Hace algún tiempo la peruanidad aparenta estar de moda y nosotros -los peruanos- parecemos estar seguros que estamos en una suerte de “estado de gracia” y que en América Latina nuestro país tiene el potencial de convertirse en referente en varios ámbitos.
Luego de años de pesimismo, hace algún tiempo nos sentimos ganadores, creativos, emprendedores, entre otros. En esa línea, este año 2011 se desarrolló un lanzamiento interno de la marca país por todo lo alto, se lanzó el famoso (por lo menos, en el citado país) video del “Perú de Nebraska” (se puede buscar en Youtube si aún a estas alturas, no se ha visto). Los resultados en cuanto a premios publicitarios fueron más que auspiciosos, sin embargo, y a pesar de que la campaña estaba enfocada más hacia adentro que afuera, resulta interesante revisar los resultados del ránking “marca país” de Future Brand y que AméricaEconomía publicó hace algunas semanas.
El ránking no pone al Perú en una situación privilegiada. Por eso, en muchos espacios una gran cantidad de personas ha expresado su desacuerdo y descontento con estos resultados. Unos elegante e inteligentemente, y otro no tanto, han comunicado en diversos medios comentarios en contra de la calificación del Perú. En esta línea, si bien todo es criticable y perfectible, nos haría bien a los peruanos revisar estos datos con la mayor objetividad, seriedad y humildad posible.
En cuanto al resultado general, el Perú aparece muy bien rankeado frente a países que han desarrollado campañas internacionales interesantes como es el caso de Colombia, Uruguay y México, por nombrar a los casos que pueden parecer más saltantes. En cuanto a su sistema de valores, la situación del país no es buena y esto no contradice la crisis de corrupción que vivimos y la imagen que puede transmitir el Perú hacia el exterior de sus fronteras en los últimos meses.
En cuanto a turismo, sorprende que se tenga un puesto tan bajo en lo que respecta a la comida, cuando en los últimos años se habla del “boom gastronómico” peruano y de la consolidación de Lima como la capital gastronómica de Latinoamérica pero, no nos hemos puesto a pensar que de repente aún no lo hemos logrado. En patrimonio cultural, sí se aparece en un primer puesto, lo que es un indicador de que hay que seguir explotándolo, ya que al parecer, el mundo nos conceptualiza principalmente así. En cuanto a clima de negocios y calidad de vida, el país -según el mencionado ránking-, no anda nada bien.
Más allá de criticar la metodología del listado y la certeza de sus resultados, sería interesante que los entes gubernamentales encargados de estos temas, desarrollen un análisis concienzudo, serio y un planeamiento estratégico que sea retroalimentado sobre la base de diversos análisis. Rasgarnos las vestiduras echándole la culpa a terceros no es una forma estratégica ni profesional de afrontar esta situación. Hay que dejar esa labor para todos los que opinamos, los que manejan la marca -espero-, deben estar asumiendo esta situación con otra perspectiva.
Pues más que “picarnos” (expresión peruana que hace referencia a cuando una persona reacciona airadamente ante una crítica de cualquier tipo), deberíamos pensar en mejorar. El Perú recién está construyendo su marca, aún no le hemos ganado a nadie. Pensemos en qué andaba nuestro país hace diez años. Y sí, pues, con el tema de la marca Perú, la carrera recién ha empezado.