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¿Cambio en la política estadounidense hacia América Latina?
Lun, 21/09/2020 - 09:06

Farid Kahhat

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Farid Kahhat

Peruano, doctor en Relaciones Internacionales, Teoría Política y Política Comparada en la Universidad de Texas, Austin. Fue comentarista en temas internacionales de CNN en español, y actualmente es profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP (Perú) y analista internacional.

En agosto pasado la Administración Trump hizo público un documento titulado “Marco Estratégico para el Hemisferio Occidental”. En la primera línea de su presentación general se dice que “El Hemisferio occidental es una prioridad geopolítica para Estados Unidos”. Cuando Robert O’Brien, asesor de Seguridad Nacional de Trump, presentó el documento, insistió en que el hemisferio es “increíblemente importante para los Estados Unidos y ha sido ignorado por demasiado tiempo”.

Confieso que esas declaraciones me producen perplejidad. En primer lugar, porque la Estrategia de Seguridad Nacional que la Administración Trump aprobó en 2017 no le concedía similar relevancia a nuestro hemisferio, y no se ha presentado ningún documento similar en relación a otra región del mundo. En segundo lugar, Donald Trump es el presidente de los Estados Unidos desde enero de 2017. Así que, cuando menos desde entonces, él sería responsable de que, pese a su presunta importancia, el hemisferio haya sido ignorado. Por ejemplo, sólo viajó una vez durante su presidencia hacia otro país del hemisferio (Argentina en 2018), y fue para asistir a una cumbre del G-20, no a un evento de interés regional. En tercer lugar, Trump no ha tratado a los gobiernos de la región (incluyendo aquellos que lo consideran un aliado contra el comunismo, como el de Bolsonaro), precisamente con simpatía. La lista de acciones francamente hostiles sería larga de enumerar, así que sólo mencionaré algunos ejemplos conspicuos. En el caso de México, estas van desde la propuesta del muro fronterizo hasta la amenaza de sanciones comerciales si ese país no retenía en su territorio a los inmigrantes en tránsito hacia los Estados Unidos. O la separación de familias en la frontera y el retiro de la ayuda oficial a países centroamericanos con un propósito similar. La suspensión del programa de reunificación familiar para inmigrantes cubanos en 2017. La denegatoria de la mayoría de pedidos de asilo por parte de inmigrantes venezolanos. El anuncio de aranceles punitivos contra las importaciones de acero y aluminio procedentes de Argentina y Brasil en 2019. El intento de cancelar el programa migratorio DACA (que afectaría a unos 8.000 jóvenes peruanos). Y así, sucesivamente.

Aunque no sostengo que el documento haya sido concebido con fines electorales, puesto en contexto, cuesta creer que un presunto cambio de política hacia nuestra región haya sido presentado un par de meses antes de las elecciones sólo por coincidencia. La presentación, por ejemplo, se hizo no sólo en un Estado pendular como la Florida, sino específicamente en el sur de ese Estado, ante una audiencia compuesta por inmigrantes colombianos y venezolanos en West Palm Beach (bueno, tal vez el hecho de que exista allí un Trump Plaza sí sea una mera coincidencia). Por último, tampoco parece fruto del azar que, dentro del hemisferio, el documento ponga un énfasis particular en lo que el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton denominó la “Troica de la Tiranía”: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Es decir, los países de origen de comunidades de ciudadanos estadounidenses que comparten un par de características. De un lado, una gran proporción de las comunidades provenientes de esos tres países en los Estados Unidos viven en La Florida. De otro, son comunidades que, por su oposición mayoritaria a los regímenes que prevalecen en sus países de origen (entre otras razones), suelen compartir una ideología anticomunista y favorecer la adopción de medidas coercitivas para ponerles fin. Es decir, se trata de comunidades en las que una mayoría de quienes las integran compartiría propuestas de política hacia esos regímenes similares a las que propone el documento en mención. Y, a juzgar por las encuestas, el uso político del tema le estaría brindando a Trump un rédito electoral.  

Nuestra siguiente columna se centrará en el contenido del denominado “Marco Estratégico para el Hemisferio Occidental”.               

        

 

 

 

 

 

 

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