En el marketing digital, la conversión, es el indicador que entrega el análisis sobre cuántos clientes terminaron de manera exitosa su experiencia de compra en canales de venta, ya sea a través de un sitio web o aplicación, con el que podemos saber si la inversión realizada valió la pena o no.
Antiguamente era muy complejo lograr medir resultados a través de las estrategias, ya que estas no contaban con ningún tipo de medición. Hoy en día, gracias a los avances de la tecnología, son mucho más certeras y representativas. Por lo tanto, es en este punto donde la conversión juega un rol protagónico, ya que es el indicador clave o dato duro que te dice bueno, invertí A y conseguí B.
Ahora bien, ¿Cómo sabemos si valió la pena? Según mi perspectiva, para entender si fue o no efectiva, hay que tener claro cuál fue el resultado final. Es decir, de todo lo realizado, cuántos clientes finalizaron la venta. Esta es la cifra más relevante para entender y medir el punto en que realmente capturaste al usuario. Lo anterior, se conoce como conversión final, a lo demás yo le llamaría trazabilidad de la conversión.
Por otro lado, al concluir qué tan eficaz fue la estrategia hay que tener en cuenta otro concepto fundamental que también se debe considerar mejorar. Es la denominada experiencia del usuario, en donde si tu foco es hacer crecer la conversión, tendrás que necesariamente aplicar cambios positivos hacia este punto. Probablemente, si no convertiste mayor o igual de lo que es tu reach, esto pasa a ser un indicador de que algo pasó en el camino, y es clave evaluar qué factor pudo haber fallado.
Además, no puedo dejar de mencionar otro concepto que puede aportar al aumento de la conversión: el “look and feel” del sitio web. Este responde a las preguntas de ¿cómo se siente el usuario con la página?, ¿es fácil de acceder?, ¿es sencillo elegir un producto? y ¿permite llegar al producto final de forma ágil? Si un usuario no se siente cómodo en un sitio web no realizará la compra, por lo que es importante que pueda encontrar lo que está buscando de manera rápida y sencilla.
Entonces ¿qué podemos hacer para mejorar la conversión? Primero, tener un buen análisis, que incluya la trazabilidad completa de las cuatro etapas: impresiones, alcance, clics y compras, lo que significa medir desde las impresiones, que serían las personas que miran tu publicación, quien se detiene a verla, si hacen clic en ella, y, por último, quién finalmente compra. Es importante medir los distintos pasos por los que pasa el cliente para que en cada una se puedan resolver problemas, agregar nuevas estrategias o eliminar las que no sumen.
Por último, una estrategia de marketing digital efectiva y exitosa es aquella que supera su inversión. Personalmente y desde un punto de vista más financiero, hay una métrica clave que se llama el ROA, que es el retorno sobre la inversión en el activo. Por ejemplo si inviertes 100 y las ganancias son 2.500, el ROA en ese caso es de 25 veces. Finalmente, de lo que invertiste, recibiste 25 veces el valor, por lo que, no hay métrica financiera más clara y exitosa que te demuestre que la estrategia fue positiva.