Pasar al contenido principal

ES / EN

El estado del mercado de M&A en Chile frente a la incertidumbre local
Vie, 12/08/2022 - 12:13

Jaime De Larraechea

El estado del mercado de M&A en Chile frente a la incertidumbre local
Jaime De Larraechea

Socio en Garrigues Chile

Chile ha vivido un primer semestre de 2022 marcado por una disminución en la actividad transaccional, operaciones de M&A y una actividad comercial más conservadora y expectante. Este menor entusiasmo estaría causado por un cierto grado de incertidumbre por el proceso constituyente en curso, una devaluación del peso frente a monedas extranjeras por, entre otros motivos, un menor valor en los mercados internacionales del precio del cobre, principal fuente de ingreso de divisas a Chile, y una alta inflación (aproximadamente un 12,5% interanual).

De acuerdo con el último reporte semestral para Chile emitido por TTR, a la fecha se han registrado 137 operaciones de M&A en el país por un total de US$ 6.853 millones aproximadamente, que es un 20% inferior al mismo período en 2021. Los sectores de banca de inversión e internet, software y servicios IT, son los que mayor interés han generado, y representan las áreas de mayor actividad de operaciones de M&A, con 20 y 18 transacciones, respectivamente. Por su parte, solo hemos visto seis operaciones de private equity, por un total aproximado de US$ 704 millones, lo que representa una disminución de un 25% respecto de 2021.

A pesar de que puedan parecer cifras desalentadoras, el reporte de TTR demuestra que esta disminución de la actividad económica no ha mermado el interés de inversionistas internacionales por invertir en Chile, participar de procesos de M&A y adquirir empresas o activos nacionales. Es claro, por cierto, que la incertidumbre imperante ha provocado que inversionistas locales mantengan una clara tendencia a vender activos no esenciales, desprenderse del control de empresas chilenas y que sus decisiones de inversión miren cada vez más a los mercados internacionales, pero son justamente tales decisiones las que generan oportunidades para la entrada de capitales extranjeros al país.

De las 137 operaciones de M&A concretadas a la fecha, 41 son del tipo outbound, esto es, inversionistas chilenos adquiriendo participaciones en el extranjero, versus 52 operaciones inbound, algo que demuestra que, a pesar de una fuerte reducción en la actividad económica, alta inflación e incertidumbre jurídica, el ingreso de extranjeros al país sigue siendo mayor al retiro o salida de chilenos hacia mercados internacionales.

Así, inversionistas extranjeros provenientes de Estados Unidos siguen siendo los principales compradores de empresas chilenas, con 22 operaciones al cierre del primer semestre de 2022, principalmente en las áreas de tecnología e internet, manteniendo una tendencia que viene desde 2010.

Resta ver durante esta segunda mitad de 2022, cómo se desarrollará el mercado transaccional en Chile. Existe expectativa en el mercado por entender el impacto que causará en inversionistas extranjeros la nueva reforma tributaria anunciada por el Gobierno, que buscará aumentar la recaudación del Estado en alrededor de un 4% adicional del PIB.

Desde ya, algunos anuncios efectuados por el Ministro de Hacienda, tales como la implementación de un nuevo royalty “híbrido” a la gran minería (que implica el incremento de los costos de producción a una de las principales áreas económicas del país) o la creación de impuestos a la riqueza, inversiones pasivas ꟷespecialmente en el mercado de capitalesꟷ y ciertas hipótesis podrían desincentivar la inversión en activos fijos de empresas. A la larga, podrían implicar que una decisión de inversión se haga más cara o menos rentable, y así generar incentivos a inversionistas extranjeros para dirigir sus fondos a economías con cargas tributarias menores.

De todas formas, la reforma tributaria aún se encuentra en sus fases iniciales de tramitación legislativa, discusión que se espera sea de carácter técnico y que busque adecuadamente acercar el objetivo de aumentar la recaudación estatal, pero dando viabilidad a largo plazo a un nuevo sistema impositivo que no afecte la competitividad del país y mantenga adecuados incentivos a la hora de tomar decisiones de inversión.