El cineasta chileno presenta en Madrid "La danza de la realidad", película que -explica- "no está hecha desde el narcisismo" y que ya ha estrenado en Chile, México, Japón y Francia.
"Para mí el cine es arte y, a pesar que desde Estados Unidos han invadido y están matando el cine decente, se debe intentar hacer algo distinto", señala en la capital de España el polifacético artista chileno Alejandro Jodorowsky.
El artista promueve su filme "La danza de la realidad", que se presenta en Madrid, como una cinta autobiográfica en la que hace una catarsis de su historia familiar.
"No me gusta y no quiero hacer cine industrial sólo para ganar dinero, hoy abunda el cine lleno de publicidad y lo único que hace es crear estrellas que son monstruos del ego y que, finalmente, empleados al servicio de esta industria del entretenimiento", comenta el director a los medios.
Jodorowsky (Chile, 1929) crea en "La danza de la realidad" un ejercicio de autobiografía imaginaria, llevando a la pantalla los recuerdos de su infancia en el pequeño pueblo de Tocopilla, al norte del país, junto a sus padres: un comunista recalcitrante y una madre amorosa, pero frustrada.
Jodorowsky explicó que con esta cinta intenta "perdonar" a sus padres convirtiéndolos en lo que siempre quisieron ser: "una cantante de ópera y un comunista ateo héroe que intenta liberar a Chile de un dictador".
Producida por Karma Films, la cinta también forma parte de su propuesta psicológica basada en el método de la psicomagia, concepto que centra una especie de "terapia colectiva" con la que enseña a los espectadores la importancia de perdonar el pasado y vivir el presente.
El cineasta chileno comentó que esta no es una película hecha por narcisismo: "cualquier persona, por muy mediocre que se crea ser, es una novela que tiene algo que contar", dice.
Después de 23 años de su última producción, Jodorowsky estrenó esta cinta en el Festival de Cannes el año pasado y ahora la presenta al público español como un "testamento", aunque también "como un regreso", precisa.
"Durante esta ausencia seguí pensando en cine y cambiando mi percepción del mundo. No creo que uno deba ser un fabricante de salchichas que hace en serie películas para ganarse la vida", subraya.
Sobre las críticas positivas y las que lo tildan de "extraño", Jodorowsky dijo que admira a muchos cineastas como Luis Buñuel, Federico Fellini, Andréi Tarkovski pero considera que ha encontrado un estilo propio.
"Sí, quizás es extraño, pero es mejor ser distinto a ser uno más de la industria porque en el cine actual se cuentan muchas cosas falsas y preferí apostar por una historia real en el sufrido pueblo de Tocopilla en Chile", advirtió.
Se confiesa un cinéfilo que durante estos últimos años ha visto a razón de dos películas por día "con envidia y rabia" de no hacer una cinta pero admite que pocos apuestan por el cine alternativo.
"La danza de la realidad" que ya se ha presentado en Chile, México, Japón y Francia cuenta con la participación de sus hijos Brontis, Adán y Cristobal.
