Por Isabel Mestres, Directora de Asuntos Públicos de City Cancer Challenge (C/Can).
El cáncer es una enfermedad compleja, al igual que lo son las dificultades a las que se enfrentan los pacientes, los profesionales de salud y los sistemas de salud para enfrentarla. La Organización Mundial de la Salud reconoce un grupo común de factores de riesgo para todas las enfermedades crónicas no trasmisibles, en los que están incluidos el envejecimiento de la población y los factores relacionados con el estilo de vida, como el consumo abusivo de alcohol, del tabaco, la obesidad y el sedentarismo. Estos, junto a otros factores de riesgo específicos para el cáncer, como las infecciones por los virus de la hepatitis y del papiloma humano, están contribuyendo al incremento de la incidencia de la enfermedad en el mundo y en especial en los países de bajos y medianos recursos.
¿Sabían que el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo? Sólo en 2018 provocó alrededor de 9,6 millones de muertes a nivel global. Igual de alarmante es el hecho de que cerca del 70% de estas muertes ocurren en países de ingresos medios y bajos, donde la supervivencia de los pacientes es considerablemente más baja y la mortalidad proporcionalmente más alta. Esta es la problemática y el gran reto que enfrenta América Latina, donde más de 670.000 personas murieron de cáncer el año pasado.
Hoy por hoy, podemos decir que las probabilidades de sobrevivir un cáncer dependen en gran medida de tu estado socioeconómico y del país en el que vives. Por otra parte, sin datos de calidad y sin una estrategia y un plan nacional de control del cáncer, que coordine el desarrollo y la integración de los distintos servicios necesarios, no es posible controlar el cáncer.
Esta problemática no se resuelve únicamente con voluntad política, ni a través exclusivamente de la investigación científica y de la introducción de nuevas tecnologías. Si algo he aprendido durante mis años trabajando en salud pública, es que el problema del cáncer no lo puede solucionar el trabajo de un solo sector. El problema es demasiado complejo para que esa responsabilidad recaiga solo sobre el gobierno, el sector privado, o la sociedad civil. La colaboración multisectorial no es solo una opción más para enfrentar el problema, sino que debe ser el camino para seguir. De hecho, las alianzas público-privadas representan una oportunidad para avanzar hacia una mejor atención de cáncer para el paciente de manera acelerada y efectiva, mejorando el acceso a la atención oncológica para los pacientes de la región.
Y, es precisamente esa oportunidad en la que hemos venido trabajando y explorando desde el 2017 cuando comenzamos la iniciativa City Cancer Challenge (C/Can). La iniciativa trabaja con ciudades alrededor del mundo para responder a la creciente magnitud del problema del cáncer. El modelo de C/Can les ofrece a las ciudades las herramientas necesarias para impulsar soluciones innovadoras y sostenibles que generen cambios significativos a nivel de ciudad, regional y nacional, respaldadas por un compromiso multisectorial que les permita avanzar en el diseño, la planeación y la implementación de soluciones sostenibles.
En América Latina, por ejemplo, C/Can ya está en marcha en Cali, Colombia; Asunción, Paraguay; y Porto Alegre, Brasil. Y, se acaba de unir a la iniciativa León en México. En los últimos dos años, se ha logrado avanzar en los pasos clave del modelo, incluyendo el análisis de la situación local, la capacidad disponible en cada ciudad, y la identificación y ejecución de acciones priorizadas por los líderes técnicos locales, para enfrentar los principales retos que afectan a los servicios de la ciudad, ya sean públicos o privados.
Las experiencias en estas y otras ciudades ayudan a su vez a documentar y refinar el modelo para que las soluciones se puedan replicar en otras ciudades.
Podríamos destacar, la implementación de procedimientos estándares de operación y controles de calidad en los laboratorios de patología, así como la uniformidad en el reporte de los diferentes servicios de diagnóstico, como patología y radiología en Asunción. También resulta interesante compartir con ustedes la elaboración de la estrategia para el desarrollo de sistemas locales de radioterapia, con objetivos a corto, medio y largo plazo, y un programa de garantía de la calidad en radioterapia; algo que se está realizando actualmente en la ciudad de Cali.
Está claro que el hecho de que instituciones gubernamentales y privadas no solo colaboren, sino que trabajen conjuntamente y de manera unificada en la planificación de los requerimientos de infraestructura, adquisición y mejoramiento tecnológico, y los recursos humanos, incluyendo los requisitos mínimos de calidad, garantiza la colaboración en red, la optimización de la capacidad instalada y de futuras inversiones.
Igualmente, el establecimiento en todas las unidades de salud de la ciudad, ya sean públicas o privadas, de equipos multidisciplinarios, de guías de manejo de los pacientes oncológicos y protocolos de tratamiento diseñados por los especialistas locales, basados en la evidencia científica y la experiencia internacional y nacional, garantizan el aumento de la calidad de la atención oncológica.
Las ciudades son el motor para que este cambio se haga realidad. Al reforzar la capacidad del sistema de salud para atender las necesidades locales, a través de esta alianza público-privada, estamos poniendo a las ciudades en el centro de la lucha contra el cáncer, para crear soluciones escalables basadas en datos y sentar las bases para que se produzca un giro de 180 grados en la atención oncológica en el mundo.