Cumbre entre ministros de China y EE.UU. no fue suficiente para terminar desavenencias comerciales de ambas naciones. El mundo sigue expectante.
En sus laboratorios de alta tecnología en el centro manufacturero chino de Shenzhen, Beike Biotechnology está desarrollando robots médicos que podrían ayudar a tratar el cáncer.
Tiene grandes planes para exportarlos a mercados como Estados Unidos.
No obstante, estos proyectos están ahora bajo amenaza: los robots, que ayudan a desarrollar cultivos celulares usados en terapias de células madre, están dentro de una extensa lista de productos amenazados con fuertes aranceles en Estados Unidos en medio de una creciente pugna comercial entre Washington y Pekín.
La compañía ya está incorporando los aranceles estadounidenses en sus planes para el próximo año y ha encargado a sus equipos de ventas que busquen nuevos mercados para compensar el esperado déficit del país norteamericano.
Beike, un líder a nivel local en tecnología de células madre con apoyo del gobierno y lazos de larga data con el exterior, ilustra lo que está en juego para "China Inc" después de que Washington y Pekín comenzaron negociaciones comerciales el jueves que terminaron el viernes.
Encabezadas por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, y el viceprimer ministro chino, Liu He, las reuniones tenían como objetivo aliviar las tensiones entre las dos mayores economías del mundo y evitar una guerra comercial total que podría sacudir a las empresas de ambas naciones.
Los funcionarios llegaron a un consenso sobre algunos aspectos de la disputa comercial, pero el desacuerdo existente en otros asuntos sigue siendo "relativamente grande", reportó la agencia de noticias china Xinhua.
Las conversaciones se realizaron en medio de indicios de que las fricciones comerciales están creciendo. Los principales puertos de entrada de China han aumentado los controles a las importaciones de fruta fresca de Estados Unidos, dijeron cinco fuentes chinas de la industria.
Mientras tanto, los fabricantes contemplan con nerviosismo el desarrollo de los acontecimientos.
"Ciertamente, las sanciones comerciales entre China y Estados Unidos tienen un gran impacto en nosotros", afirmó Hu Xiang, fundador y presidente de Beike, en la sede de la firma en Shenzhen.
"Estamos desarrollando un robot para el cultivo celular completamente automatizado, que está dentro del alcance de los aranceles", señaló, agregando que la compañía recibió intenciones de pedidos de compra significativos de compradores estadounidenses, que podrían verse muy afectados.
Las máquinas tienen varias partes robóticas que mueven los cultivos de células y los mantienen en un ambiente controlado mientras crecen.
Estados Unidos amenaza con aplicar aranceles del 25% en más de 1.300 productos chinos, incluidos dispositivos médicos, robots y máquinas de coser, valorados en alrededor de 50.000 millones de dólares. La imposición de estos gravámenes se produce tras las tarifas aplicadas al aluminio y el acero.
Los aranceles estadounidenses podrían entrar en vigor en junio, tras la conclusión de un período de consulta de 60 días. China ha amenazado con una represalia en igual medida, incluidos aranceles a las principales exportaciones estadounidenses, como soja y aviones.
Planes de expansion. Beike no está solo. Entrevistas realizadas en toda China a negocios líderes en dispositivos médicos, indumentaria, manufacturas, productos de acero, impresión y otros subrayaron la amplitud con la que vive el comercio la amenaza de guerra.
Algunos ya están viendo impactos tangibles y están cambiando sus ventas a otras partes o descartando planes de expansión de fábricas ante el descenso de pedidos desde Estados Unidos.
Otros están lidiando con la perspectiva incierta que trae la amenaza de guerra comercial.
Los medios estatales chinos dijeron el viernes que no será fácil llegar a un acuerdo para evitar una guerra comercial y que "un fracaso anunciaría una pulso arancelario que afectaría al comercio mundial".
Otras compañías que podrían verse afectadas son Hebei Huayang Steel Pipe Co Ltd, un fabricante en la ciudad de Cangzhou, en la provincia oriental de Hebei, que ha visto un desplome de los pedidos desde Estados Unidos en los últimos meses, mientras aumentan las tensiones comerciales.
La firma fabrica tubos metálicos usados para transportar productos como petróleo, gas o agua, algo que, según dijo, tarda unos tres meses en ser producido y enviado a los clientes.
Los compradores estadounidenses estaban preocupados por un pago de aranceles adicionales si la política entra en vigor, dijo Steven Yue, un gerente de ventas en la firma con sede en Hebei, en las instalaciones de la compañía.
"Planeábamos expandirnos en Estados Unidos este año", afirmó, añadiendo que la compañía intentará ajustar ahora sus planes para el mercado estadounidense con la expectativa de que entre en vigor una nueva política de aranceles.
Yue dijo que los compradores estadounidenses tendrán que adquirir igualmente los productos en algún lugar, y es probable que haya más escalas en los envíos, ya que los productos buscarán evitar los aranceles al ser vendidos a intermediarios en terceros países antes de ser enviados a Estados Unidos.
En la ciudad sureña de Dongguan otra firma, Wagon International Co Ltd, está teniendo un desempeño más débil en las ventas a Estados Unidos de sus accesorios de metal para marcas de lujo y de productos ligados al fútbol que elabora como socio autorizado de la FIFA, aunque no todo está relacionado con el comercio.
"Como no se clasificaron para el Mundial, las previsiones de ventas fueron alrededor de un 60-70 por ciento inferiores a lo que habíamos estimado", comentó Perry Chou, vicepresidente de Wagon, a Reuters, en referencia a Estados Unidos. Sin embargo, añadió que las fricciones comerciales afectarán a otras áreas de la empresa.
"Ir a la guerra". En la ciudad portuaria de Ningbo, Joan Lu está nerviosa por el aumento de las presiones sobre el precio de las impresoras de telas que vende su compañía -un 40% de las cuales va al mercado estadounidense-, mientras los clientes buscan descuentos para compensar tasas de importación más elevadas.
"Toda la industria está preocupada", dijo Lu. "Los pedidos futuros de los clientes estarán sin duda bajo presión de los precios, eso es seguro". Lu agregó que "no es solo un poco extra, es el 25%. Si estamos hablando de un acuerdo por 10.000 dólares, entonces hay que añadir US$2.500".
Lu dijo que su compañía no abandonará el mercado estadounidense, "pero estamos poniendo toda nuestra energía en desarrollar otros mercados".
Estados Unidos es el mayor socio comercial de China, con US$506.000 millones en importaciones el año pasado, según datos comerciales de Washington. Las recientes tensiones se deben en parte al gran superávit comercial de China con Estados Unidos.
En Yiwu, una ciudad en expansión conocida por exportar grandes volúmenes de artefactos, juguetes y decoraciones navideñas, los comerciantes se mostraban más circunspectos sobre el impacto, pero vigilaban de cerca los desarrollos.
"Hemos estado siguiendo las noticias en nuestros teléfonos", dijo Yang Dingju, un gerente de Zhejiang Bote Sewing Machine Co Ltd, mientras pelaba una naranja dentro de su tienda en un salón comercial.
No obstante, añadió que la mayoría de sus compradores está en mercados menos desarrollados como Oriente Medio y África, lo que atenuará cualquier impacto.
Chen Haiying, que trabajó para otra firma de Yiwu vendiendo tijeras de sastre y partes de máquinas de coser, no entiende por qué estos productos están en la lista estadounidense, pero dijo que la guerra comercial total tendría una onda expansiva más amplia.
"Si realmente vamos a la guerra con Estados Unidos, todos resultarán afectados", afirmó.