Sin embargo, las altas dosis de la sustancia necesarias para lograrlo hacen imposible la aplicación de este proceso como tratamiento contra la obesidad.
Tradicionalmente, los estudios sobre la cafeína han relacionado el consumo de esta sustancia presente en el café y en el té con la pérdida de peso a largo plazo. Sin embargo, sus efectos reguladores del metabolismo y su mecanismo son todavía un misterio.
Esta semana, la revista Nature Communications destaca la investigación de un equipo de científicos de la Universidad Huazhong de Ciencia y Tecnología, en China, que aporta algunas claves sobre cómo actúa este estimulante en el organismo de ratones.
Según indica el estudio, existen anomalías de los receptores de adenosina en el hipotálamo de ratones obesos. La adenosina es una sustancia que participa en la formación de procesos psicológicos y patológicos diversos y que, según los expertos, tiene un papel importante en el equilibrio energético del cuerpo.
Los ratones con dicha variación ganan más peso y consumen más comida de la que deben. No obstante, la cafeína tiene el potencial de reducir el efecto de la adenosina y, con ello, ayudar a los roedores a perder peso, tal y como han podido demostrar los investigadores chinos en el laboratorio.
Más de 20 tazas de café
El grupo liderado por Guo Zhang, principal autor del trabajo, expuso a los roedores a dosis de cafeína de hasta 60mg/kg –entre 24 a 36 tazas de café para un humano–, con el objetivo de atenuar la actuación de la adenosina. Así, observaron una reducción en el apetito de los ratones y un incremento del gasto energético que favorecen la pérdida de peso progresiva.
Sin embargo, los expertos son conscientes de que las altas cantidades de cafeína necesarias para que este proceso tenga lugar en ratones reducen considerablemente el potencial de esta vía como posible tratamiento contra la obesidad. El consumo de cafeína seguro para los humanos se reduce a tan solo 400 mg por día.