Anafrodisia, el trastorno que inhibe el apetito sexual
Miércoles, Noviembre 2, 2016 - 08:30
Tal como en los desórdenes nutricionales, esta condición también puede enfrentar crisis y excesos en sus peores momentos.
Conocida también como anafrodisia o anerosia, la anorexia sexual es un padecimiento mental basado en la inhibición del apetito sexual, generando un bajo o nulo interés en la persona por mantener relaciones íntimas.
Debido al escaso nivel de apetencia por el acto sexual, esta condición puede originar problemas en la vida íntima de quien la padece, especialmente si tiene pareja.
El psicólogo Carlos García, de la Universidad de Concepción, describe la anorexia sexual como la evitación obsesiva de todo acto sexual y la inhibición de la libido, puesto que el individuo las percibe como amenazas.
García explica que este padecimiento afecta a hombres y mujeres por igual, sin embargo, quienes hayan vivido un trauma físico o psicológico están más propensos a sufrirlo. “Por ejemplo, alguien que haya sido víctima de abuso sexual en etapas posteriores de su vida”, señala.
Tal como en los trastornos nutricionales, este trastorno sexual también puede enfrentar crisis y excesos en sus peores momentos. “Quienes poseen esta condición son propensos a tener excesos sexuales, tal como personas que padecen de bulimia, los cuales después tienden a purgar mediante otras conductas extremas”, detalla el experto.
Factores físicos, psicológicos y sociales
Si bien una experiencia de abuso puede influir considerablemente en la aparición de anorexia sexual, el psicólogo cuenta que existen diversos factores que pueden originarla: físicos, psicológicos y sociales.
“Algunos factores físicos que pueden producir esta condición son las lesiones o enfermedades que dificulten la obtención de placer en el acto sexual que lo vuelvan desagradable”, detalla.
Respecto a los factores psicológicos, el experto señala al exceso de estrés, los problemas de convivencia entre la pareja, el aburrimiento producido por la rutina y frustraciones en el historial sexual del individuo (difusión eréctil, incapacidad de alcanzar el orgasmo, etc).
A lo anterior también pueden sumarse los conflictos emocionales internos y de la pareja. “La anorexia sexual afecta negativamente la vida íntima de los individuos, ésta puede desarrollar depresión tanto como en quién la posee como en la pareja”, agrega y explica: “También produce ansiedad, frustración, disminución de la autoestima, conflictos de pareja, además de la generación de estrés por la realización de intentos fallidos recurrentes por concretar el acto sexual”.
Por otra parte, Carlos García revela que el factor social también puede contribuir con la aparición de la anorexia sexual.
“La sexualización exagerada dentro de los medios de comunicación, que cuenta con una enorme cantidad de estímulos enfocados a este ámbito terminan por generar saturación que deriva la pérdida de interés”, detalla.
“Un factor dentro de esta línea es la influencia cultural de grupos sociales, religiosos o espirituales que condenan la sexualidad e inculcan la represión de ésta”, agrega.
El psicólogo explica que también existen factores contextuales propios del individuo que influyen en la aparición de este padecimiento. “Estos factores pueden tener orígenes en su propio marco de referencia, inducidos a través de diversos acontecimientos que ocurren dentro de la mente de la persona, siendo de carácter ideológicos o espirituales”, señala Carlos.
Recuperar el apetito
A pesar que el diagnóstico de esta enfermedad y su desarrollo en sí puede resultar frustrante para quien padece anorexia sexual, ésta puede ser tratada y sanada.
“El deseo sexual se puede recuperar con la ayuda de especialistas en el ámbito, como un sexólogo/a. Sin embargo, en cuadros más graves llega a ser necesario realizar terapias más complejas de carácter psicológico y/o psiquiátrico, en caso de existir traumas o fobias complejas”, explica.
No obstante el psicólogo Carlos García recomienda a quienes pierden el deseo intentar recuperarlo a través de un cambio en la rutina.
En esta misma línea, la sicoterapeuta sexual clínica de Medical Sex Center, Natalia Guerrero, recomienda incorporar nuevos estímulos para “revivir el deseo” como juguetes sexuales o juegos dentro de este contexto.
“Todo lo que tiene que ver con el juego erótico es algo maravilloso y en general las personas, pueden explorar cuándo están en un nivel mínimo de tranquilidad con la sexualidad”, explica la especialista; sin embargo, recomienda mantener lentitud en la incorporación de elementos para evitar rechazos.
“Si estamos hablando de personas con un trastorno grave, por ejemplo, de evitación o fobia sexual, si la pareja intenta resolver esto de manera invasiva con juguetes o cosméticos, es muy probable que se genere el efecto inverso, es decir, que la persona tenga aún más aversión al sexo”, detalla.
José Montero, dueño de la cadena Sex Shop Chile, explica que existen diversos “jueguetes” que pueden contribuir con la estimulación desde distintos puntos de vista.
“Existen una serie de productos para parejas que quieren incursionar en nuevas alternativas como aceites para masajes, vibradores, consoladores, anillos vibradores y lubricantes con intensificadores y feromonas”, relata.
Natalia Guerrero agrega que los masajes pueden ayudar a encontrar nuevos estímulos que no son necesariamente en genitales o en otras zonas del cuerpo más sexualizadas.
“No hay que olvidar que el cuerpo tiene terminaciones nerviosas placenteras. Por ejemplo, una persona tal vez no esté dispuesta a un encuentro sexual penetrativo, pero sí a un masaje, acompañado de algún relato erótico lo que se podría considerar parte de una vida sexual activa. También el lubricante ayuda mucho. Por ejemplo si una mujer no tiene interés de tener relaciones sexuales y quisiera hacerlo de todas maneras, ahí el uso de un buen lubricante extremadamente necesario”, detalla.