Con 23 años y seis meses de trabajo en el programa de Start-up Chile, el emprendedor chileno y fundador de la aplicación para amantes de las mascotas, The Klooff, se encuentra junto a su equipo buscando financiamiento en Nueva York. Conversamos con él para conocer detalles de su proyecto y la visión de emprender en América Latina.
Con un emprendimiento bajo el brazo -la guía de restaurantes para iPhone Soy Gourmet, que fue lanzada junto a Nicolás Trajtman en 2009- Alejandro Russo, ingeniero comercial de la U. Adolfo Ibañez y Magíster en Finanzas de la misma institución, está en estos momentos detrás de otro proyecto: The Klooff, una aplicación para iPhone dedicada a los amantes de las mascotas.
Para este proyecto trabajó junto a cuatro amigos durante los seis meses de duración del programa de Start-up Chile, al que ingresaron en noviembre de 2011. Un poco antes de graduarse decidieron lanzar la aplicación en EE.UU., donde también aprovecharían de buscar financiamiento, y no en Chile como se supone lo haría el resto de sus pares de la incubadora. La fecha de llegada estaba pactada para el 4 de mayo, y se quedarían hasta el 1 de julio. Serían cerca de dos meses que los cuatro chilenos estarían en la “ciudad que nunca duerme”.
Russo explica que el fijar una fecha de ida obligó a que los esfuerzos por terminar la aplicación se acrecentaran. “Trabajamos contra el reloj para tener la aplicación terminada. La gente no nos cree porque terminamos muy rápido. Nos demoramos entre cuatro y cinco meses”.
Russo, continúa, diciendo que el modelo de negocio se aplicará en dos meses más. “The Klooff se construyó con los US$40.000 de Start-up Chile. Por el momento, estamos levantando una ronda de US$500.000. Hemos tenido bastante interés de parte de inversionistas y estamos abiertos a negociar dependiendo de los términos”, dice Russo.
¿Cómo llegaste a la incubadora y cómo fue la experiencia?
Todo comenzó mientras estudiaba el Mágister en Finanzas en la UAI. Una amiga me dijo que se abrirían las postulaciones para Start-up Chile, que el programa partía en octubre o noviembre de 2011. finalmente postulamos y quedamos seleccionados.
La mayoría de los que están en la incubadora son emprendedores internacionales, pero también hay nacionales. Y cuando comenzamos aún estábamos en la universidad, en mi caso en el Magíster. Al principio fue complicado, porque teníamos más de 12 empleados full time mientras estaba preparándome para mi examen de grado. Fue complicado, pero sacamos adelante el proyecto. Start-up Chile fue una experiencia increíble.
¿Cuáles han sido los mayores beneficios de la estancia en la incubadora en Chile?
Conocer emprendedores de todo el mundo, y con un muy buen nivel y energía. Es increíble interactuar con ellos. Eso por un lado. Igualmente fundamental ha sido el capital semilla y el espacio de oficina que se nos brindó, y que ayuda bastante para que partas trabajando la idea. Es buenísimo, porque te atreves a hacer cosas que quizá con recursos de otros inversionistas no te atreverías. Esto permite que puedas hacer los giros y cambios en el proyecto.
¿Cómo se ha administrado el dinero para pagar tanto a quienes trabajan con ustedes como lel viajes a EE.UU.?
En el equipo somos tres socios y dos desarrolladors. Para pagarles usamos parte del dinero de Start-up Chile. Entre los tres pusimos dinero de nuestro bolsillo para financiarnos el viaje. Pero ahora somos un equipo de cinco personas muy cohesionado. Vivimos y trabajamos en el mismo departamento que arrendamos en Nueva York.
¿Por qué hacer una aplicación dedicada a los animales?
Me encantan los animales. Cuando pequeño le tenía fobia a los perros, así que me regalaron uno para acabar con mis temores, lo que finalmente me ayudó bastante. Me di cuenta que uno puede generar relaciones muy especiales con las mascotas.
Esto es una tendencia en los países desarrollados, donde las mascotas dejan de ser animales que están en la casa para convertirse en verdaderos miembros de la familia. En Estados Unidos más del 90% de los dueños de las mascotas los consideran como un miembro más. Entonces pensamos que deberíamos crear un espacio para que la gente compartiera su cariño por las mascotas.
