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Elecciones generales en Reino Unido: si votar sirviera de algo, sería ilegal
Jue, 30/04/2015 - 10:38

Steen Jakobsen

España, la nueva Grecia del mañana
Steen Jakobsen

Steen Jakobsen es Economista Jefe en Saxo Bank.

Primero eran dos, luego tres y ahora son cuatro los grandes partidos políticos de Reino Unido. No es de extrañar que cada vez sea más y más complicado hacer predicciones sobre las elecciones en Reino Unido.

Los dos partidos “de toda la vida” se sitúan muy lejos de sus niveles de respaldo históricos y, cada vez que se celebran elecciones generales, ven como los recién llegados les comen terreno.

Los Lib Dems llevan ya un tiempo en escena y su auge dio lugar en 2001 a la situación conocida como “parlamento colgado”.

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Fuente: FiveThirtyEight

En este caso, el panorama recuerda cada vez a unas elecciones escocesas ya que todo apunta que el Partido Nacional Escocés (SNP) se va a hacer con 41 nuevos diputados mientras que los tories perderían 19, los laboristas ganarían 15 y los liberal demócratas perderían 32 diputados.

Estos datos sitúan a los grandes partidos muy lejos de los 326 escaños necesarios para un gobierno de mayoría, y lo que es si cabe más confuso, incluso las posibles coaliciones no cumplen con la mayoría:

Tories + liberal demócratas = 283 + 24 = 305 o laboristas + Partido Nacional Escocés = 271 + 47 = 318

Quedarían por asignar 19 diputados que están divididos en dos mitades.

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Fuente: FiveThirtyEight

De aquí al 7 de mayo pueden ocurrir muchas cosas pero, debido al sistema de mayoría simple vigente en Reino Unido, rara vez un cambio en el porcentaje de distribución del voto global modifica los resultados generales. De hecho, el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) con un 23% del voto popular puede que solo logre uno o dos diputados, mientras que los Lib Dems, con muchos menos votos, podrían llegar a los 18. No cabe duda de que Reino Unido pide a gritos una nueva ley electoral.

Existe la tendencia a dirigir unas elecciones sobre la premisa de: “Es la economía, estúpido”. No obstante, en torno a esta idea surgen posibles inconvenientes. En Reino Unido, hablan del efecto de 1945, cuando los tories ganaron la guerra con Churchill a la cabeza pero perdieron las elecciones de 1945 a pesar de haber hecho lo más difícil.

De forma similar, en la época actual, los tories se han embarcado en una campaña peligrosa al pedir a los votantes que “no permitan que los laboristas arruinen la economía”

La coalición formada por tories y liberal demócratas ha estabilizado Reino Unido pero el déficit por cuenta corriente anda fuera de control, lo que efectivamente supone que las mejoras se han tomado prestadas. No obstante, señalan el crecimiento del empleo, la subida paulatina de los salarios y la mejora relativa del PIB de Reino Unido.

El Partido Laborista ha recuperado su retórica de los años 70 y lucha por la redistribución de la riqueza, por el impuesto sobre el patrimonio y las políticas de la vieja escuela que fueron determinantes en época de grandes empresas, altos impuestos, ningún crecimiento y mercados laborales sobre-sindicalizados. Es una estrategia que apunta a un mundo de crecimiento cero y, una vez más, se aboga por la redistribución y no por la senda de crecimiento.

No obstante, la plataforma laborista contempla los dos extremos incómodos de crecimiento de la desigualdad que han derivado de una política monetaria agresiva de tipos bajos que respalda al 20% de la economía, representada por las grandes compañías que cotizan en bolsa y por los bancos. Entretanto, el 80% de la economía, formada por la pequeña y mediana empresa (las PyME) y los trabajadores con ingresos medios y bajos están peor que nunca.

Creo que los dos factores decisivos en estas elecciones van a ser la desigualdad y el número de diputados que obtenga el UKIP el 7 de mayo.

Puede que a primera vista los datos económicos de Reino Unido pinten bien pero la desigualdad es difícil de gestionar ya que desde que estalló la crisis financiera un 80% han resultado grandes perdedores. El problema para los tories es que ese 80% también son clase media, es decir, son los votantes políticamente comprometidos. Se sienten abandonados y estoy seguro de que también frustrados ante la falta de cambios y de esperanza. Con todo ello, el UKIP es una alternativa interesante. Son el “partido protesta” para muchos de esos votantes.

Sabemos por lo ocurrido en Francia y en España que los partidos considerados de “extremos” salen relativamente mal parados en las encuestas, pero detrás de las cortinas, cuando llega el momento de votar, los votantes se muestran mucho más valientes a la hora de expresar su opinión política.

Una estimación electoral apunta a que con un 20 por ciento del voto nacional (han llegado a obtener un 23% de los votos en los sondeos de los dos últimos años), podrían hacerse con 8 escaños y un 24 por ciento supondría 46 diputados.

Por último, nos queda el elefante en la habitación, y es que es posible que estas elecciones generales en Reino Unido sean solo el punto de giro que lleve a un referéndum en Reino Unido sobre la UE. La salida de Reino Unido de la UE es la mayor amenaza aislada para el futuro de la UE, un acontecimiento de mucha mayor relevancia que si se produce el Grexit o no.

Reino Unido representa el ancla para la mayor parte de los países liberales europeos. No cabe duda de que es la referencia de Dinamarca, Suecia y de los Países Bajos. Todos contamos con que Reino Unido salga al paso cuando Bruselas, y a veces el Club Med, estén demasiado ocupados repartiendo “regalos” pagados por los contribuyentes europeos. Perder a Reino Unido como miembro de la UE no solo supondría navegar sin rumbo sino que el sector financiero europeo se vería en la enorme necesidad de redefinirse.

Estas elecciones de Reino Unido van a ser reflejo de muchas elecciones que se han celebrado en Europa desde que estalló la crisis y que se han centrado en la desigualdad y en la necesidad de una protesta política. Todo ello abre la puerta a grandes maniobras en los escaños.

Preveo que los votos de protesta que van a captar el Partido Nacional Escocés y el UKIP sean mucho más numerosos de lo que apuntan los sondeos.

De ser así, es probable que veamos una coalición tories + Liberal Demócratas que cuente con el respaldo del UKIP. El respaldo del UKIP llegará con el referéndum en Reino Unido sobre la UE de 2016. Con este panorama, se abre la caja de Pandora ya que la UE va a tener que luchar por sobrevivir y hacer malabares ante las posibles consecuencias de un Grexit, un Brexit y de un QE-exit.

*Esta columna fue publicada originalmente en Sala de Inversión.es.

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