En todo el mundo, el diálogo en torno a la sostenibilidad está cambiando rápidamente. A las empresas se les exige hoy resultados en este aspecto, tanto por parte de los inversores, los clientes e incluso los colaboradores. Actualmente, el valor de los activos mundiales de sostenibilidad supera los 220.000 millones de dólares e invertir en sostenibilidad no solo es moralmente responsable, sino también financieramente inteligente.
En la próxima década, la sostenibilidad y la transformación digital se perfilan como los dos motores que impulsarán el crecimiento de las organizaciones en todos los sectores. Y, en este contexto, es clave reconocer el impacto medioambiental que tienen las nuevas tecnologías y cómo abordarlos.
En primer lugar, está el 5G, el cual proporciona una conectividad de próxima generación a través de dispositivos inalámbricos. El estándar se diseñó pensando en el internet de las cosas (IoT), proporcionando mejoras significativas en la velocidad, la densidad de conexión y latencia de las comunicaciones. A medida que se utilicen más dispositivos en los hogares, los vehículos, fábricas y almacenes, el impacto medioambiental del 5G se intensificará. El uso global de energía se disparará. Y las capacidades mejoradas de cada nueva entrada en el mercado no hará más que aumentar la demanda global de dispositivos electrónicos, agravando aún más el problema.
En segundo lugar, está el IoT. Aunque muchos dispositivos del IoT están diseñados para reducir el consumo de energía, pero los 50.000 millones de nuevos dispositivos IoT que se espera que se utilicen los próximos años tendrán un importante impacto medioambiental. Además, una variedad de metales especiales, como el tungsteno y el cobalto, se utilizan en los dispositivos de la IO. Es extremadamente difícil reciclar o recuperar estos materiales, lo que supone una barrera más para prácticas sostenibles. Se debe avanzar en estrategias para impulsar una fabricación más sostenible.
En tercer lugar, está blockchain, que aprovecha los chips semiconductores que se encuentran en el corazón de los equipos de red 5G y los dispositivos IoT, los teléfonos móviles y los centros de datos que los utilizan. La fabricación de semiconductores tiene una enorme huella de carbono, desde los procesos de minería de extracción y refinamiento de los materiales de los componentes hasta los pasos de fabricación de los chips. Los semiconductores requieren muchos recursos. Una sola fábrica de semiconductores puede consumir 1 TWh de energía al año y de dos a cuatro millones de galones de agua ultrapura al día.
Para adelantarse a la curva de la sostenibilidad, las empresas deben centrar sus esfuerzos en tres áreas clave. Primero, optimizar el uso de los recursos de la nube; segundo, impulsar la transición a los edificios inteligentes; y, finalmente, mejorar el diseño y el procesamiento de los semiconductores.
El primer paso para lograr la sostenibilidad es evolucionar de los centros de datos tradicionales, que duplican las necesidades energéticas de las empresas. La nube permite hoy optimizar el uso de la energía. Actualmente, las empresas pueden diseñar soluciones que reducen las emisiones de carbono y sientan las bases para una innovación responsable. Permite establecer una línea de base del consumo energético del centro de datos existente, los requisitos informáticos y los objetivos de sostenibilidad. Luego se aplica algoritmos propios para cuantificar la "ecología" de las posibles opciones de soluciones en la nube.
En cuanto a los edificios inteligentes, en la actualidad, el consumo total de energía de los edificios residenciales y comerciales representa el 20% del consumo mundial. Para cumplir los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, las instalaciones de todo el mundo tendrán que transformarse en edificios inteligentes de alta eficiencia.
Los edificios inteligentes utilizan procesos automatizados para controlar las operaciones, como la climatización, iluminación, seguridad, etc. Un edificio inteligente recopila datos operativos y de estado de una red de sensores inteligentes, ejecutando análisis para identificar los problemas y gestionar el edificio de acuerdo con las funciones y servicios de la empresa. El enfoque reduce el consumo de energía, optimiza la utilización del espacio y minimiza el impacto medioambiental de los edificios.
Finalmente, está la manufacturación inteligente. Con el crecimiento del IoT y la disponibilidad generalizada de la IA y el aprendizaje automático, los fabricantes de semiconductores tienen por fin las herramientas necesarias para dominar la sobrecarga de datos y lograr altos niveles de innovación, rendimiento y mejora al mismo tiempo.
La fabricación inteligente utiliza la simulación para probar opciones y optimizar procesos y resultados de producción. También integra la planificación y programación de la fabricación y la producción para proporcionar una visibilidad detallada de toda la planta. Además, combina los datos de los sensores y otros dispositivos equipados con IoT para extraer la información y actuales, así como predicciones futuras. Las empresas pueden analizar el registro histórico y los datos de estado actuales para implementar programas de mantenimiento predictivo, identificando los defectos en desarrollo mucho antes de que se produzcan los fallos para evitar el tiempo de inactividad no programado.
El 5G tendrá un impacto muy positivo en nuestras vidas. Pero es fundamental adoptar hoy estrategias que potencien su sustentabilidad.