Cuando uno menciona Perú lo primero que viene a la mente es cobre, cebiche y Machu Picchu. Pero debajo de estos estereotipos comienza a emerger un ecosistema de empresas emergentes que pronto ocupará su lugar en América Latina, junto a Argentina, Brasil, Chile y Colombia.
Durante un viaje reciente a Lima para moderar una sesión en una conferencia empresarial, tuve la oportunidad de conversar con uno de los panelistas. Juan Francisco Rojas, director ejecutivo de Wayra Perú, señaló: “El emprendimiento tecnológico experimenta un clima altamente favorable para acceder al capital de riesgo. En los últimos 18 meses hemos visto el surgimiento de incubadoras como Wayra, que entregan US$50.000 por proyectos, además de programas gubernamentales como Fidecom y Fyncit”.
Las universidades también están sumándose a esta corriente, con centros de emprendimiento, programas y laboratorios de ingeniería y computación, y algunas incubadoras de larga data como, Lima Valley.
Una de las estrategias peruanas para desarrollar un sector de startups tecnológicas es adaptar prácticas ganadoras de otros países, particularmente de los vecinos Chile y Colombia. Del primero un factor decisivo de éxito ha sido la coinversión: el privado pone capital, y el Estado pone lo mismo o a veces hasta el doble. Sin embargo, esto por sí solo no es suficiente. Como señala Juan Rosas, de Wayra, “países como Chile, Perú y Colombia son relativamente pequeños para atraer capital de riesgo y private equity. Estos países debieran pensar en una zona regional integrada para captar inversiones, dada la competencia de grandes mercados nacionales, como Brasil o México”.
Por cierto, hay varios obstáculos en el camino. La educación superior en Perú tiene que mejorar sus niveles de calidad, acceso e infraestructura física, especialmente laboratorios, y el sector privado y el académico deben desarrollar una relación de mayor cercanía, que atienda las necesidades de las empresas tecnológicas locales y multinacionales. La disponibilidad y facilidad de acceso al financiamiento por parte de los emprendedores es otra área que debe ser atacada. Finalmente, la exigua cantidad de inversionistas ángeles (¡hay apenas 10 en este momento!) debiera multiplicarse por 10 para tener un impacto real en el ecosistema del emprendimiento tecnológico.
Sin embargo, Perú sí posee algunas ventajas significativas. Estas incluyen el talento TIC de primer nivel, un alto crecimiento en industrias que valoran la tecnología y la innovación, y una posición geográfica favorable entre Colombia y Chile, países a los que les está yendo bien y han cultivado el talento para sus industrias basadas en el conocimiento.
Emprendimientos tecnológicos peruanos valorizados en US$3 millones eran inimaginables hace cinco o diez años. Hoy en día casos notables como Cinepapaya, Plaza Points, Arte Manifiesto, Face Me y Ando Ayudando están llamando la atención de inversionistas y usuarios e instalando su nombre en el mercado. Cinepapaya, en particular, ha sido la niña bonita de los inversionistas. Tras participar en la tercera Conferencia de Capital de Riesgo de las Américas, de la FIU, y en el primer Día Global de Wayra, ambos celebrados en diciembre, levantó financiamiento de unas 500 startups y está ahora analizando posibilidades más allá de sus fronteras.
Como en todas las naciones, el gobierno juega un papel importante en Perú. A fines del año pasado el Ministerio de Industria anunció un plan para asignar US$20 millones a un fondo que asistirá a emprendimientos tecnológicos para que despeguen. El modelo seguido es Startup Chile, que ofrece US$40.000 a los emprendedores de todo el mundo que estén dispuestos a instalarse en el país para desarrollar y lanzar sus proyectos. De esta forma Perú apuesta a obtener resultados diseminando la palabra en los campus (enfocándose en los estudiantes de matemáticas, ciencias e ingeniería), y promoviendo el ecosistema tecnológico peruano en la región y en el mundo.
El futuro es positivo para los emprendimientos tecnológicos peruanos y para la economía en general. Uno no puede esperar sino que existan otros Cinepapaya asomándose en el horizonte.