Mientras las innovaciones tecnológicas avanzan y cada día vemos nuevas soluciones disruptivas para todo tipo de necesidades, la confianza de los potenciales usuarios se presenta como un reto en mercados donde la cultura de la desconfianza hacia la transformación digital está arraigada a su idiosincrasia.

En el estudio “Medios de pago 2022” realizado por Ipsos Perú, se muestra que el 89% de peruanos aún usa el dinero en efectivo para realizar sus transacciones; y el 72% indica que usaría más medios de pago si garantizaran la seguridad en la operación.

Cuando la digitalización del sector financiero demuestra con certeza beneficios como la agilidad en las operaciones, el evitar las filas para hacer trámites bancarios, y la seguridad de poder pagar desde casa; la desconfianza sigue presente como una barrera para la masificación de las soluciones financieras digitales. No obstante, el cambio se está dando impulsado por las nuevas generaciones que adoptan la tecnología de manera natural y sin prejuicios.

Así lo demuestra el informe de Inclusión Financiera y Digitalización de Credicorp que menciona que, en el uso de las billeteras digitales en Latinoamérica, el grupo etario entre 18 a 42 años es el que predomina con un 31%. Perú es el mercado que lidera en esta herramienta, ya que uno de cada cinco peruanos utiliza las billeteras digitales para pagar productos y servicios. 

Ganarse la confianza de los usuarios en la industria financiera implica para las empresas adoptar soluciones que aseguren procesos con altos estándares de seguridad, y es allí donde se vuelven relevantes los “servicios de confianza”, que comprenden la gestión y firma de documentos digitales, y verificación de identidad de manera remota con métodos que protegen a las compañías frente a fraudes.

Bancos, AFPs, aseguradoras, y otras entidades del sector financiero, están digitalizando sus operaciones como: apertura y mantenimiento de cuentas bancarias, contratación de seguros, acceso a créditos e hipotecas, otorgamiento y aumento en los cupos de tarjetas de crédito y débito en línea, entre otros.

Todos estos procesos son apoyados por la tecnología de gestión digital de documentos que permite enviar a los clientes los documentos pendientes de firma, teniendo acceso a un portal de custodia de documentos digitales. Además, con la solución de sellado a tiempo, se puede corroborar la fecha y hora en que los documentos fueron firmados o modificados, lo que facilita su trazabilidad y uso como medio probatorio en cualquier juicio o instancia legal.

Asimismo, la verificación de identidad digital, que puede ser autogestionada con el uso de los dispositivos móviles de los usuarios mediante distintos métodos, como verificación facial, dactilar, o por un PIN; permite manejar altos niveles de seguridad en la autenticación de usuarios, al combinar los métodos de acuerdo con las capas de protección que necesita cada instancia operativa en los servicios financieros.

Se debe tener en cuenta que estos procesos necesitan el aval de las entidades gubernamentales calificadas, como en el caso de las firmas electrónicas que son certificadas por INDECOPI. Por lo tanto, el proveedor tecnológico que ofrezca la infraestructura para estas operaciones debe tener la certificación correspondiente para brindar este servicio.

Por otro lado, la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), dispuso mediante la Resolución N° 504-2021 de febrero de 2021, el Reglamento para la gestión de la seguridad de la información y la ciberseguridad, el cual indica que todas las empresas financieras deben contar con al menos dos formas de verificación de identidad para sus clientes al momento de sus operaciones digitales, lo cual ubica a los servicios de confianza como las soluciones tecnológicas que estarán en auge en el sector financiero en los próximos años.

Acabar con la cultura de desconfianza frente a la transformación digital en el Perú es aún un reto importante, que se irá reduciendo con la satisfacción de los usuarios en su experiencia con los servicios digitales ofrecidos por las empresas financieras, quienes tienen la misión de reforzar sus mecanismos de seguridad para construir confianza y fidelidad en tiempos de digitalización.