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Qué aprendí de Sal Khan
Lun, 22/09/2014 - 08:15

Jim Yong Kim

Luchar contra la pobreza en medio de la incertidumbre mundial
Jim Yong Kim

Jim Yong Kim es presidente del Grupo Banco Mundial.

Hace poco tuve una gran conversación con Sal Khan, (i) el fundador de la Academia Khan, para conocer su trabajo, el cual ha revolucionado el campo de la educación. He admirado desde hace mucho tiempo su plataforma gratuita de enseñanza en línea y su estilo y métodos de aprendizaje innovadores. Nuestra charla me hizo pensar acerca de muchas otras cuestiones que enfrenta hoy en día la educación.

Comparto aquí tres ideas que se derivaron de nuestra conversación:

La importancia de la determinación. Como he escrito antes, (i) la investigación de Angela Duckworth y Roy Baumeister señala que la determinación, la fuerza de voluntad y la disciplina, además del foco en un objetivo de largo plazo, son los indicadores más importantes del éxito y el logro de resultados. La trayectoria empresarial de Sal, que va desde la tutoría en Internet a sus primos en 2004 hasta la creación de una plataforma en la web que es usada por unos 16 millones de estudiantes en la actualidad, refuerza lo anterior. Su trabajo explora maneras en las cuales el sistema educativo puede ayudar a fomentar la determinación en los alumnos, tanto jóvenes como adultos.

La ‘mentalidad del desarrollo’. Conversamos sobre el trabajo de Carol Dweck relativo a la mentalidad (i) y cómo nuestra habilidad de aprendizaje e inteligencia no son fijas y pueden cambiar y aumentar mediante el esfuerzo, la diligencia y el trabajo arduo. Los estudiantes que adoptan una ‘mentalidad del desarrollo’ —aquellos que creen que pueden aprender más a pesar de los fracasos— logran mejores resultados en las pruebas que aquellos que no creen en ello. La investigación ha mostrado que el cerebro de hecho experimenta cambios físicos con el proceso de aprendizaje y las experiencias. El trabajo y la visión de Sal, por cierto, representan e incentivan este tipo de mentalidad. (i) Hablamos sobre qué más podemos hacer con los jóvenes a una temprana edad para inculcarles y enseñarles a valorar el aprendizaje y desarrollo continuos.

La medición de ‘los avances en el aprendizaje’. Sal y su equipo han diseñado meticulosamente un sistema que mide de manera rigurosa el aprendizaje y el desempeño de los estudiantes a nivel individual, y da acceso a estas estadísticas tanto a los estudiantes como a los profesores y se incluye la entrega de medallas y puntos, sobre la base del aprendizaje logrado. Ellos también buscan innovar y adaptar continuamente sus intervenciones de modo de poder obtener mejores resultados por parte de los alumnos. Todo esto confirma el compromiso y el deseo de Sal de ofrecer una educación gratuita de calidad internacional. Como sabemos a partir de las investigaciones, si bien las inversiones adecuadas en la educación conllevan al crecimiento económico de los países, estas inversiones hoy en día son demasiado insuficientes o no son bien aprovechadas.

Me gustaría conocer sus ideas y comentarios. ¿Qué deberíamos hacer para usar mejor los conceptos, investigaciones y evidencias mencionadas anteriormente y mejorar los resultados en materia de educación en los países en desarrollo?

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog del Banco Mundial.

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