Perú es la única economía latinoamericana que registró un avance importante a lo largo de los tests PISA; de la aplicación del 2015 a la del 2018 logró incrementar en 13 puntos el desempeño de sus alumnos en el área de matemáticas. México apenas pudo aumentar el índice en 3 puntos.
Las economías más grandes de América Latina, que participan en la prueba PISA, muestran no sólo un desempeño académico bajo de la región en comparación con el resto de los países evaluados, también reflejan un lentísimo avance de la región en términos de incrementar la calidad educativa.
México, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil son las naciones latinoamericanas que han participado en la prueba educativa PISA (Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos por sus siglas en inglés) a cargo de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Las primeras tres ediciones de la prueba (2000, 2003 y 2006) se enfocaron en un área de estudio cada una, la primera en compresión lectora, la segunda en matemáticas y la tercera en ciencias; a partir de la aplicación del 2009 la prueba se realiza evaluando las tres áreas de estudio de los alumnos.
Con un umbral de 500 puntos, la prueba PISA identifica a los países cuyo promedio resulta superior o inferior al mínimo esperado en estudiantes menores de 15 años.
Los países latinoamericanos participantes, incluyendo a México, no han logrado el puntaje aprobatorio de 500 puntos en ninguna de las áreas de estudio y en ninguna de las ediciones de PISA.
En casi todas las ediciones de la prueba destacan Uruguay y Chile por obtener las mejores puntuaciones de la región, aunque por debajo de la media. Esto también refleja otra tendencia: la lista de las naciones con las mejores notas sigue teniendo a los mismos protagonistas.
Algunos resultados
En el 2000 se llevó a cabo la primera prueba PISA, participaron México y Brasil y destacaron por registrar una media de puntuación significativamente inferior al promedio de la OCDE.
Sólo el 6% de los alumnos mexicanos y el 3% de los brasileños alcanzaron el nivel de excelencia académica (niveles 5 y 6). Nueva Zelanda, Finlandia y Canadá los superaron de manera importante con casi el 20% de sus alumnos en excelencia académica.
La OCDE señaló en la primera edición de la prueba PISA la importancia del entorno socioeconómico en el desempeño de los alumnos. Los estudiantes privilegiados en promedio muestran mejores resultados, especialmente en los países como México y Brasil, que tienen niveles altos de desigualdad. En los países con mejor distribución del ingreso, la condición socioeconómica tiende a influir menos en el desempeño de los estudiantes.
En la aplicación siguiente, tres años después, cerca del 65% de los alumnos mexicanos y poco más del 75% de los brasileños no alcanzaron el nivel 2 de desempeño y la mayoría se ubicó por debajo del nivel 1. Finlandia, Corea y Canadá tienen sólo a 1 alumno de cada 10 por debajo del nivel 2.
En la prueba realizada en el 2006, que se enfocó en las habilidades científicas, se integró la participación de Argentina, Chile, Colombia y Uruguay.
América Latina volvió a ocupar los sitios más bajos junto con países asiáticos. El mejor desempeño lo obtuvo Chile, por encima de Uruguay, México, Argentina y Brasil, que obtuvieron puntuaciones similares a las de Jordania, Azerbaiyán o Túnez.
Aunque no existe una regla general que explique por qué el desempeño académico en la región es tan bajo respecto de otros países, las cifras sugieren que el uso de los recursos escolares, la profesionalización de los docentes y la pedagogía en las escuelas son factores que pueden afectar el nivel académico de los alumnos.
PISA 2015 y 2018: sin avances
La más reciente aplicación de la prueba de evaluación académica fue en 2018. Tres sexenios después de la primera aplicación de PISA, México no ha logrado incrementar el nivel educativo de sus alumnos de educación básica. La tendencia es similar para el resto de los países latinoamericanos.
En la edición de 2015 participaron México, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Perú, Chile, Argentina (sus resultados no son representativos porque sólo se aplicó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires), Uruguay y Brasil. En la aplicación del 2018 se incorporó Panamá.
La única nación que mostró un avance significativo en alguna de las materias del 2015 al 2018 fue Perú. Su desempeño en matemáticas incrementó 13 puntos, en ciencias creció 6 puntos y puntos y en comprensión lectora se movió 4 puntos. El resto de las naciones no movió significativamente su desempeño académico, incluso en algunas áreas lo redujeron.
La excelencia académica es casi inexistente en los países latinoamericanos. Uruguay logró colocar al 3.6% de sus alumnos en este nivel al menos en una materia, Chile al 3.3%, Brasil al 2.2%, Colombia al 1.2%, Costa Rica al 0.9%, México y Perú al 0.6% y República Dominicana sólo al 0.1 por ciento.
Los casos de México y Brasil son especialmente particulares: Brasil fue la novena economía más grande del mundo en 2018 y México ocupó la posición número 15, pero en casi veinte años no han logrado mejorar el nivel educativo de sus habitantes.
“El problema para México no sólo son los malos resultados, sino la poca claridad de las medidas de política pública y desde la sociedad, que permitan frenar el deterioro y empezar a corregir en la dirección correcta”, dijo Raúl Martínez Solares en su columna para El Economista, especialista en economía conductual y educación.
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