La idea es que el nuevo organismo reuna al Grupo de Río y la Comunidad del Caribe (Caricom) y funcione en paralelo a la Organización de Estados Americanos (OEA), criticada en su rol de guardián de la democracia regional.
Playa del Carmen, México. América Latina buscará crear unnuevo organismo diplomático que no incluya a Estados Unidos durante unacumbre del Grupo de Río, mientras muchos aseguran que la OEA fracasó ensus intentos por integrar a una región dividida entre la izquierda y laderecha.
En la bautizada Cumbre de laUnidad de América Latina y el Caribe, en el balneario mexicano de Playadel Carmen, que comenzó este lunes, las naciones de la región intentaránestablecer un bloque que les permita tener una sola voz en forosmultilaterales, sin un rol dominante de Washington.
"Es hora de concretar la unidadde latinoamericanos y caribeños (...), un espacio que consolide yprofundice nuestros procesos democráticos y que valide las libertadesde todos", dijo el presidente mexicano, Felipe Calderón, al inaugurarla cumbre.
"Estoy convencido de quetrabajando unidos los países de América Latina y el Caribe podremosimpulsar un crecimiento económico que nos ayude a revertir la pobreza",agregó.
La idea es que el nuevoorganismo reuna al Grupo de Río y la Comunidad del Caribe (Caricom) yfuncione en paralelo a la Organización de Estados Americanos (OEA),criticada en su rol de guardián de la democracia regional, luego de susinfructuosos esfuerzos por revertir un golpe de Estado en Honduras.
La iniciativa tiene también elapoyo de presidentes izquierdistas de la región como el venezolano HugoChávez y el boliviano Evo Morales.
"Venimos con mucha fuerza aapoyar la idea de crear una organización de repúblicas, unaorganización del pueblo, distinta a la Organización de EstadosAmericanos que ha funcionado siembre bajo la hegemonía de EstadosUnidos", dijo Chávez la noche del domingo al llegar al balneariocaribeño.
El venezolano junto con el presidente cubano, Raúl Castro, han exhortado en varias ocasiones a que se disuelva la OEA.
Su aliado boliviano, elpresidente Evo Morales, dijo el fin de semana que el continente tieneque lograr lo que llamó "una nueva OEA sin Estados Unidos".
A los ojos de losespecialistas, la OEA no ha logrado por completo integrar a una regióndividida entre la izquierda y la derecha. Cuba aún se niega areintegrarse al organismo después de haber sido expulsado hace casimedio siglo por presiones de Estados Unidos.
Y, para peor, el año pasado laOEA a pesar de sus esfuerzos no logró revertir un golpe militar enHonduras que derrocó a Manuel Zelaya y llevó a un Gobierno de facto alpoder.
Malvinas, tema sobre la mesa. A la cumbre llegó la presidentaargentina, Cristina Fernández, buscando apoyo de Latinoamérica por laexploración de petróleo en las Islas Malvinas, cuya soberanía reclamaBuenos Aires.
Argentina, que mantiene unahistórica disputa con Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago,reaccionó al conocer las intenciones de la empresa Desire Petroleum decomenzar a realizar exploraciones de petróleo en las islas.
"Hay un conjunto de documentosque se han adoptado y toca a los presidentes anunciarlos (...) Hay undocumento de solidaridad con Argentina sobre el tema de las Malvinas",dijo el canciller venezolano, Nicolás Maduro.
El ausente del encuentro seráHonduras debido a que México, el país anfitrión, no invitó al nuevopresidente, Porfirio Lobo, con el argumento de que la OEA no lo hareconocido tras asumir en enero luego de un golpe de Estado contraZelaya.
La cumbre se produce en mediode la persistente crisis diplomática entre Colombia y Venezuela, lospaíses que más marcan la división entre derecha e izquierda.
Mientras el presidentecolombiano, Alvaro Uribe, es el principal aliado de Estados Unidos enAmérica Latina, Chávez es el más fuerte crítico de Washington en laregión.
La crisis diplomática entreColombia y Venezuela surgió por la decisión de Uribe de firmar unacuerdo de cooperación que permite a Estados Unidos utilizar sietebases militares de su país para combatir el narcotráfico y elterrorismo.
La tensión entre Colombia yVenezuela contrasta con el buen panorama entre Bogotá con el de Ecuadorque preside el líder de izquierda Rafael Correa.
Quito rompió relacionesdiplomáticas con Bogotá en marzo del 2008 después de que militarescolombianos bombardearon una zona selvática ecuatoriana, en un ataqueen el que murió el líder de las izquierdistas Fuerzas ArmadasRevolucionarias de Colombia (FARC) Raúl Reyes y 24 personas más.
Correa calificó el ataque comouna masacre que violó la soberanía de su país, pero en los últimosmeses los dos países restablecieron las relaciones a nivel deencargados de negocios y avanzan en un proceso de normalización.
"Ojalá entre ellos tenganposibilidad de avanzar en la superación de esos temas sensibles y si esasí nosotros con mucho gusto diríamos que en el futuro, ojalá no seamuy lejano, podamos tener embajadores en cada uno de los dos países",dijo el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, al referirse a unencuentro previsto para el lunes entre Uribe y Correa.