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El desbalance comercial de Colombia
Mié, 06/11/2019 - 11:16

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

La balanza comercial refleja el volumen de importaciones y exportaciones que tiene un país en un periodo determinado. Esta balanza comercial sirve para proyectar el grado de internacionalización de los países y que tan expuesto está al ingreso de mercancías extranjeras, así como su inclinación a exportar. Esta cifra macroeconómica es un importante indicador no sólo de la economía interna, sino también del desarrollo tecnológico, productividad y competitividad empresarial del país.

El saldo negativo de una balanza comercial muestra que las importaciones son superiores a las exportaciones y esto es lo que ha desatado la furia del presidente Donald Trump, al comprobar que Estados Unidos ha tenido un sistemático desbalance en los últimos años, fruto de las altas importaciones provenientes de China, México, Alemania y otros países.

Para mitigar este problema, el presidente norteamericano ha decidido aumentar los aranceles o impuestos a la importación de productos de esos países, con el objeto de tratar de disminuir el déficit que tan consternado lo tiene. Así, el mundo ha observado cómo la liberación del comercio internacional y la globalización se han visto amenazadas por la reacción del gigante americano al tratar de frenar en esta forma el déficit comercial.

Pues bien, Colombia, en su debida proporción está sufriendo exactamente del mismo mal. Nuestra balanza comercial ha estado sistemáticamente "desbalanceada" o deficitaria con tendencia a emporar y hasta ahora no se oye el crujir de dientes.

El país había gozado hasta el 2012 de una balanza comercial positiva, pero a raíz del desplome de los precios del petróleo pasamos a ser deficitarios en esta cuenta comercial. Y ya llevamos más de seis años de déficit y en 2019 estamos rompiendo todos los récords: a agosto de 2019, el acumulado negativo es de US$7.000 millones, o sea, unos 24 billones de pesos colombianos!

Cifra respetable y de la que merece la pena que tomemos conciencia, porque este dinero hay que pagarlo. Es el fruto de negociaciones de compra de bienes y servicios en el mercado internacional. Pero ¿de dónde vamos a obtener este dinero? Seguramente de la inversión extranjera, de las remesas de los colombianos residentes en el exterior y lógicamente de deuda externa.

Comparándonos con nuestros vecinos, Perú, Chile, Argentina, Brasil y México, estos países muestran balanzas comerciales positivas en agosto 2019, entonces, ¿qué nos está pasando?

Ahora que el dólar se ha encarecido y es más rentable exportar; ahora que los productos importados resultan más costosos, ¿por qué ha aumentado el apetito por bienes importados? ¿No ha servido el repunte de los precios del petróleo? ¿Será que el aumento del gasto de los colombianos, experimentado en 2019, se ha surtido principalmente de bienes importados? ¿Dónde está nuestra competitividad y productividad?

Es necesario tomar medidas para que este desbalance no siga incrementándose. Estamos en un mundo de libre comercio, de intercambio comercial, de globalización, pero considero que no estamos haciendo bien la tarea. Tenemos que proyectar nuestros productos y servicios internacionalmente y no solo engolosinarnos con el mercado local.

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