En medio de los debates realizados en el Foro de Davos también ha estado presente el calentamiento global. En ese contexto, se confirma el encuentro global de música.
El ex vice presidente de Estados Unidos, Al Gore, y el reconocido cantante y compositor Pharrell Williams (el autor del exitoso tema "Happy") anuncian en la reunión anual de Davos una nueva versión del concierto global "Live Earth", en demanda de acciones contra el cambio climático, para el 18 de junio en los siete continentes, incluyendo la Antártida.
Los conciertos se llevarán a cabo en seis ciudades -París, Nueva York, Río de Janeiro, Pekín, Sidney y Ciudad del Cabo- en lo que será el mayor evento de su tipo. Y en el continente helado la encargada del concierto será una banda compuesta por científicos de una de las estaciones ubicadas en el lugar.
Se espera que 2.000 millones de personas sintonicen el evento de 24 horas en casi 200 cadenas de televisión. Cada concierto durará entre cuatro a seis horas.
"Live Earth" tiene por objetivo impulsar el apoyo popular a acciones contra el cambio climático antes de negociaciones clave de Naciones Unidas en París en diciembre para combatir el calentamiento global.
"Es absolutamente crucial que aumentemos la voluntad pública por un acuerdo", explica Gore, ganador del premio Nobel de la Paz en el 2007 por su campaña contra el cambio climático, a los participantes del foro en Davos. "El propósito es tener mil millones de voces con un mensaje, demandar acción contra el clima ahora", agrega.
El cantante Williams, en tanto, es un participante activo de la causa Live Earth, ya que participó en la versión anterior del evento en 2007.
El calentamiento del planeta es un tema destacado en Davos, luego de discusiones entre gobiernos en Perú el mes pasado y de cara a las negociaciones de París.
Las negociaciones en Lima terminaron con un modesto acuerdo sobre los cimientos de un tratado, en medio de advertencias de que se necesitarán acciones más fuertes para limitar el aumento de las temperaturas. La mayor parte de las decisiones más difíciles fueron pospuestas hasta el encuentro en la capital francesa.