Pasar al contenido principal

ES / EN

Pese a su política para refugiados, no hay rebelión interna contra Merkel
Jue, 15/10/2015 - 09:46

Christoph Strack

Audiencias con el Sumo Pontífice: diplomacia al servicio de la paz
Christoph Strack

Christoph Strack es corresponsal político de Deutsche Welle.

Tras un maratónico debate, el martes el grupo parlamentario cristianodemócrata acordó seguir apoyando la línea de la canciller alemana, Angela Merkel. Al contrario de lo que se pudiera suponer, no se debatió la salvación del euro ni un nuevo paquete de rescate para Grecia, sino la política de refugiados del gobierno alemán.

La disputa entre los partidos hermanos CDU y CSU pareciera sugerir un conflicto dentro del grupo parlamentario cristianodemócrata. “Uno de cada cinco diputados cristianodemócratas está en contra de Merkel”, reza un titular de la edición online del semanario alemán Spiegel. Un 20% pareciera ser mucho.

No obstante, al conversar con los diputados, el debate de esta semana no pareciera reflejar realmente una crisis dentro del grupo parlamentario. En septiembre pasado, las discusiones fueron igual de tensas. En esta ocasión, políticos cristianodemócratas manifestaron su descontento e incluso discutieron abiertamente con la canciller alemana. Angela Merkel también fue confrontada con preguntas muy críticas. Sin embargo, en esta disputa cuenta con el apoyo del ministro del Interior.

Merkel, fiel a su línea. Al parecer, la canciller salió bastante bien parada. Merkel mantiene su política de refugiados, que hace una semana defendió en una extensa entrevista televisiva y a principios de esta semana en otra entrevista concedida al diario Bild.

Además, en el marco del gobierno de coalición, los cristianodemócratas y los socialdemócratas poseen una amplia mayoría. Los diputados que desobedecen a la canciller saben que no son imprescindibles para asegurar la supervivencia de la coalición. Y hasta ahora, Merkel no se ha visto obligada a recurrir a un voto de confianza para aprobar alguna decisión.

El poder de la base. Tan solo cuando los diputados tengan que defender el rumbo político del Gobierno de coalición delante de su propia base, la cosa se pondría seria. Los congresos de los partidos hermanos CSU y CDU, en noviembre y en diciembre respectivamente, servirán de barómetro para medir el clima político.

De momento, el descontento expresado por algunos expertos, en los medios y en la calle no se refleja en el grupo parlamentario cristianodemócrata. Todavía no. Sin embargo, esto también podría cambiar.

Países