Aunque sólo lleva un año en el cargo, sigue siendo un digno ganador del Premio Internacional Carlomagno. Con su impresionante y apasionado discurso, el presidente francés Emmanuel Macron ha demostrado que tiene objetivos claros para Europa y que quiere marcar la diferencia. Al menos el político de 40 años puede inspirar y entusiasmar. La resonancia en el ayuntamiento de la ciudad alemana de Aquisgrán y la del público presente en las plazas exteriores fue la misma. Macron está consiguiendo la aprobación y sus propuestas son bien recibidas.
Tiene sentido cuando dice que Europa no debe ser débil ante los retos internos y externos. Europa debe actuar para renovarse, ahora. Esta es la tesis principal de Emmanuel Macron. Y Europa no debe temer. Así, Macron se dirigió directamente también a los europeos preocupados y abatidos. Debe restablecerse la solidaridad entre los europeos, según Macron, ya sea en asuntos económicos o en la migración. Hay que defender, prosiguió, el nacionalismo y mantener un orden mundial multilateral. Macron se ve a sí mismo como una alternativa al presidente de Estados Unidos. Él es el anti-Donald Trump europeo.
Contra el nacionalismo
No son nuevos los objetivos que Macron mencionó en Aquisgrán y en su entrevista exclusiva con DW, pero los repitió de manera muy enérgica y convincente. Su llamado para que la UE no se divida es honesto y creíble. El "brexit" y un nuevo nacionalismo en Polonia, Hungría y ahora también en Italia son las advertencias recientes. Emmanuel Macron, que ganó una elección con un claro compromiso con Europa, podría ser la última oportunidad para la UE.
En esta ceremonia de entrega del Premio Carlomagno, la canciller alemana Angela Merkel se mostró de acuerdo con casi todos los puntos del galardonado. Prometió que Alemania y Francia renovarían juntos la UE.
Las propuestas de Macron son concretas, las de Merkel aún son vagas. Ella prometió que a finales de junio la cumbre de la UE debería ser diferente. Alemania y Francia también están de acuerdo en que la UE debería jugar un papel más amplio en la política exterior, también y especialmente en Medio Oriente. El acuerdo con Irán debe mantenerse tanto como sea posible. Merkel reiteró su declaración de que Europa ya no puede confiar en los Estados Unidos como garante de la defensa y la seguridad.
Alemania debe seguirle la corriente
En su discurso, Macron volvió a dejar muy claro que el desarrollo futuro de la UE tendrá su precio. Alemania debe abandonar su veto sobre los pagos de transferencias, Francia debe abandonar un tabú y estar dispuesta a cambiar los tratados en la UE, es decir, con un riesgo democrático.
Es un enfoque valiente, pero Macron se ha dado cuenta: si no te atreves, no ganarás. El presidente ha conseguido que los invitados proeuropeos sigan su curso en la ceremonia del Premio Carlomagno. Ahora también debe convencer a los escépticos de Polonia, Hungría, Italia y otros países. Esto va a ser mucho más difícil que hacer un discurso brillante.
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, reafirmó el fin de la "democracia liberal" el mismo día de la entrega del galardón. Eso hace estremecer. El portador de esperanza en Europa debe intentar salvar el proyecto. Si él no puede, ¿quién puede? Al final, todos en la ciudad de Aquisgrán tuvieron claro que necesitamos más Macrones en Europa.