La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) es un instrumento económico que obliga a las empresas de envases y embalajes, a gestionar sus residuos y valorizarlos. Para ello, las empresas productoras deben agruparse con el objetivo de gestionar este proceso, lo que se traduce no solo en generar un sistema de recogida y reciclado, sino que incluirlos de nuevo en el proceso productivo como materia prima secundaria, con la finalidad de promover la economía circular.
Desde el día 2 de octubre se debía comenzar a implementar el sistema de recolección domiciliaria de residuos de envases y embalajes. A partir de ese momento, los GRANSIC (Grandes Sistemas Colectivos de Gestión) debían hacerse cargo de dicha gestión y cumplir con sus metas. Sin embargo, a la fecha todavía hay una gran tarea pendiente, no se ha trabajado fuertemente en educación y concienciación de la población sobre cómo manejar dichos deshechos .
Basta observar después de un fin de semana largo como el que recién pasó, las condiciones en que quedan nuestras playas y también las carreteras. Da pena como los chilenos dejan envases tirados en la arena, en las calles o lanzan desde sus automóviles botellas, papeles, envases vacíos y todo tipo de objetos al camino, demostrando una total falta de educación.
A la luz de dicha conducta se hace cada vez más evidente la necesidad de implementar una fuerte campaña que trabaje en crear conciencia. No basta decir que somos “ecologistas”, escandalizarnos por los efectos devastadores del cambio climático, para luego no hacernos responsables de nuestros residuos. Llegó el momento de explicar a la población que los envases vacíos ya no son basura, sino que tienen un valor y todos estamos convocados a darle ese valor. Basta con acciones tan simples como limpiar con agua ese envase vacío, secarlo, aplastarlo, comprimirlo para compactarlo al máximo, con el fin de disminuir su volumen y hacer más eficiente su traslado.
Si bien se busca reducir la emisión de envases-residuos, hay instrumentos legislativos que no están acordes con esta nueva Ley REP ya que el Ministerio de Salud por ejemplo aún no ha definido las exigencias que deben cumplir los materiales de envases reciclados que van a estar en contacto directo con alimentos. En este caso existen riesgos de inocuidad que debemos evitar y controlar con una legislación acorde, sobre todo teniendo en cuenta el postconsumo de los plásticos reciclados por parte de la industria alimentaria.
La Ley REP contempla que con gradualidad se incorpore el sistema de recogida selectiva de envases y embalajes a domicilio. Por ahora no es factible una implementación de este sistema. Se requiere crear infraestructura y coordinar a todos los actores involucrados, pero también se hace indispensable establecer concienciación, educación y participación de la ciudadanía.
Este cuerpo legal además contempla como delito el tráfico de residuos peligrosos y como apoyo para la implementación de la misma se crea un fondo para el reciclaje de forma tal que se financien proyectos, acciones municipales para prevenir la generación de residuos fomentando la reutilización, el reciclaje u otro tipo de valorización con el foco final de cambiar el concepto de basura o residuo de envase por producto con valor en su segunda vida.
Las ventajas y oportunidades que ofrecen los plásticos en el nivel de desarrollo y bienestar actual de la sociedad está fuera de toda duda, pero hemos de ser responsables en su uso, ajustarnos a las necesidades reales y ser capaces de gestionar sus recursos e incorporándolos a través del reciclado y valorización en la cadena de una nueva economía circular.