Pasar al contenido principal

ES / EN

Argentina 2017: tres enemigos de la convergencia inflacionaria del BCRA
Jue, 01/12/2016 - 08:48

German Fermo

Argentina en default: la única opción es una solución de mercado
German Fermo

Germán Fermo es Director de MacroFinance y de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina). Posee un Ph.D. en Economía en la  Universidad de California y una especialidad en estrategia de opciones en ETF's y monedas.

Desplazamiento (crowding out) fiscal: ¿Alguien le estará diciendo al Gobierno de Mauricio Macri que seguir subiendo impuestos es un gravísimo error? Así resulta imposible producir. Percibo hay mucho “economista del PRO” con tibieza en decirle a este gobierno que la está errando y mal. Si esto mismo lo hubiese hecho el kirchnerismo, los que hoy callan condecendientemente, estarían incinerándolos. Hay una sola puerta o volaremos por el aire en los próximos años: ¡Bajen el gasto! ¡Urge hacerlo! Y más aún en este nuevo “mundo Trump” de tasas más altas. Más gasto y más impuestos: una amplia mayoría de quienes votamos a Cambiemos esperaba exactamente lo contrario. Cambiemos = PROMESA INCUMPLIDA.

El Banco Central tendrá tres enemigos de cara a 2017 que desafiarán la contundencia de la política monetaria en su lucha inflacionaria. 

1) La señal que desde el Estado dan ciertos actores que se perciben como “mejor informados” al observar -por ejemplo- a un Poder Legislativo intentando aumentar sus dietas sobre el 40% y a fiscos provinciales y municipales actualizando costos impositivos por sobre el 30%. La ciudadanía observa y se pregunta: ¿y a mí me quieren convencer que la inflación será del 17%? 

2) Dominancia fiscal. En un país con tanta experiencia inflacionaria y fiscalmente deficitaria, observar a un Estado que bate récords de déficit debilita la señal monetaria orquestada desde el Banco Central (BCRA). 

3) La política económica de la política monetaria, ante la persistente ausencia de brotes verdes no me sorprendería que desde arriba le pidan al BCRA un “sacrificio monetario” para jugar con Curva de Phillips (intercambio entre mayor inflación y menor desempleo) y tirarle de esta forma, un centrito al diezmado Ministerio de Hacienda. (Fidel Castro: tu revolución nos obligó a morir de sed y hambre en una balsa)

Curso de economía básica para la Klase política argentina

Al parecer, el oficialismo necesita un brusco giro en materia económica; hacer la plancha indefinidamente apelando a la fe, esperanza y brotes verdes, no funciona y se está notando por todos lados. Por ejemplo, en nuestra deficitaria Argentina, 20 millones de habitantes viven del Estado y sólo 8 millones trabajan en el sector privado para mantenerlos. Hasta no resolver semejante dilema, ninguna discusión en economía tendrá demasiado sentido. Los políticos hablan de gasto como si fuese un problema de segundo orden; a ver si soy claro: es el único problema a resolver, sin el, nada funcionará, aspecto que la coyuntura y la historia argentina se encarga de demostrarnos con elocuencia cotidiana. 

Antes de asumir, todo político debería estar obligado a tomar cursos básicos de macro y microeconomía, así evitamos tonteras tales como anunciar impuesto a la renta financiera y ley de alquileres en pleno proceso de blanqueo, dos ataques al ahorro privado justo antes de encerrarnos a todos en la única pecera del blanqueo y “para siempre”: al blanqueador le dices que invierta en economía real y en el medio, intentas enchufarle una ley de alquileres, sencillamente. Brillante la Argentina actual. 

En este contexto complicado a nivel macro, ciertas mediciones indican que aumentaron las expectativas inflacionarias y los últimos números de déficit récord son severamente preocupantes. Quizá, la principal conclusión de este año es que hacer la plancha fue más costoso que corregir demostrándonos una vez más que nada que hagas en economía funcionará si se gasta más de lo que se genera. Nuestras miserias, todas, comienzan y terminan en el gasto público y déficit fiscal que el mismo genera. Y finalmente, estamos cerrando un año en donde recesionamos más de lo anunciado y desinflamos menos de lo esperado, algo que probablemente esté aumentando la ansiedad de un Ministerio de Hacienda que necesita mostrar buenos resultados en breve.

Del shock fiscal a un gradualismo con el signo al revés

El proceso de cambio de “Cambiemos”, se fue desdibujando rumbo a un populismo atenuado. Con el correr del tiempo, me he convencido de lo difícil que es implementar una política de shock fiscal, pero sería tranquilizante observar que el Gobierno se mueve en dirección correcta.

Hace tiempo ya que el keynesianismo se apoderó del oficialismo con una efímera excepción todavía: el BCRA. Parecería que la prometida reducción gradual del déficit mutó al aumento del mismo en un sorprendente cambio de dirección, y en este entorno, observamos la gestión de un BCRA que ha sido excelente en 2016. Sin embargo, el contexto macro y político de 2017 será probablemente una prueba de fuego para la independencia del BCRA. 

La excelente labor del BCRA corre el riesgo de quedar atrapada en la lógica keynesiana que domina el pensamiento progresista de éste Gobierno. Se terminó el tiempo para el ajuste y por obligación electoral se viene la historia del rebote.

Tengo la sensación de que el mercado subestima la velocidad a la que el BCRA bajaría tasas en los próximos meses y al hacerlo, sobrestima el ritmo al que la inflación seguiría desacelerándose en el futuro cercano. Si este fuera el caso, tendría sentido posicionarse en instrumentos con CER de duración media, lo cual viene ocurriendo tal como anticipé meses atrás.

Estoy advirtiendo que algunos economistas dan un peso relevante a las expectativas inflacionarias contenidas en las REMs. En lo personal, las considero una muestra sesgada y poco representativa del agregado. 

Muchos se preguntan por qué todavía la economía no reacciona y quizá la respuesta sea más sencilla de lo que algunos postulan: los 12 años de kirchnerismo dañaron a la estructura economía argentina muy por encima de lo que este gobierno de Macri comprendía al iniciar su gestión, independientemente de sus propios errores, que han sido muchos. 

Actualmente, parecería que el gobierno tiene un sólo objetivo en mente: borrar de los argentinos la idea de ajuste e instaurar la noción de que lo peor ya pasó y a fuerza de obra pública, blanqueo, deuda y shock de consumo, y por sobre todo, mucha fe y esperanza, generar un rebote de la economía en el corto plazo para verse lo mejor posible en las elecciones legislativas del próximo año. 

A pesar de un BCRA pataleando ante el requerimiento, no me parecería ilógico imaginarlo bajando tasas más agresivamente de lo que el mercado espera y con ello coordinándose con un Ministerio de Hacienda que intenta una reactivación electoralmente urgente con sustancial injerencia de la obra pública, sin un plan integral todavía y por sobre todo, sin demasiados resultados y ya se fue el primer año. 

Por lo tanto, de cara a fin de año y entrando en 2017, imagino a un BCRA activando la curva de Phillips, uniéndose a desgano a la pata keynesiana de Hacienda y licuando parcialmente sus objetivos de inflación contribuyendo a un rebote económico que a esta altura se tornó urgente. Frente a este escenario, no me sorprendería que nos encaminemos a una tasa real negativa en futuro cercano. ¿Largos en CER en la parte media de 2017?

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.

Países
Autores