Mañana, el Parlamento alemán decidirá cómo se regulará la muerte digna en el futuro. El objetivo es lograr mayor claridad para médicos, pacientes y sus familias.
Deutschewelle. Wolfgang Dick. Con el aumento de la esperanza de vida, cada vez hay más personas que, con la edad, tienen que luchar contra graves enfermedades y dolor. A menudo, sólo desean poner fin a su insoportable sufrimiento. es por ello que, desde principios de este año, asociaciones profesionales a favor de la eutanasia y el suicidio asistido presionan a los legisladores para que reaccionen ante esta situación y se promulgue algún tipo de legislación sobre el tema.
Es así, como -tras casi un año de discusiones en el Parlamento alemán (Bundestag)- los diputados decidirán mañana qué ley adoptarán con el fin de establecer un marco jurídico para garantizar una muerta digna y evitar desenlaces indeseables.
El presidente del Bundestag, Norbert Lammert, se ha referido al debate sobre este proyecto legislativo como el más exigente de la legislatura. Miembros de diferentes partidos se han unido para encontrar soluciones y, de esas reuniones, han surgido cuatro proyectos de ley, que detallamos a continuación.
1er borrador
Idea central: Prohibición del suicidio asistido prestado de manera comercial.
Penas: 3 años de prisión o multas.
Derechos de los pacientes y sus familias: En casos individuales, el suicidio asistido debe quedar impune. Las amenazas penales deben desaparecer explícitamente del Código Penal.
Derechos de los médicos: Asistir de forma continuada el suicidio está prohibido y penado por la ley. Aquí los juristas ven potenciales problemas para los profesionales que imparten cuidados paliativos en hospicios (asociaciones que facilitan el suicidio asistido organizado) y para los médicos de unidades de cuidados intensivos. Sus obligaciones profesionales dependerán de su cargo. El servicio científico del Bundestag, por su parte, se pregunta qué acciones podrían ser consideradas como muerte asistida y cuáles podrían ser consideradas como delito penal si son reiteradas.
Objetivo: Evitar la regularización y prestación de este tipo de servicios y la normalización de la eutanasia en la sociedad.
Consecuencias esperadas: Si se dejan de ofrecer servicios de eutanasia asistida (comercial), el número de suicidios descenderá y se reducirá la presión a tener que hacer algo con el objetivo de “no ser una carga para los demás”.
Apoyos en el Parlamento: 216 diputados secundan la propuesta de Michael Brand (CDU) y Kerstin Griese (SPD). Entre ellos, la canciller alemana Angela Merkel, el vicecanciller Sigmar Gabriel (SPD), el ministro de Asuntos Exteriores Frank Walter Steinmeier (SPD) o el ministro de Sanidad, Herman Gröhe. Los líderes de la CDU, el SPD y los Verdes en el Parlamento firmaron el proyecto de forma conjunta.
2º borrador
Idea central: Los médicos deben poder ayudar a morir a los enfermos terminales.
Penas: No se prevé aumentarlas.
Derechos de los pacientes y sus familias: La autonomía de los pacientes es prioritaria. Sus decisiones individuales deben ser secundadas. Requisitos necesarios: consentimiento del paciente, ser mayor de edad y que en casos particularmente graves, la decisión de asistir al suicidio debe ser consultada y respaldada por varios médicos (principio de los cuatro ojos).
Derechos de los médicos: El derecho profesional debe ser unificado con arreglo a las facultades jurídicas.
Objetivo: Reforzar la transparencia jurídica para los médicos.
Consecuencias esperadas: La legalización de la medicina asistida eliminaría automáticamente la necesidad de contar con asociaciones que facilitan el suicidio asistido.
Apoyos en el Parlamento: 109 diputados apoyan el proyecto de ley. Entre ellos, el vicepresidente del Bundestag Peter Hintze (CDU) y la ministra de Defensa Ursula von der Leyen.
3er borrador
Idea central: Prohibición de la eutanasia con ánimo de lucro. Los médicos y asociaciones “altruistas” deben asistir al suicidio y los costos que suponga la asistencia deberían poder ser reembolsados.
Penas: Para los que prestan eutanasia de forma comercial, hasta tres años de prisión.
Derechos de los pacientes y sus familias: Se les debe permitir aceptar ofertas de suicidio asistido sin consecuencias penales. Sin embargo, de acuerdo sólo a reglas previamente definidas: asesoría para prevenir el suicidio así como dejar pasar un período de 14 días entre la propuesta y la decisión definitiva.
Derechos de los médicos: Mayor seguridad jurídica. En su caso, les facilitará el conflicto de conciencia (¿Ayudar sólo a vivir?).
Objetivo: Evitar la criminalización de este tipo de ofertas, que ayudan a morir a personas gravemente enfermas.
Consecuencias esperadas: Una legislación más liberal debería evitar que los enfermos terminales acaben con sus vidas de forma cruel o busquen la ayuda de sus familiares.
Apoyos en el Parlamento: 54 diputados respaldan la propuesta.
4to borrador
Idea central: Prohibición de cualquier tipo de suicidio asistido.
Penas: Hasta cinco años de prisión.
Derechos de los pacientes y sus familias: Se prohíbe tanto la incitación como el suicidio asistido. Incluso el intento de ayudar al suicidio debe ser punible.
Derechos de los médicos: Para ellos la directiva es clara: Se ayuda a vivir, no a morir. Sólo la eutanasia pasiva, como la renuncia a aquellas medidas que ayudan a prolongar la vida, quedaría impune.
Objetivo: Apoyar el proceso natural de la muerte.
Consecuencias esperadas: Mejorará la oferta de cuidados paliativos para aliviar el dolor así como un fortalecimiento del apoyo emocional a los enfermos terminales.
Apoyos en el Parlamento: 35 diputados.