El fenómeno del 'gota a gota' en el Perú, así como en otros países, representa un grave problema socioeconómico, caracterizado por la práctica de préstamos informales con tasas de interés exorbitantes y mecanismos de cobranzas agresivas, es llevado generalmente por organizaciones criminales.
Este modelo se caracteriza por su acceso rápido a efectivo sin requisitos formales, pero con tasas de interés exorbitantes y prácticas de cobro agresivas, a menudo vinculadas a la violencia. Estas tasas de usura han llegado a ofrecer hasta 2.230% cuando los topes o máxima tasas a cobrar en el sistema financiero son de 101,86% anual.
Esta forma de delinquir con la ciudadanía se desencadena aún más fuerte cuando en 2021 el Congreso de la República, en busca de una ley populista, nada más lejos de la realidad, imponen por ley a las empresas del sistema financiero topes de tasas de interés, dejando así muchos usuarios, por lo general con poco o nada acceso a la banca e informales, a merced de los prestamos 'gota a gota'.
Combatir este fenómeno requiere un enfoque multidimensional que involucre tanto a la comunidad como a las instituciones del Estado que implica las siguientes acciones:
- Educación financiera: es muy importante enseñar a las comunidades, incluso desde el colegio y a todo nivel, la gestión del dinero, el ahorro y el peligro de los prestamos informales. Armar programas que ayuden a las personas a entender cómo funcionan los intereses, como armar un presupuesto y la identificación de estas ofertas delincuenciales del 'gota a gota'.
Es crucial entender que no todos los créditos son negativos, pero su uso debe ser responsable. Antes de aceptar cualquier tipo de préstamo, es esencial evaluar la capacidad de pago, considerar el costo total del crédito (incluyendo intereses y otros cargos), y comparar diferentes opciones en el mercado formal.
El Estado y las instituciones financieras formales deben trabajar juntas para proporcionar alternativas de crédito accesibles para las poblaciones financieramente más vulnerables. Aquí las fintech de crédito ha encontrado un nicho bastante importante que están capitalizando rápidamente dado que varias empresas financieras no están atendiendo por su elevado riesgo al pago o cumplimiento y por tener estructura de costos que no necesariamente están diseñados para este nicho de mercado en particular, y en esa línea.
Además, el Estado y la sociedad civil deben de promover las iniciativas privadas que a través del uso de la tecnología les brinde a los ciudadanos alternativas que nos solo los proteja de la delincuencia como el Gota a Gota, sino en general de todo aquello que dañe el bienestar del usuario, las Fintech podría ser una alternativa a este problema de usura.
La sinergia del Estado y la sociedad civil podría tangibilizar a través de acceso al financiamiento y a la tecnología.
- Regulación y supervisión: es necesario e imperativo que haya un marco regulatorio más estricto que se supervise las activades de préstamo y cobro; para esto el Estado debe fortalecer las instituciones encargadas de regular y supervisar las actividades financieras.
Por este campo se debería tener mayor control y protección de los datos personales de los ciudadanos, los cuales, estos se pueden encontrar fácilmente en mercado negro dándole a la delincuencia visibilidad de a quienes podrían atacar como víctimas.
- Campañas de concienciación: es necesario informar al público sobre los riesgos del 'gota a gota'. Estas campañas pueden ser llevadas por el gobierno, la sociedad civil y los medios de comunicación. Es vital que estas campañas lleguen a todos utilizando un lenguaje claro.
- Cooperación internacional: dado que este fenómeno delictivo va más allá de nuestras fronteras, la cooperación internacional es vital, para combatir estrategias efectivas, tecnológicas de vigilancia financiera y prácticas de regulación.
Enfrentar el problema del 'gota a gota' requiere de una estrategia integral que incluya la educación financiera, el desarrollo alternativas de crédito, el uso responsable del crédito, una sólida regulación y supervisión, la denuncia de prácticas abusivas y el apoyo mutuo dentro de la comunidad. A través de estos esfuerzos combinados, es posible ofrecer una resistencia efectiva contra este fenómeno y sus efectos devastadores en la economía personal y familiar.