Los habitantes de Gran Bretaña tienen en su poder la posibilidad de cambiar su futuro, ya que el día 23 de junio podrían votar por no pertenecer más a la Unión Europea (UE), o que siga todo igual. "¿Cree que Reino Unido debe continuar siendo miembro de la Unión Europea (UE)? Sí o No" es la pregunta del referéndum.
El problema es que seguramente sus habitantes desconocen las implicancias y el posible impacto económico que podría desencadenar una salida. Este proceso es llamado "Brexit" (por British Exit o Salida Británica), emulando la expresión "Grexit" que fue usada cuando Grecia se encontró en la misma situación en 2012: decidir si seguir o no en el mercado común europeo.
Si gana el sí y Gran Bretaña decide irse, le dará la espalda a un proceso de integración a la Unión Europea que se inició en 1951 aunque sólo llegó a ser parte del proceso en 1973, después de varias solicitudes de ingreso que le fueron negadas y que hoy pasaron a un tercer o cuarto plano.
Gran Bretaña se caracterizó siempre por una gran diferenciación y orgullo, por eso votó conservar su moneda, la libra, y la independencia de su banco central (Bank of England; BoE, por sus siglas en inglés) al igual que otros países más chicos de Europa cuando se constituyó la Eurozona. Incluso, hace pocos meses atrás pudo haber perdido a uno de sus cuatro países, Escocia, luego de una reñida votación. Finalmente se mantuvo.
Mientras tanto, la libra en su paridad contra el dólar ha acusado una violenta reacción adversa desde fines del año 2014 que la ha llevado a los mismos niveles que se encuentra hoy y que constituyen un soporte de muy largo plazo, incluso por debajo de la paridad que poseía en 2008.
¿Por qué irse? Los conservadores del Reino Unido están pidiendo retirarse por los altos costos que deben pagar por pertenecer a todas las instituciones comunitarias. También se ven limitados en frenar la inmigración europea en sus países. Sostienen que Reino Unido está siendo frenado con la imposición de muchas reglas a los negocios y el cobro de miles de millones al año en tarifas de membresía. Y los beneficios no son claros.
¿Por qué quedarse? Si Gran Bretaña se va de la UE, diversas restricciones en su comercio con el resto de Europa y del mundo se aplicarán, dando la espalda a un bloque de 28 países con más de 500 millones de consumidores. Estando en la UE, el comercio con otros países del bloque es más fácil, y ese gran mercado beneficia a la economía británica hoy. Muchos tratados, exenciones arancelarias y aranceles preferenciales al comercio se perderían. Y el flujo de inmigrantes (jóvenes y dispuestos a trabajar) es un factor de dinamismo que su economía podría perder. Ni hablar del tema de Seguridad: la protección entre sus miembros es una realidad.
Tampoco se está tomando en cuenta la posible des-radicación de muchas sedes de multinacionales que se vieron atraídas por exenciones fiscales y un puente a toda Europa apoyada por un centro financiero mundial, que a fines del mes podría estar lidiando con el recorte de líneas de garantías y corresponsalías externas para sus bancos.
Será muy difícil de evitar un periodo de inestabilidad de corto plazo que afectaría negativamente a las inversiones, además de tener un impacto adverso sobre su calificación crediticia. Las exportaciones se resentirían y las perspectivas de crecimiento también.
A pedido de su primer ministro, David Cameron, la UE ofreció ciertas reformas si la población decide que Reino Unido continúe siendo parte de la UE, tanto sociales como económicas. Pero no puede influir en detener el referéndum.
Si Gran Bretaña se queda, su economía crecería 2% este año y 2,25% en 2017. Pero el FMI (Fondo Monetario Internacional) alertó que Gran Bretaña podría ser entre 1% y 9% más pequeña a largo plazo que si fuese miembro pleno de la UE, además de aumentar la volatilidad de sus mercados accionarios, una baja en la inversión directa extranjera y un golpe bajista a su mercado inmobiliario. Además, diversos bancos han estimado el costo económico de una salida: Natixis se anima a predecir un impacto adverso en el PBI de 0,6 puntos porcentuales el primer año y más de 5% de caída (adicional) en la libra vs. el dólar. El Tesoro de Gran Bretaña vaticinó una recesión casi asegurada y un costo de la salida del 3,6% del PBI.
Son predicciones exactamente contrarias a ocho economistas a favor del Brexit, que vaticinaron un 2% de impacto positivo de aquí a 2020 y del 4% entre diez y 15 años a futuro.
Impacto del Brexit en el PBI (en porcentaje):
+4,0%: 8 Economistas británicos pro-Brexit
-3,5%: Confederación Británica de la Industria
-5,1%: OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)
-7,5%: Tesoro de Gran Bretaña (HM Treasury)
¿A quién creerle? Las últimas encuestas (YouGov PLC ) hablan de 35% que dicen que estarían peor con un Brexit (en aumento), apenas 22% que estarían mejor y un 27% que no habría diferencias, pero el resto aún está indeciso. Otras encuestas hablan de 47% a favor de quedarse y 42% de irse.
A nuestro entender, los costos son superiores a los beneficios de irse. Pero ¿cuánto vale la libertad de poder tomar sus propias decisiones en un país soberano? ¿Eso es cuantificable? ¿Quién puede estar en contra de las eficiencias? ¿Cómo no premiar a quien quiera tener más autonomía y bajar el déficit público?
La decisión es del pueblo, y la suerte está echada.
*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.