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Aerotrópolis, el nuevo modelo de desarrollo urbano
Miércoles, Marzo 29, 2017 - 10:27

La arquitecta y diseñadora de interiores Gabriela Pallares nos propone en esta columna olvidarnos de la idea escolar de que las ciudades se construyen a la vera de los ríos o de las vías de tren.

El Observador | "Los aeropuertos definirán la ubicación de los negocios y el desarrollo de las ciudades en el siglo XXI, así como las autopistas lo hicieron en el siglo XX y los puertos en el siglo XIX". La afirmación pertenece a John Kasarda, padre del término "aerotrópolis", quien define un nuevo concepto urbano que le valió hace unos años figurar en la lista de la revista Time como una de las 10 ideas que cambiarán el mundo.
 
Kasarda es director del Kenan Institute of Private Enterprise de la Universidad de Carolina del Norte, y reflexiona en torno al nuevo papel de los aeropuertos como hitos centrales en la configuración urbanística del territorio, en su reciente obra Aerotropolis, the way we'll live next (Penguin Books, 2011), de recomendable lectura para los interesados en estos temas.
 
En una sociedad cada vez más itinerante y conectada, no hay duda de que los aeropuertos son infraestructuras potencialmente beneficiosas para la economía de las regiones, especialmente aquellos ya establecidos, cuyo diseño, tamaño y plan de negocios son el resultado de una evolución inteligente de la infraestructura; o los que, habiendo sido edificados de nueva planta, responden a una demanda real de pasajeros y tráfico de mercancías que aconsejen su implantación, convirtiéndose en hubs de comunicación que compiten de manera satisfactoria con los de su entorno.
 
Los aeropuertos actúan hoy como verdaderos nodos regionales de transporte multimodal (especialmente los que conectan distintos medios de transporte), constituyendo un foco de atracción magnética para los negocios, el comercio, los intercambios de comunicación y las actividades de ocio y tiempo libre, generando, tanto directa como indirectamente, desarrollo y empleo. Antes proyectados en las afueras de las ciudades este paradigma revierte el protagonismo, concibiendo a las terminales aéreas y multimodales en el centro hacia donde confluyen el resto de funciones satelitales como hoteles, centros de convenciones, zonas francas, depósitos, centros logísticos o coworks.
 
Una aerotrópolis es, entonces, una ciudad surgida en torno a un aeropuerto. Está conectada física y virtualmente con el resto del mundo. Este se convierte en el corazón de la misma, en el núcleo que toda metrópolis tiene, y a su alrededor se forma una compleja red de negocios, viviendas, ocio, con población establecida en esa zona de forma permanente y con una industria creciente que quiere estar cerca del aeropuerto porque "el tiempo y coste de mover personas y productos hasta y desde el aeropuerto se está convirtiendo en un factor determinante". Las aerotrópolis, que están formándose sobre todo en Asia, tienen una extensión de 20 a 30 kilómetros, aproximadamente, y crecerán en el futuro según vaya cobrando cada vez más protagonismo el aeropuerto.
 
 
¿Por qué hoy en lugar de huir de las cercanías del aeropuerto, zona de ruidos, deshabitada y en las afueras, crecen sus barrios? La sociedad vive un cambio, así como también la forma de concebir las ciudades y hacer negocios.
 
La filosofía de "NIMBY" (not in my back yard, en español: no en mi patio trasero) que ha caracterizado el diseño de las coronas urbanísticas de los aeropuertos en los últimos 50 años y que los ha situado como islas al margen de la trama urbana de la ciudad parece revertirse en épocas de globalización, internet y necesidad de optimización de costos del transporte de gran incidencia en los precios de cualquier producto al consumidor final.
 
Mezcla de ciudad planificada, centros de consolidación y embarque, o centros de negocios, las aerotrópolis están reformulando la vida en ciudades como Seul o Amsterdam, Dallas, Washington u otras en China o India. Son la siguiente frontera de la globalización.
 
Es así que los distritos Amsterdam Zuidas, cerca de Schipol, Songdo International Business District, en Corea del Sur, desde donde se dice que "un tercio de la población mundial se encuentra a menos de 3,5 horas de vuelo" o Hyderabad en India surgen entre páramos y grúas donde antes era tierra deshabitada hoy son parques industriales y residenciales de última generación.
 
