Según cifras del BID para el 2022 se van a necesitar más de 1,2 millones de desarrolladores en América Latina.
La demanda de los profesionales del sector tecnológico ha tenido un rápido crecimiento, tras un necesario proceso de digitalización en todo el mundo. La instalación de la pandemia del Coronavirus, actuó como catalizador, acelerando esta transformación que, sin duda seguirá en aumento, lo que desafía al mercado en materia de innovación, pero también permite la creación de nuevos puestos de trabajo y oportunidades.
Esta tecnologización de los trabajos, para muchos ha implicado un miedo a la obsolescencia humana en el trabajo. Sin embargo, desde Fundación País Digital (FPD), la premisa es clara: el empleo no se destruye, sino que se transforma. Desde la Fundación aseguran que, en el futuro cercano, existirán empleos de mayor especialización TI -como aquellos del ámbito de la programación-, con mejores sueldos y de mayor agregación de valor a la economía, los cuales tendrán una gran demanda laboral.
Según Ricardo León, director de Estudios Digitales de FPD, “el mayor desafío que enfrentamos como país en esta materia es que no contamos con una oferta suficiente aún. Roles de trabajo ligados con conocimientos específicos en ciertos lenguajes de programación, metodologías ágiles o conocimientos sobre tecnologías en la nube y de vanguardia, son algunos ejemplos de lo que las empresas y startups requieren, pero es difícil de encontrar”
En este sentido, una de las principales conclusiones del estudio Future Workforce, elaborado por Accenture en conjunto con FPD el año pasado, muestran que la tecnología permitirá automatizar un 38% de los puestos de trabajo, mientras que un 51% podría ser potenciado, y aquí surge la necesidad de aprender y manejar las distintas herramientas tecnológicas y soluciones TI.
Si bien hay que modificar las herramientas, metodologías y formas de trabajo, el principal cambio debe enfocarse en transformar a las personas. Tal como lo explica Matías Hoyl, Country Director de Laboratoria, “debemos enfocarnos en generar el cambio en las personas que son parte de las organizaciones. Formar personas que sepan cómo trabajar en contexto de incertidumbre y cambio constante, que sepan resolver problemas y que tengan pensamiento crítico para enfrentar los desafíos del mundo de hoy”.
La clave del éxito no solo está en la tecnología, sino que también en contar con talento que pueda aprender de forma continua y adaptarse al cambio. Las habilidades blandas, denominadas también “habilidades del siglo XXI” o habilidades profesionales, son piedra angular en el proceso de transformación digital de cualquier organización, porque son, precisamente esas habilidades las que te permiten aprender lo técnico y tomar mejores decisiones en tiempos complejos. Seguirán siendo lo más valorado en el mercado de talento, porque son las que permiten experimentar, pivotar, entender mejor el contexto y adaptarse a él.
Según el último Informe sobre el Futuro del Empleo del Foro Económico Mundial, lanzado en octubre de 2020, se estima que en el mundo se generarán 150 millones de nuevos empleos tecnológicos durante los próximos cinco años. Respecto a áreas de mayor migración, ponen énfasis en trabajos relacionados a Desarrollo de Productos y Datos e Inteligencia Artificial que estarán en constante evolución dentro del mercado laboral. Además, es un mercado de permanente cambio, por lo que si los colaboradores son capaces de desarrollar la habilidad de aprender de manera permanente, con una actitud laboral flexible y que se adapta a estos cambios, estás áreas representarán una gran oportunidad.
En Chile, según datos entregados por Laborum existen más de 8 mil ofertas laborales que buscan reclutar programadores. El cargo que más requerimientos cuenta es el de analista programador, seguido de expertos en Java y desarrolladores de software. Las empresas que los requieren son de diversos ámbitos, sin embargo, el campo principal lo ocupan las empresas de tecnología.
Existe una oferta variada y para todos los posibles interesados en este tipo de trabajos, donde es posible prepararse en un bootcamp en algunos meses, o estudiar una carrera técnica o profesional, como analista programador, técnico en computación e informática o ingeniero en informática en un Instituto Profesional, Centro de Formación Técnica o Universidad. Cabe mencionar la creciente oferta de educación en línea de distintas universidades internacionales, plataformas en línea, conocidas como MOOCs donde los estudiantes pueden aprender nuevos conocimientos, de manera gratuita o por una baja cuota de dinero, permitiendo ampliar y expandir el portafolio de oportunidades y aptitudes que poseen los estudiantes y futuros profesionales.