¿Por qué llegaron? ¿Cómo ven los países en los que residen? A continuación dos profesores de origen chino cuentan sus experiencia en Chile y Colombia.
De a un tiempo a esta parte las escuelas de negocios están implementando programas de postgrado donde el protagonista es Asia, específicamente China. País, que según el Banco Mundial, crecerá 10% en 2010, por sobre 9,1% del año anterior. Sin embargo, los buenos augurios no impiden que sus ciudadanos decidan viajar a otras latitudes, como América Latina.
Ya sea por trabajo o por asuntos familiares, varias son las razones que llevan a que asiáticos de varias profesiones lleguen a tierras latinas. Y el número que lo hace no es menor, tomando en cuenta que según la Comisión Especial de Asuntos Migratorios (CEAM) de la Organización de Estados Americanos (OEA), los asiáticos y africanos representan a la mayoría de inmigrantes que llega a América Latina.
En el caso de los africanos, la entidad explica que provienen de Eritrea, Etiopía, Nigeria o Somalia; mientras que los ciudadanos asiáticos vienen de países como China, Bangladesh y Nepal.
Y esto también toca al mundo académico, con casos como Yun-Tso Lee, director del Centro de Estudio de Relaciones Internacionales en UDD, y Huijing Zhang, vicerrectora del Instituto Confucio en Uniandes, quienes prestan servicios académicos que son muy útiles a la hora de planificar la relación de las escuelas con el gigante asiático. Tiempo al tiempo, que esto está empezando.
Si bien ambos llegaron en años distintos, Yun-Tso lo hizo en 1982 y Huijing en 2004, coinciden en que las diferencias entre su país de origen y América Latina, se ven a simple vista: por ejemplo, mientras en China son más apegados a las reglas, en la región el relajo, sobre todo de los estudiantes, marca en parte su comportamiento.
En el país más largo y flaco del mundo
Cuando Yun-Tsu Lee escuchó a sus padres decir que se irían a vivir a Chile, le pareció una coincidencia. Con sólo diez años había estudiado en los apuntes de geografía acerca de este país y le llamó mucho la atención. “Había leído que el país más largo y flaco del mundo era Chile. Dentro de mi inocencia decía: ¡Oh. Qué rico! Creía que con una mirada podía ver de lado a lado el país”, relata.
Sus padres eligieron Chile como destino para emigrar de China, en busca de un lugar menos conocido, que fuera una especie de aventura. Así estudió la educación media en el Instituto Nacional, luego realizó su enseñanza superior en la Universidad Católica de Valparaíso, e hizo postgrados en Holanda y España.
Tras esta experiencia en el extranjero decidió volver a Chile, porque se sentía a gusto. “Todos los chinos dicen que Chile es un paraíso, donde el clima es muy bueno y donde abundan las frutas. Hago mención de las frutas, porque en los países asiáticos, las frutas son carísimas, las manzanas se venden por unidad, y es considerado un regalo muy preciado, muy similar como regalar chocolate”, dice.
Si bien en principio le costó darse a entender, porque no hablaba español, con el tiempo logró dominar el idioma. Sin embargo, esto también tuvo sus contratiempos, como por ejemplo, no poder decir nada ante las burlas de algunos niños cuando recién ingresó a la escuela.
Actualmente, además de su labor como director, se encarga de hacer clases en la Facultad del Gobierno y Facultad de Economía y Negocios de la UDD, junto con estar a cargo del estudio de las relaciones internacionales.
Idiomas y viajes
Los viajes no eran tema que preocupara mayormente a Huijing Zhang y así lo demostró cuando en 2004 tuvo que dejar nuevamente por un tiempo a su esposo e hija (en 2000 había viajado a Francia un año para aprender ese idioma, por lo que alejarse de su familia era parte de su trabajo). Fue mientras trabajaba en la Universidad de Nankai, cuando el gobierno chino le encomendó el viajar a la colombiana Uniandes para enseñar chino. La tarea consistía en un programa de intercambio cultural entre ambos países.
En Colombia ya lleva siete años en total y se desempeña desde 2007 como vicerrectora en el Instituto Confucio de la casa de estudios -entidad encargada de difundir la cultura y otros temas de actualidad relacionados con China- que a su vez se fundó ese mismo año.
Aunque Huijing explica que antes de llegar a este país había escuchado que se vendía mucha droga y era peligroso, sumado a que no dominada el castellano, asegura que le gusta bastante y que siempre quiso conocer América Latina.
“Tengo buenas experiencias, me gusta mucho trabajar aquí. La gente es amable y tienen mucha paciencia, aunque a veces es un poco lenta”, dice.
Más ambición y diligencia
“Siempre digo a mis alumnos que el mundo global no es solamente América Latina, Norteamérica y los países de la Unión Europea. China concentra casi el 25% de la población mundial, es la segunda economía más grande del mundo y se está transformando rápidamente en la locomotora del desarrollo mundial”, explica Yun-Tso Lee.
Sea como sea, América Latina cada vez mira más a los países asiáticos, creando centros de estudios para conocer en mayor profundidad su economía y cultura, por lo que es de esperar más y más académicos de esa región del mundo.
Por lo mismo, que las escuelas de negocios están creando instituciones de este tipo junto con programas para especializarse en el ámbito asiático. Todo sea para que los ejecutivos estén al día en esta materia, puedan marcar la diferencia en un mundo más competitivo y obtengan nuevas herramientas para competir de forma global.
Pero ¿qué deben imitar los latinos de los asiáticos? Desde su experiencia en Chile, Lee dice que “¡son tan distintos! China es muy pragmática en sus acciones. Eso quedó demostrado en la reforma económica que realizó el entonces líder Deng Xiaoping, en el año 1978, cuando dijo 'da lo mismo que el gato sea blanco o negro, con tal que cacen ratones'. Esa frase marcó el inicio del éxito económico de China, en cambio, Chile es más dogmático. Tiene que ver con la cultura política”, relata Lee.
Para Huijing, los chinos son más estudiosos y puntuales. Lo que pasa, explica, es que “los alumnos latinos son muy relajados y en China son bastante estrictos. Todo tiene reglas y, en cambio, aquí no hay tantas. Todos tienen más libertades. En mi opinión, si los colombianos trabajaran más como los chinos, tendrían más riquezas. Les falta ambición y diligencia. Aquí ellos viven bastante tranquilos y eso es muy bueno para la salud, pero no es tan bueno para el desarrollo del país”, concluye.
Hay que estar con China, advierte Yun-Tso. Para él no sólo se necesita “ver más restaurantes, inversiones, productos o personas chinas". También le llama la atención que pese a que Chile tiene un TLC firmado con China, eso no ha atraído a los inversionistas de ese país: "es curioso, los chilenos invierten más en China que chinos en Chile". Según Lee, la razón es muy sencilla: "Hay que facilitar el visado de los chinos que quieren venir a visitar a Chile”.
Experiencias de vida y la visión de dos pioneros académicos chinos en la región, que interesa más y más, en la medida en que China crece y crece.