Unicef asegura que este problema sanitario necesita medidas urgentes para controlarlo y que 70% de los niños pasan más de dos horas frente a una pantalla al día.
A finales de 2019 la Federación Mundial de Obesidad publicó un documento con unas cifras muy inquietantes. Tras analizar la situación de 191 países, en esa investigación lanzaba una advertencia sobre una incontenible epidemia que no paraba de crecer y que estaba afectando a los más jóvenes: el sobrepeso y la obesidad.
El “Atlas de Obesidad Infantil”, como habían llamado a su estudio, indicaba que en 2030 habrá 250 millones de pacientes jóvenes con obesidad. En Colombia, señalaba, habrá más de un millón y medio de jóvenes con sobrepeso. Para ser precisos, 1.583.123, es decir, una población más grande como todos los habitantes de Bucaramanga. De ese grupo, 611.713 serán niños entre 5 y 9 años y 971.410 entre los 10 y 19 años.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia de la ONU, conocido como Unicef, recordó que ese problema necesita acciones urgentes, en medio del Día internacional contra la obesidad, que se conmemoró el 4 de marzo. Según esta organización, en América Latina y el Caribe, el 30% de los niños y niñas entre 5 y 19 años tienen sobrepeso.
En el caso de Colombia, de acuerdo con Unicef, tres de cada diez menores de 6 a 12 años tienen exceso de peso. La situación en los adolescentes es similar: dos de cada diez tienen esta condición.
A los ojos de esta organización, una de las dificultades que deben superarse para evitar que estos índices continúen creciendo tiene que ver con el sedentarismo. De hecho, señalan en un comunicado, siete de cada diez niñas y niños entre 6 y 12 años permanecen más de dos horas al día frente a una pantalla. En el caso de los adolescentes, ocho de cada diez hacen lo mismo.
“Crear hábitos saludables desde la primera infancia es una forma de prevenir posibles consecuencias de salud en la edad adulta. No se trata de señalar un responsable o individualizar la problemática sino de comprenderlo como una construcción conjunta en cada familia, comunidad y territorio. La transformación de entornos obesogénicos hacia entornos saludables implica que todos y todas participemos activamente como camino para que niños y niñas puedan tener y decidir mejores opciones para su nutrición”, aseguró Aida Oliver, representante de Unicef en Colombia.