La coyuntura actual representa el mejor momento para invertir en el futuro. Los CEO más inteligentes, conjuntamente con sus directorios, aprovecharán al máximo la situación para reinventar sus modelos de negocio. Asimismo, apalancados en un capital humano de clase mundial podrán crear rentabilidad y sostenerla en el tiempo.
Es momento de comprar terrenos a buen precio, empresas valiosas y atraer al mejor capital humano, ahora disponible en el mercado. Solo como un ejemplo, en el Perú las acciones de Backus, Credicorp e Interbank, si bien muy valiosas, se pueden adquirir en la Bolsa de Valores a precio de ganga. Quien invierta con miras a largo plazo de seguro ganará.
Esta crisis representa una oportunidad fabulosa para crear riqueza. Sin embargo, ello demandará que todos los miembros de la organización entreguen lo mejor de sí mismos.
La fuente fundamental de riqueza es el capital humano. Los colaboradores son los que con creatividad pueden crear nuevos productos, servicios y elevar las ventas. La disciplina e ingenio son capaces de controlar costos y gastos.
El rol de los jefes
A nivel mundial, los mejores CEO son aquellos que con el ejemplo y trabajo diario crean culturas de clase mundial, donde reclutan al mejor capital humano y lo cuidan. Del mismo modo como lo hacen con sus clientes y accionistas.
En Latinoamérica existe claramente un enorme potencial latente en el capital humano. Los CEO más capaces y visionarios son aquellos pocos que logran inspirar a sus gerentes y equipos a elevar sus estándares y transformar lo imposible en posible.
El proceso de despertar este enorme potencial dormido en las personas logra su máximo resultado cuando el CEO enfoca sus esfuerzos en: elevar el nivel de consciencia de los líderes de su organización, elevar con el ejemplo e incentivos inteligentes la productividad económica, y como consecuencia mejorar la calidad de vida de todos los colaboradores.
En estos tiempos es imperativo que directores, CEO, vicepresidentes y gerentes estratégicos añadan a su amplia visión contable y financiera un enfoque de transformación cultural a la organización. Esta ayudará a reemplazar la incertidumbre reinante en los colaboradores. El bien común prima y los empleados deben comprender que hoy estamos en una economía de guerra, de supervivencia y que su compromiso es determinante para salir del agujero.
Con colaboradores que entiendan los nuevos objetivos estratégicos de la empresa y, sobre todo, estén compromedidos con lograrlos, la compañía recibirá una gran dosis de energía renovada y positiva. Esto permitirá reducir costos y cuidar los recursos como no se hubiese imaginado antes. Como dijo Darwin, “no sobrevivirá el más fuerte, sino quien mejor se adapte”.
Esta pandemia nos recuerda que “todos somos uno” y que debemos cuidarnos mutuamente. “Tu bien es mi bien”, ese es el mensaje esencial que nos deja el COVID-19. Protege a tu esposa, a tus hijos, a tu gente. Si ellos caen, tú también.
De esta manera, se crea un círculo virtuoso que promueve y transmite como sabia indicación a los CEO que dirigen sus empresas: “Cuida a tu equipo, cuida a tu cliente, la rentabilidad viene sola”.
Un panorama esperanzador
En Perú y en toda Latinoamérica atravesamos una de las mayores crisis de las últimas décadas, pero el futuro se ve brillante. Los CEO más visionarios, capaces e inteligentes en las principales industrias como minería, banca y tecnología liderarán el camino de vuelta a la recuperación de la actividad económica a niveles de 2019. Luego, desarrollarán la región a talla mundial.
Finalmente, es valioso recordar que “una onza de prevención es mejor que una tonelada de corrección”. Si un CEO enfermara, tenerlo un mes en una cama UCI costaría en una clínica no menos de US$ 100.000. Perder su vida sería aún más triste y caro para la sociedad. Todos somos capital humano, desde el CEO hasta los cargos inferiores. Cuidémonos todos para recuperar rentabilidad cuanto antes.