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El nuevo Darwin
Jue, 10/09/2020 - 11:07

Ezequiel Kieczkier

El nuevo Darwin
Ezequiel Kieczkier

Socio de Olivia

Sucedió hace 66 millones de años. Pero parece ayer. Un cuerpo desconocido se estrella en la tierra, más precisamente en la península de Yucatán (México). Su impacto desequilibra el ecosistema global a tal nivel que causa la desaparición de varias especies y el inicio de una nueva era. La BBC lo denominó el “pero Día de la Tierra”. Para los humanos, fue una suerte: significó el fin de los dinosaurios.

Las organizaciones hoy afrontan un desafío parecido. El impacto que viven no distingue entre mercados ni tamaño de empresas. En los Estados Unidos, unas 100.000 empresas debieron cerrar sus operaciones por la pandemia hasta junio, según datos oficiales y contando. Al mismo tiempo, en España, 100.000 comercios cerraron sus puertas. El dato más crudo: entre marzo y mayo, COVID19 liquidó más de 980.000 empleos, según datos del Ministerio de Trabajo de España.

Superar el reto será fruto de una de las reglas más antiguas de la humanidad: la adaptación. Y aquí, quien logre hacerse de una visión enfocada en aprovechar el momento tiene todas las cartas para cambiar su destino. Cinco son los pilares que definen el camino hacia un mindset de oportunidad:

-Confianza y aprendizaje. En un mundo distanciado, que tiene que reaprender a conectarse, la confianza se transformó en el valor clave, tanto a nivel personal como grupal. La piedra basal para generarla en este nuevo mundo es el aprendizaje. Un ejemplo: tener que establecer un vínculo a través de una pantalla y a kilómetros de distancia exige tener la confianza casi ciega en el otro para que cumpla su palabra.

- People centric. El impacto que dejó COVID-19 desordenó el escenario organizacional. Sin embargo, reposicionó el activo diferenciador que hace a cada organización: las personas. Y no a un nivel abstracto sino muy concreto: por un lado, en el cliente externo. Lo confirman los 150 ejecutivos de siete países de la región que encuestamos en Olivia: un 72% indicó que su foco para los próximos meses estará en desarrollar nuevos canales de relacionamiento con los clientes. La meta: entenderlos mejor. Por otro lado, el talento interno. Saber aprovechar su conocimiento acumulado se transforma en una de las mejores herramientas para el desafío continuo que exigirá mantenerse vigente, ágil y adaptable en un entorno volátil.

- Estilo de liderazgo. Los nuevos niveles de horizontalidad pondrán en jaque los viejos símbolos de poder. Las estructuras que hoy están resurgiendo a pesar de la pandemia (o justamente por ella) son aquellas que combinan en sus líderes el coraje al riesgo y, al mismo tiempo, el reconocimiento de su propia humanidad (vulnerabilidad). Es esta combinación que habilita a un equipo y a sus integrantes a reflejarse en su líder desde un lugar de sentido común y no de temor o distancia.  

- La narrativa (épica). Como seres sociales que somos, los humanos −y por extensión las organizaciones que formamos−, nos encontramos en las vivencias que compartimos y las historias que le dan sentido a estas; el camino del héroe para superar sus desafíos. De igual forma, una organización puede aprovechar el factor movilizador para estos tiempos de reseteo global. La historia que la organización cuente mientras la pandemia dure marcará el camino fuera de ella. ¿Somos sobrevivientes (fracasamos a la hora de reinventarnos) o la aprovechamos (fuimos capaces de transformarnos)? Aprovechar el poder inspirador de la épica requiere, sin embargo, generar el espacio, un sistema de trabajo que la haga tangible. Una situación como la pandemia se presenta para las organizaciones como uno de esos momentos. 

- Diferenciarse a través de las capacidades. Desde que se inició la pandemia, una de las preguntas más frecuentes es por las habilidades que definirán el éxito o el fracaso en el mundo postpandemia. La mayoría de los estudios disponibles destacan a la digitalización, el data driven y la agilidad en el top tres de la lista. Tan válidas como son, estas no lograrán desplegar el potencial de una organización si, antes, no se cuestionó su razón de ser en un mercado que hoy es más global que nunca.

El salto darwiniano que exige el momento requiere generar las capacidades para transformar el paradigma organizativo en pos de generar valor.  A diferencia de los dinosaurios hace más de 60 millones de años, las organizaciones tienen los medios y las herramientas para aprovechar el momento para pegar ese salto y aterrizar en el nuevo mundo. Claro está, siempre y cuando no prefieran convertirse en dinosaurios.