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El recorte de tasas de la FED y sus efectos en Chile
Jue, 26/09/2024 - 09:35

Diego Mora

Diego Mora XTB
Diego Mora

Gerente de estudios de XTB Latam

El recorte de las tasas de interés en EE.UU. marca un hito importante postpandemia, siendo el primero desde marzo de 2020.

A pesar de lo atractivo que pueda sonar para inversores o traders - quienes usualmente se lanzan a comprar acciones luego de reducciones de este tipo - se vislumbra una amenaza cada vez más evidente: el bajo crecimiento económico global.

Las proyecciones para EE.UU., Europa y China no son muy alentadoras para 2025: 1.9%, 1.3% y 4.5%, respectivamente, según la OCDE.

De hecho, desde el año 2000, cada vez que la Reserva Federal comienza un proceso flexible para su política monetaria con recortes de 50 puntos base, la bolsa tiende a tener un desempeño notablemente peor que cuando lo hace de manera gradual, seguido directamente de una recesión. Se entiende que la decisión de la Fed, en parte, se debe a las bajas proyecciones en distintos indicadores económicos como el PIB, el consumo interno o los PMIs de confianza.

Esto es relevante para países emergentes como Chile, altamente expuestos al comercio internacional, ya que al tener industrias locales poco desarrolladas y un bajo nivel de producción más allá de la explotación de recursos naturales sin valor agregado, quedamos a expensas de la demanda de las potencias globales, las cuales están pasando por un notorio proceso de desaceleración.

De hecho, hemos observado procesos similares en el PIB, como la fuerte caída durante la pandemia, una recuperación vigorosa al año siguiente y una moderación a la baja en los años posteriores. Esto refleja, de manera clara, la alta dependencia de los vaivenes internacionales.

Ahora bien, volcando el foco en la economía chilena, es menester tener un plan de crecimiento concreto que deje de enfocarse en la economía global. Innovación, tecnología, valor agregado, ventajas competitivas o desarrollo local son términos que están lejos de ser propios de la economía local y, mientras siga siendo así, continuaremos siendo una economía genérica latinoamericana.

Respecto a la política monetaria, es crucial que este recorte en las tasas de EE.UU. le envíe una señal al Banco Central de cuál es la tónica internacional, y que independientemente de los mandatos, la tasa de interés tiene un rol crucial en el desarrollo económico, más aún para un país emergente o en vías de desarrollo como Chile.

Algunos podrán mencionar las presiones inflacionarias, y sí, es una variable importante, pero cuando hay crecimiento económico, la inflación pasa a ser un tema secundario.

Es importante recordar que en 1996 la inflación cerró en 6.6%, mientras que el crecimiento fue de 7.4%, en pleno auge de la economía local.

La inflación debe ser un resultado de una economía creciendo a buen ritmo, y no un reflejo de cuellos de botella internacionales o de una oferta local limitada.

Primero crecimiento, luego inflación.

El Banco Central chileno ha actuado con eficacia al comenzar rápidamente los recortes.

Chile no se puede permitir bajas tasas de crecimiento económico y laboral, a diferencia de las economías desarrolladas.

Por ejemplo, en Chile, un crecimiento bajo frena la inversión en infraestructura, innovación y reducción del desempleo, aumentando su vulnerabilidad ante fluctuaciones en los precios globales.

En contraste, economías desarrolladas como EE.UU., más diversificadas, pueden soportar períodos de bajo crecimiento sin ver afectada su estabilidad económica a largo plazo.

No obstante, es importante recordar que el Banco Central es solo uno de los muchos actores que influyen en el futuro económico de Chile.

Un enfoque integral, que considere no solo la política monetaria sino también la inversión en innovación y diversificación económica, será clave para el desarrollo sostenido del país.

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