Kloof está diseñado para que los pet lovers creen un perfil y compartan fotos de sus mascotas. Se ingresa a la aplicación, ya sea por Facebook o e-mail. Está especialmente diseñado para el celular. Esto, porque la mayoría de la gente que le toma fotos a sus mascotas los hace usando el celular. Es más fácil subirlas e interactuar. Existe un ránking, a su vez, donde se pueden ganar puntos e insignias, según lo popular que sea la mascota. Lo subimos hace unas semanas y tenemos más de 800 miembros inscritos. En Estados Unidos empezaremos con apariciones de prensa, buscando tener usuarios en todo el mundo.
¿Cómo se fueron relacionando con posibles inversionistas en EE.UU.?
Llegamos a Nueva York sin conocer a nadie. La única herramienta que teníamos era saber hablar inglés y tener la aplicación. Ingresamos a los eventos y conocíamos gente, nos comenzaban a tener simpatía y nos citaban a reuniones. Esas reuniones se traducían en nuvas reuniones. Y fuimos haciendo eso hasta que finalmente trabajamos 18 horas al día yendo a eventos. Partimos sin conocer a nadie, y luego comenzamos a tener un ritmo de trabajo muy dinámico. Nos juntamos con inversionistas, emprendedores que trabajan en Nueva York, con todo tipo de personas. No dijimos que no a nada ni a nadie. Terminamos muy cansados. Todo era decir que sí. En solamente un mes hemos hecho muchos contactos, los que probablemente nos habríamos demorado más de un año en hacer estando en Chile. La experiencia ha sido impresionante.
¿En los eventos que han estado qué es lo que más les llama la atención a los inversionistas sobre ustedes?
Hay tres cosas que les impresionan. Lo primero que les llama la atención es que sea una aplicación dirigida a las mascotas, porque es muy innovadora, no existen muchas dedicadas a este nicho. Lo segundo, es que seamos chilenos y que hayamos participado de Start-up Chile. Quienes conocen el programa lo encuentran increíble y quienes no, se impresionan mucho, lo encuentran genial. Lo tercero, es que tengamos 23 años.
Así estamos comenzando a entrar a los círculos de allá. La experiencia ha sido, además, increíble, porque la gente en Nueva York es muy abierta, uno se puede acercar a cualquiera en un evento sin importar qué tan importante sea. Todos siempre estarán interesados en escuchar las historias. Existe una gran apertura a conocer gente nueva y hacer negocios.
¿Cuál es el principal objetivo estando allá?
Esperamos generar mucha cobertura de prensa. Una vez que salgamos en todos lados buscaremos inversionistas para que financien nuestro crecimiento. Actualmente estamos buscando nuestra primera ronda de inversión. En Chile nos han contactado cuatro inversionistas, interesados en financiar en esta etapa. Nuestro objetivo es lograr una inversión que nos permita postular a una visa de emprendedor.
Mi idea es generar un modelo de negocio sustentable apartir de esta aplicación. Lo vamos a implementar en una nueva próxima actualización. Y si llega una empresa grande y ofrece un alto precio, lo analizaremos. Pero la idea es generar un negocio rentable y rápido. El mercado es tan grande, que ahora lo estamos lanzando en EE.UU., pero también queremos se conozca en Japón, China, Brasil, entre otros. Tenemos todo el mundo para lanzarlo. Queda tanto por hacer, que estamos enfocados en que The Klooff sea lo más grande posible. Es un proyecto que nació en Chile, pero pretendemos que sea global.
¿Cuáles han sido las mayores complicaciones en esta primera etapa del emprendimiento?
No conocer a nadie. Estando en Chile es más fácil que te refieran. Pero nosotros no hemos tenido eso. Nadie nos ha contactado con nadie. Ha sido llegar a esta ciudad en Estados Unidos y empezar a hablar con la gente. Esto ha representado un gran desafío.
Comenzaste como emprendedor muy joven, ¿el objetivo es continuar así sin haber tenido mayor experiencia en una empresa?
Hice prácticas en dos bancos de inversión, Celfin Capital y Merril Lynch. Me encantan las finanzas, desde hace años que invierto, pero soy joven y quiero emprender. No se puede esperar a tener cinco años de experiencia en una empresa. La idea es generar el mayor impacto. La mayoría de mis compañeros está trabajando en una empresa, pero también varios de mis amigos que antes habrían estado en una compañía, se están atreviendo a emprender. No es común que lo hagan, es más normal que lleven cinco o diez años trabajando, junten un poco de capital y entonces emprendan.
¿Crees que es necesario haber recibido alguna especie de formación para emprender?¿cómo ha sido tu experiencia?
