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Redoblar la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo
Vie, 11/08/2017 - 11:46

Christine Lagarde

Determinación y empuje: cómo salimos de esto juntos
Christine Lagarde

Christine Lagarde es abogada francesa y es actualmente la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Anteriormente fue ministra de Economía, Finanzas e Industria y antes de esto ministra de Agricultura y Pesca y Ministra de Comercio en el gobierno de Dominique de Villepin (Francia). Lagarde fue la primera mujer en convertirse en ministra de Asuntos Económicos del G8, y es la primera mujer en dirigir el FMI.

Los funcionarios corruptos, los evasores fiscales y quienes financian el terrorismo tienen algo en común: suelen aprovechar las vulnerabilidades de los sistemas financieros para facilitar sus delitos.

El lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo pueden amenazar la estabilidad económica y financiera de un país, además de proporcionar recursos para realizar actos violentos e ilegales. Es por eso que muchos gobiernos han redoblado la lucha contra estas prácticas, con el respaldo de instituciones como el FMI.

Las medidas contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, conocidas por la sigla ALD/LFT, están concebidas para prevenir el uso indebido del sistema financiero. Prevén la detección, la notificación y el decomiso de flujos financieros sospechosos y la sanción de los infractores.

Este apoyo ha formado parte de la labor desplegada por el FMI a lo largo de casi dos décadas: desde las actividades de análisis y asesoramiento sobre políticas, hasta las evaluaciones de los países con respecto a las normas ALD/LFT y el fortalecimiento de las capacidades institucionales y operativas.

Hemos contribuido a los avances realizados hasta el momento colaborando estrechamente con nuestros miembros y con el organismo normativo en esta materia, el Grupo de Acción Financiera (GAFI). Pero queda mucho por hacer para garantizar que los sistemas financieros faciliten el crecimiento económico necesario, evitando el uso indebido de dichos sistemas.

Quisiera destacar tres esferas:

En primer lugar, debemos ayudar a los países a intensificar la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal. Pronto daremos a conocer un nuevo análisis que muestra cómo la corrupción sistémica puede deteriorar seriamente la capacidad de un país de lograr un crecimiento sostenible e inclusivo.

La evasión fiscal a gran escala también es problemática porque suele redundar en una menor inversión en salud, educación y otros servicios públicos. También supone una mayor desigualdad económica porque cuando disminuye el gasto social los sectores más vulnerables de la población son los más afectados.

Las medidas ALD/LFT pueden ayudar a interrumpir este círculo vicioso en la economía de un país. Un buen ejemplo es Grecia, donde el fortalecimiento del marco ALD, con la ayuda del FMI, facilitó la incautación de cientos de millones de euros provenientes de delitos fiscales.

En segundo lugar, debemos promover formas más eficaces de combatir el financiamiento del terrorismo. Esto implica aprender de nuestras propias experiencias. El ejemplo más reciente es Sudán, donde trabajamos con el Gobierno para crear un marco de aplicación de sanciones financieras específicas.

Pero esto no es suficiente. Los gobiernos deben aprovechar cada vez más el poderío de la tecnología financiera. Aunque esta tecnología puede ser abusada —como por ejemplo a través del anonimato de las monedas virtuales—, también puede ser una poderosa herramienta para fortalecer nuestras defensas contra el financiamiento del terrorismo.

Piénsese en el aprendizaje automático y otros mecanismos de inteligencia artificial que podrían contribuir a detectar patrones de flujos financieros sospechosos, incluso en transacciones de muy poca cuantía. Otro ejemplo es el de la tecnología de la “contabilidad distribuida” que podría ayudar a proteger los sistemas financieros del terrorismo cibernético.

Tercero, debemos contribuir a asegurar que las economías pequeñas y frágiles tengan acceso a los servicios de banca corresponsal que las conecten al sistema financiero mundial. Existe gran preocupación de que los bancos internacionales reduzcan sus actividades de banca corresponsal de forma indiscriminada para minimizar el riesgo de infringir las normas ALD/LFT.

Esto pondría en peligro el bienestar económico de varios países de África, Oriente Medio, América Latina, el Caribe y países de mercados emergentes de Europa, entre otros. Nuevas investigaciones muestran que entre 2011 y 2016 las relaciones de banca corresponsal ciertamente han atravesado dificultades en muchas regiones.

Sin duda, este tema tiene muchas facetas relacionadas con los organismos de regulación, el sector financiero y los propios países afectados. La mejor respuesta es promover un esfuerzo concertado por parte de todos los interesados.

La buena noticia es que el GAFI recientemente aclaró las expectativas normativas en el marco de las recomendaciones ALD/LFT. Esto puede reducir la probabilidad de que se produzca un repliegue indiscriminado de las actividades de la banca corresponsal.

Por su parte, el FMI ha trabajado denodadamente para reunir a los bancos nacionales, los bancos internacionales y otras partes interesadas fundamentales con el fin de idear soluciones prácticas, más recientemente en el Caribe, Oriente Medio y Norte de África, y las Islas del Pacífico.

También estamos ayudando a países como Angola y Samoa a formular y aplicar medidas para hacer frente al repliegue de las relaciones de banca corresponsal.

A nivel más general, el FMI sigue respaldando una amplia gama de actividades ALD/LFT. Por ejemplo:

- Hemos trabajado con Costa Rica, Perú y Uruguay para crear estrategias nacionales de ALD/LFT.

- Recientemente ayudamos a Ucrania a mejorar la supervisión ALD/LFT.

- Y brindamos apoyo a Mongolia en el fortalecimiento de la gestión de gobierno y las capacidades de su unidad de inteligencia financiera.

- En total, hemos brindado asistencia técnica en materia ALD/LFT a 120 países. Me enorgullece además que nuestra ayuda haya contribuido de forma decisiva a que países como Myanmar, Nepal y Sudán salieran de la lista de vigilancia del GAFI y reanudaran sus vínculos con el sistema financiero mundial.

En todas estas esferas, debemos aumentar la cooperación internacional para poder erradicar en todos los países los flagelos del terrorismo, la corrupción, la evasión fiscal y la exclusión financiera. Esto, por supuesto, es una tarea permanente, porque los delincuentes suelen estar sumamente motivados y muchas veces cuentan con una gran especialización y están muy adelantados. 

Como dijo una vez el novelista y poeta Sir Walter Scott: “Oh, qué enmarañada red tejemos cuando primero practicamos el engaño”.

Estoy convencida de que, unidos, podemos desenmarañar la intrincada red de transacciones sospechosas y llevar a quienes practican el engaño ante la justicia. Esto es algo que favorece la integridad financiera y el crecimiento inclusivo, algo que nos beneficia a todos.

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