, además del turismo médico de especialidades convencionales, ha desarrollado cosas únicas como, por ejemplo, la cura para el vitiligo. Con la mejora de las relaciones con EE.UU., ¿cree posible un boom de turismo médico estadounidense en la isla?
-Indiscutiblemente. La apertura de la frontera de Cuba plantea un reto gigantesco en términos de salud, porque ahí está la mezcla perfecta: un destino turístico que ofrece servicios clínicos de reconocimiento internacional. Si a eso le sumamos la innovación tecnológica que podría recibir, Cuba podría desarrollarse exponencialmente en ese ámbito. Y no sólo pacientes norteamericanos, si no también de otros países del Caribe donde se facilita la atención gracias a la afinidad cultural.
-¿Qué es necesario desarrollar en nuestra región para atraer a más pacientes y fomentar el turismo médico?
-Insistentemente, este momento es una oportunidad para que las clínicas y hospitales se preparen muy bien. La atención a pacientes internacionales es esencialmente un servicio clínico, por ende, primero exige equipos clínicos altamente capacitados. En segundo lugar, la gestión del servicio alrededor del paciente internacional al interior de las instituciones y en los destinos turísticos. Me explico: no es suficiente con que los médicos lo hagan bien. El equipo administrativo de apoyo también debe acompañar el proceso clínico. El paciente internacional tiene necesidades adicionales que requieren servicios complementarios: temas migratorios, de transporte, de alojamiento, de cambio de moneda, de afinidad cultural y respeto por las costumbres de cada uno de ellos; información efectiva, comunicación y construcción de confianza. Es toda una cadena de servicios en 360 grados, que busca garantizar una experiencia satisfactoria para el paciente. Ese es el reto.