No, no me ha servido de nada. El Magíster me ha ayudado en temas financieros y conocer un ritmo muy duro de trabajo. Ingeniería Comercial me enseñó a tener la energía para emprender y relaicionarme con las personas. Pero lo que considero más me ha ayudado ha sido haber fundado Soy Gourmet. Me dio mucha experiencia sobre crear un producto y contactarme con empresas. Finalmente creo que la universidad ayuda, pero no es un requisito para aprender. De hecho, no creo que sea necesario tener ningún tipo de educación para emprender.
¿Cómo consideras que se apoya a los emprendedores en Chile y en el resto de América Latina?
Chile está tomando muchas medidas para impulsar el emprendimiento, como el caso de Start-up Chile. Pero aún falta mucho, porque el ecosistema es muy anticuado. Debería estar alineado. Si se necesita recibir financimiento todos lo tramitan, porque es muy burcocrátrico. El problema es que en un emprendimiento las oportunidades se dan día a día. Las oportunidades van y vienen. Al estar en Nueva York nos damos cuenta que todo pasa muy rápido, no así en Chile donde todo es lento. Complica acoplar los recursos en Chile con las actividades de EE.UU.
En Chile uno se consigue una entrevista con una persona que ni siquiera es muy importante y lo primero que pide es que le envíes un correo electrónico para luego coordinar. En Estados Unidos uno puede hablar con un inversionista importantísimo y él agenda una entrevista sin mayores complicaciones. Cuando se les contacta por correo y ellos no están interesados, responden simplemente la verdad. No alargan el tiempo. En los casos en que existe interés, se fija el día y la hora.
En cambio en Chile se tiene que pasar por secretarias, agendar reuniones que muchas veces nunca se llevan a cabo, y luego agendar más entrevistas. Es decir, pasa mucho tiempo. Y eso le falta a Chile trabajar. En Nueva York 15 minutos es un atraso, porque son los minutos que dura una reunión. En Chile, generalmente, eso no se considera un atraso.
En Estados Unidos la gente está acostumbrada a bajar las barreras y conocer emprendedores. No existen tantos obstáculos, porque saben que no todos parten siendo grandes empresarios. En general, los emprendedores que se encuentran en el país están muy contentos con lo que se está haciendo, pero a los estadounidendes e isralies, por ejemplo, les complica bastante las burocracias que existen acá. Ellos son muy pragmáticos, no entienden que para conseguire dineros de la Corfo haya que firmar tanto papel. Un mes es un mundo entero.
Este emprendimiento junto con el anterior han sido desarrollados para iPhone. ¿Es el sector de las tecnologías dónde mejor te sabes desenvolver o ves más futuro?
La tecnología será cada vez más importante, incluso para proyectos no tecnológicos, como para proyectos de agricultura y minería. Es por el lado de las tecnologías que surgen las grandes innovaciones. Se tiene que trabajar mucho. En Chile, por ejemplo, se demoran seis años en formarse los ingenieros y ni siquiera están capacitados a programar en iPhone. En Chile es casi imposible encontrar buenos programadores de iPhone que estén disponibles y buscando trabajo. Es gracioso, porque hay 300 emprendedores que no tienen a quien contratar. Yo tuve mucha suerte porque formamos un equipo con 12 desarrollores y éramos la envidia de Start-up Chile. Todos me preguntaban cómo lo hice. En parte fue suerte, pero también a través de contactos. Quienes estén buscando trabajo deben comenzar a programar. Hay oportunidades y varios aspectos que trabajar. También buenos diseñadores que manejen las herramientas web. Y para eso también es necesaria la coordinación con universidades.
Si Chile quiere seguir a un país en particular en cuanto a la innovación y al emprendimiento, Israel debería ser el ejemplo. Es un país de poco más de 7 millones de habitantes, pero ya tiene más de 30 empresas en la bolsa de Nueva York. Han hecho políticas a nivel gubernamental y privado que son admirables. Ellos no tienen tiempo para perder.
¿Cómo recibe la gente el que estés emprendiendo de tan joven?
Algunos dicen que estoy loco, otros lo encuentan buenísimo. En general mis padres están muy felices. Sobre todo estoy contento porque los otros cuatro amigos que son parte de este quipo se hayan sumado. Ha funcionado increíblemente. Fueron cuatro meses en Chile donde mis pares vieron que esto era un proyecto en grande y que cuando llegáramos a Nueva York no iríamos de turistas, sino que a trabajar. A cualquier emprendedor le gustaría ser parte de algo más grande.