Ante la buena noticia generada por la declaratoria de la Corte Constitucional que disminuye el excesivo pago de mesadas pensionales para congresistas y magistrados en Colombia, se plantean una serie de inquietudes a las cuales todos como ciudadanos debemos hacer seguimiento. Lo anterior por el impacto sobre las finanzas del Estado y la disponibilidad de recursos para atender otros temas sociales como apoyar a las clases menos favorecidas y mejorar la baja cobertura pensional, donde solo el 30% de la población económicamente activa tendrá la posibilidad de acceder a una pensión, sea en Colpensiones o en un fondo privado.
A continuación analicemos varios aspectos relevantes:
1.- Equidad: sin duda la mayor contribución de la decisión de la Corte apunta a disminuir la reducción de esas grandes diferencias que favorecen a muy pocas personas y van en detrimento de la mayoría de la población.
2.- Apoyo social y reorientación de recursos: el ahorro que se generará para las finanzas públicas será de gran impacto por el reto que existe hoy en el mundo a raíz de la longevidad, es decir, el envejecimiento de la población y la relación con el pago de pensiones.
En este caso puntual, si hacemos una cuenta sencilla, un hombre de 62 años tiene probabilidad en Colombia de vivir 21 años más, es decir, que si un congresista recibe por más de 20 años una mesada de US$12 mil mensuales, esto le costaría al Estado más de US$3 millones por cada individuo. Al reorientar ese dinero hacia el componente social podrá ayudarse a millones de adultos mayores que por diversas condiciones no pudieron aportar adecuadamente al sistema de seguridad social, por tanto, no han podido construir una pensión.
3.- Responsabilidad con las próximas generaciones: los tres poderes del Estado representados en la presidencia, el Congreso y la Rama Judicial deben dar ejemplo y contribuir desde su propia realidad pensional a la perdurabilidad del sistema general de pensiones. De lo contrario, nuestros hijos afrontarán en el futuro una panorama no muy grato, porque tendrán que aportar para sostener a sus padres y con serias dificultades para construir su propia pensión.
Es asombroso y notorio el egoísmo de quienes han recibido estas exorbitantes mesadas, la falta de solidaridad y el desconocimiento del interés general por encima del particular.
La gran duda, es qué acciones legales generará ese grupo de congresistas y magistrados para no perder los privilegios que hasta ahora han tenido.