Amsterdam Zuidas es la apuesta de la sociedad civil holandesa por desarrollar en un espacio de 270 hectáreas, una Ciudad Aeroportuaria orientada al comercio internacional y al desarrollo y transferencia del conocimiento, situada en el eje que discurre entre el Aeropuerto de Schipol y el Puerto de Rotterdam, ("Con Schipol a 6 minutos en tren, el mundo entero está en su puerta") conformando un proyecto muy interesante que habrá que seguir con atención, pues puede conformar un modelo trasladable –acomodando la escala- a entornos más inmediatos, sobre la base de las denominadas ALA (áreas logísticas avanzadas) inteligentemente concebidas.
 
Es de notar que en Ámsterdam, un espacio de oficinas cerca de Schipol cotiza más alto que un loft en el casco antiguo sobre los canales.
 
En Doha, Qatar, Rem Koolhaas está diseñando la aerotrópolis local: un proyecto a 30 años cuya primera fase debería culminarse para el Mundial de 2022.
 
En Dubái, área de superlativos si los hay, el aeropuerto superó a Heathrow como el de mayor tránsito de pasajeros y se esperan 100 millones para el año 2020. Ese flujo no encuentra a corta distancia servicios y productos de consumo para estadías cortas o relacionadas a viajes de negocios, lo cual se está corrigiendo con este tipo de iniciativas. Es una de las más grandes zonas en construcción DWC (Dubai World Central) es una de las más grandes zonas en construcción, cuya capacidad será la doble de Frankfurt, alojará 750.000 personas en forma permanente y costará 33 billones de dólares.
 
En una oportunidad Kasarda respondió a quien lo consultaba sobre la oportunidad de construir un gran aeropuerto en Bangkok: "Un gran aeropuerto que se desarrolle y crezca como sus vecinos del resto de Asia, permitiría enlazar los negocios rurales y tradicionales de la población del país con el aeropuerto, pudiendo así abrir nuevas vías de negocio, y además permitiría descongestionar los masificados barrios de la capital, pues mucha gente se mudaría a la nueva zona del aeropuerto". La respuesta es un ejemplo de la importancia que los aeropuertos han ganado, y lo seguirán haciendo en los próximos años, en las ciudades modernas. Tanto que allí donde se sitúan llegan a formar núcleos urbanos perfectamente organizados y definidos que terminan por convertirse en ciudades, que el profesor Kasarda ha bautizado como "aerotrópolis".
 
 
En Zhengzhou, China, el área de la ciudad aeroportuaria, producto de una segunda ampliación al aeropuerto tendrá 7 veces el tamaño de Manhattan.
 
En Latinoamérica uno de los proyectos de mayor escala actualmente en construcción es el NAICM: Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, de los estudios de FREE Fernando Romero + Norman Foster que incluirá 146 hectáreas de comercio alterno y servicios, a modo de aeotrópolis.
La zona contará con hoteles, centros comerciales y área de libre comercio, oficinas y un parque industrial, y se prevé una línea del metro adicional a construir para su acceso al lugar.
 
"La aerotrópolis ofrecerá oportunidades de desarrollo para bienes raíces comerciales de clase mundial para atender a los viajeros, empleados que trabajan en el aeropuerto y las comunidades en las cercanías", comunicó la Manifestación de Impacto Ambiental del Nuevo AICM mediante un documento.
 
Se estima que alrededor de 180,000 personas se empleen en la aerotrópolis, a iniciarse en 2015 y finalizarse en 2028, y que la atracción a inversionistas sea alta y creciente. Sería inversión externa al proyecto y se requeriría de jugadores grandes. México los tiene, de hecho Carlos Slim, suegro de Fernando Romero seguramente tendrá que ver en esos proyectos a largo plazo.
 
La zona contará con hoteles, centros comerciales y área de libre comercio, oficinas y un parque industrial, y se prevé una línea del metro adicional a construir para su acceso al lugar.
 
"La aerotrópolis ofrecerá oportunidades de desarrollo para bienes raíces comerciales de clase mundial para atender a los viajeros, empleados que trabajan en el aeropuerto y las comunidades en las cercanías", comunicó la manifestación de impacto ambiental del nuevo AICM mediante un documento.
 
Se estima que alrededor de 180.000 personas se empleen en la aerotrópolis, a iniciarse en 2015 y finalizarse en 2028, y que la atracción a inversionistas sea alta y creciente. Sería inversión externa al proyecto y se requeriría de jugadores grandes. México los tiene, de hecho Carlos Slim, suegro de Fernando Romero seguramente tendrá que ver en esos proyectos a largo plazo.

Autores

El Observador