Variación artística no requiere más que entrenar la respiración, la concentración y la postura.
El yoga es una disciplina física y mental originaria de la India. A través de diferentes técnicas, se conjuga la armonía de los cuatro elementos: cuerpo, espíritu, aliento y energía. Para algunos es un estilo de vida o una filosofía y, según sus practicantes, proporciona resultados como la unión del alma individual, el bienestar físico y mental, y la percepción de que el yo es espiritual y no material.
A raíz de esta creación manaron diversas variaciones. Una de ellas es conocida como aeroyoga y trata de un método artístico creado por el español Rafael Martínez que combina el yoga con ejercicios aéreos. Consiste en utilizar el peso del cuerpo en suspensión, sostenido por un columpio especial de tela liviana que pende del techo como si fuera una hamaca. Es una técnica que requiere el entrenamiento de la respiración, concentración y postura.
“Desarrolla capacidades mentales, físicas y emocionales; aumenta la agilidad, memoria y autoestima. Fomenta, además, la creatividad, tonicidad, definición muscular, desbloqueo y rejuvenecimiento. La duración de las clases es de 60 minutos, tiempo durante el cual se fusionan pilates y acrobacia, experimentando un ambiente relajante y divertido”, comenta Silvia Duarte, profesora certificada de aeroyoga, aeropilates y aerofitness.
Debido a que durante el ejercicio de esta propuesta, con la proximidad del instructor, el alumno se siente más seguro y acompañado, las sesiones en su estudio son lo más personalizadas posibles, en grupos de cuatro personas por hora. “Utilizamos también elementos externos al columpio, como gomas elásticas y pesas, o piedras calientes con aromaterapia durante la etapa de relajación”, refiere Duarte.
La ejercitación consta de tres niveles: restaurativo (apto para todos, se centra en la relajación y está especialmente indicado para embarazadas, porque fortalece la musculatura y prepara para el momento del parto); aeropilates (orientado a aquellas personas que desean tonificar, corregir y reeducar la postura, se basa en mantenerse en contacto con el suelo mientras se realizan las variadas posiciones), y acrobático (es el más exigente, puesto que se trabaja totalmente en el aire).
La especialista consultada sobre el aeroyoga acota: “Los estudios efectuados aseguran que toda la población puede disfrutar de los efectos positivos aportados gracias a esta modalidad. Se comprobó que aumenta la conciencia del cuerpo, incrementa la capacidad deportiva, regenera y fortalece las articulaciones, reactiva el aparato digestivo y respiratorio, contribuye con el buen drenaje linfático y circulatorio, combate la hipertensión y elimina el dolor de espalda, entre otros. No importa la edad ni el estado físico, sino las ganas que cada uno entregue en cada encuentro”.