Los países de la región temen que la recuperación afecte la dirección en la que fluyen los capitales, perjudicando a las naciones que se habían visto favorecidas, como el caso de México y Brasil.
Cancún. Las autoridades financieras de América Latina están cada vez más preocupadas por el riesgo de que los flujos de capitales a la región se reduzcan bruscamente, una vez que los países industrializados comiencen a subir sus tasas de interés tras la crisis financiera global.
México y Brasil, las dos mayores economías de la región, han advertido sobre una eventual turbulencia financiera en caso de ajustes a las políticas monetarias y fiscales de los países ricos.
Al inaugurar la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Cancún, el presidente mexicano, Felipe Calderón, dijo este lunes que comparte los temores sobre la fortaleza de la recuperación económica global y sus consecuencias.
"Comparto que existen aún dudas sobre la solidez de la recuperación de la demanda privada a nivel mundial, que hay incertidumbre en torno a la velocidad con que las naciones desarrolladas y algunas economías emergentes ajustarán sus políticas monetarias y fiscales hacia una estrategia de salida", afirmó Calderón.
La asamblea del BID congrega en el balneario mexicano de Cancún a las autoridades financieras de América Latina y el Caribe, así como a grandes economías que aportan recursos, pero no son receptoras de crédito, como Estados Unidos y China.
Mientras Estados Unidos ha mantenido su tasa de interés cercana a cero, los inversionistas han llevado sus capitales a naciones como Brasil y México y otros mercados emergentes en el pasado reciente en busca de mejores rendimientos, lo que ha dado impulso a los precios de los bonos y a sus monedas.
Pero con la recuperación económica global en marcha, las autoridades financieras están anticipando cambios en el esquema que podrían afectar la dirección en la que fluyen los capitales, perjudicando a las naciones que se habían visto favorecidas.
Mayores reservas. Brasil y México están acumulando más reservas en dólares para contar con el margen de maniobra suficiente si es que pronto se materializan las alzas en las tasas de interés y el retiro de los estímulos en las naciones industrializadas.
"En el caso de Brasil, pensamos que es mejor cubrirnos (...) incluso si hay un costo asociado con ello", dijo el jefe del Banco Central, Henrique Meirelles, el fin de semana.
"Durante la crisis, la necesidad de reservas demostró ser mucho mayor de lo que la gente anticipaba", agregó al margen de la reunión del BID en Cancún.
Los países miembros del BID aprobaron este lunes elevar su capital en US$70.000 millones para reabastecer sus arcas, después de que el organismo prestó un récord de US$15.500 millones a sus socios el año pasado, en medio de una de las peores crisis económicas mundiales.
Calderón dijo también que le preocupaba que las economías que elevaron su nivel de endeudamiento en medio de la crisis puedan dejar sin recursos a los países más necesitados.
"Estos déficits sin precedentes en las economías industrializadas van a demandar durante muchos años enormes flujos de crédito que absorberán sin duda alguna la disponibilidad crediticia del mundo", advirtió el mandatario.
"En consecuencia, para naciones en desarrollo, para naciones pobres (...) será muy, muy difícil el poder acceder a crédito y a crédito en condiciones convenientes", agregó.