Son diversos los factores que ponen en cuestionamiento la calidad de la inversión pública y los servicios generados con esta. La calidad de la inversión pública es percibida por la población durante su puesta en funcionamiento. Si el servicio no llega, llega con deficiencias o a destiempo, la inversión pública no cumplió su objetivo.
Este aspecto es importante rescatar, pues al ser financiado con gasto corriente y no con gasto de inversión, el funcionamiento, por más que se encuentre previsto normativamente como parte del ciclo de inversión (o del proyecto) y que sea medido con algunos indicadores ex ante, en la práctica suele ser considerado como algo secundario en los sistemas de inversión pública. Se confunde el objetivo del sistema con el manejo de una categoría presupuestal, alejándose de la visión integral de la vida del proyecto. Esta realidad no responde a las necesidades de la población, que reclama el enfoque en el servicio. Después de todo, si no prestamos atención al servicio ¿cómo podríamos tener claridad sobre si estamos o no acercándonos a cerrar las brechas de servicios, e infraestructura afecta a servicios, que debe prestar el Estado? Ello no debe llevarnos al extremo de pensar que no es importante la evaluación ex ante, ni la ejecución, puesto todo en su conjunto debe ser ponderado y articulado adecuadamente para lograr inversiones públicas exitosas.
Lo expuesto nos lleva en el caso peruano a hablar del Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (conocido como Invierte.pe), cuya fase de funcionamiento incluye la operación y mantenimiento de la inversión pública. El Sistema, busca desarrollar inversiones públicas que permitan la prestación de servicios de calidad, con criterios como oportunidad, eficiencia y en las condiciones para las que fueron previstas; no busca por tanto, construir por construir o gastar por gastar teniendo en mente únicamente indicadores de ejecución.
En esta fase reviste de importancia la previsión de los recursos para la operación y el mantenimiento, así como la capacidad de gestión de los servicios generados, pero lo cierto es que ni la sostenibilidad ni la gestión son adecuadamente puestas en práctica. Por dar un ejemplo dentro de los muchos que pueden haber, un hospital público por más que esté bien construido y con el equipamiento correspondiente, si no cuenta con el mantenimiento y la gestión adecuada, no podrá generar el valor esperado con su construcción, el equipamiento y la infraestructura se deterioraría antes de lo esperado, quedando obsoleta o solo utilizando una parte limitada de su capacidad, por temas netamente de gestión. Este hospital, si bien podría aportar a las cifras de ejecución de gasto, no logró contribuir adecuadamente al cierre de la brecha en servicios hospitalarios. Muchas veces esa falta de previsión de recursos, de insumos oportunamente, de articulaciones defectuosas de procesos se debe a debilidades en el manejo de los Sistemas del Estado.
Una forma de mejorar el gerenciamiento de los servicios generados por la inversión pública, que incluye la articulación de los distintos sistemas del Estado que confluyen en esta etapa (inversión pública, abastecimiento, recursos humanos, entre otros), puede ser mediante la incorporación de los gerentes públicos (profesionales altamente calificados con perfil directivo) en las entidades públicas de los tres niveles de Gobierno. Según las cifras de SERVIR, en Perú se cuenta con aproximadamente 400 gerentes públicos a la espera de ser convocados por las entidades públicas, que tienen conocimientos sobre la articulación de los sistemas y cuyo actuar en el manejo de la gestión de servicios se espera que sea transparente. En el ejemplo, podría incluirse el gerenciamiento del hospital por gerentes públicos, liberando a los médicos de aspectos de gestión pública, y manteniendo su liderazgo en las áreas de su especialidad. Ello, aportaría conocimiento especializado en articulación de sistemas del estado, capacidad de articulación de procesos y transparencia en el gerenciamiento del hospital. Este ejemplo puede ser replicado a penales, a la Policía Nacional (ya anunciado por el Gobierno), entre otros.